Reconversión Monetaria: ¿Ante un Nuevo Fracaso Anunciado?
En teoría, la reconversión monetaria llevada a cabo el pasado 1 de octubre en Venezuela (eliminación de 6 ceros al cono monetario) no debería causar un ajuste significativo en los precios de los bienes y servicios, mas allá de los derivados del redondeo de pasar de un cono a otro cono monetario. Sin embargo, al igual que en las anteriores reconversiones de 2008 (eliminación de 3 ceros) y 2018 (eliminación de 5 ceros), el ajuste de precios fue más lejos, para subsumir el efecto de expectativas, por lo que el consumidor es siempre el más afectado.
En efecto y a título de ejemplo, ya se han reportado aumentos significativos en algunos precios, entre ellos, en el botellón de agua (20 litros) de Bs.S 1.500.000 a Bs.Digitales 2; y el café pequeño de Bs.S 1.500.000 a Bs.Digitales 2,5; no obstante, no hay evidencia aun de que estos nuevos precios pudieran ser generalizados en todos los locales/negocios y territorio nacional. En todo caso, lo que sí es claro es que los nuevos precios no son producto del redondeo en la instrumentación de los nuevos precios en bolívares digitales. Por su parte, queda pendiente aún conocer el ajuste de los precios de bienes y servicios que costaban menos de Bs.S 1 millón, de los cuales cabría esperar un incremento, al menos porcentual, de significación. En este contexto, el Gobierno ha anunciado serias sanciones a los infractores y negocios como Traki han sido sancionados con su cierre temporal por remarcaje de precios y cobro a tasa distinta a la del BCV.
Más allá de no justificarse aumentos significativos como consecuencia directa de la reconversión llevada adelante (puesto que se suprimieron solo “ceros” y se asignó un nuevo nombre a la moneda nacional), mientras no se adopte y aplique una política económica integral y racional, no se estabilizarán los precios y se abatirá la inflación. En consecuencia, lo que si explica/justifica el aumento en los precios es justamente el incremento significativo en los costos de producción, así como el fuerte aumento en el valor del dólar, justo cuando se producía el cambio en el cono monetario, debido a la dolarización de facto que se observa en el país. Obviamente, lo anterior responde a lo poco creíble que es la política económica y la misma reconversión monetaria para corregir los verdaderos problemas económicos de Venezuela, todo ello alimentado por la irresoluta situación política. Así, continuarán produciéndose nuevos y continuados aumentos de precios respondiendo a la continuación de expectativas desfavorables, más que a efectos especulativos, como algunos pudieran argumentar.
Las reconversiones monetarias solo tienen sentido si se hacen conjuntamente con verdaderas políticas integrales que corrijan de raíz el problema inflacionario.
Una reconversión monetaria bien concebida no es un juego ni tampoco “el final de una evolución económica” adversa si el propósito es avanzar; no es restar ceros de tanto en tanto. Si su intención e instrumentación es quitar ceros al cono monetario para hacer más manejables las transacciones y sus registros, pues no se corrigen los problemas que subyacen en la economía y estos se terminan reproduciendo al tiempo. De hecho, no en vano Venezuela acumula la eliminación de 14 ceros en los últimos 14 años. Y si es cierto, parafraseando a otros, tantas reconversiones y redenominaciones de la moneda nacional (bolívar, bolívar fuerte, bolívar soberano y bolívar digital) en tan corto tiempo son un claro ejemplo del fracaso económico que vive Venezuela. A este ritmo y sin cambio de política económica, deberán irse buscando nuevos nombres para la futura moneda nacional.
Cuánto daríamos por no ver otro fracaso anunciado ante esta nueva reconversión (eliminación de ceros), pero parece ineludible la conclusión, puesto que, como se señaló antes, la misma no se inscribe en un marco de política integral, racional y duradera.