No, las cosas no están mejorando
Han venido tomando calle rumores, e incluso análisis, apuntando hacia una mejora de la economía. Más que curioso, es peligroso especialmente para el régimen de Maduro. Porque no es verdad, no somos “una economía de 30 millones de consumidores”, sólo un porcentaje muy minoritario dispone de ingresos para vivir razonablemente bien, y un grupo aún más reducido es el que acude a los bodegones y otros establecimientos de moda.
Parte del origen de estos rumores que propenden al fortalecimiento del optimismo nacen de los envíos de remesas por parte de muchos de los millones de venezolanos que se han ido del país. Que en realidad no se han ido, han escapado, muchos de ellos a pie.
Envían lo que pueden, pero si una familia de marido, mujer y dos hijos ingresa por cualquier causa menos de 100 dólares mensuales, está hundida en la pobreza. Lo más lamentable es que el régimen poco hace para mejorar en algo la economía. La nueva reconversión monetaria sólo servirá para que sea más fácil sacar las cuentas, en un país en el cual cualquier tontería se paga en millones.
Son muchas las acciones que el régimen podría –debería- implementar, acciones para generar lo que falta, confianza, buenos servicios públicos, incentivos para la producción local, incentivos para reestructurar sueldos y pensiones, por ejemplo. La banca y el Estado han organizado fórmulas para facilitar el intercambio de esos dólares de remesas en bolívares, pero el verdadero problema no está en la banca, sino en cuánto más pueden gastar más venezolanos en bodegas, abastos, mercados y automercados.