EE.UU. no tenía una vacuna para el covid-19, antes de estallar los primeros casos en China
Circulan en Facebook y Twitter publicaciones que citan "documentos confidenciales" estadounidenses como prueba de que la farmacéutica Moderna envió la tecnología necesaria para fabricar la vacuna contra la covid-19 a la Universidad de Carolina del Norte en 2019
La farmacéutica Moderna y la Administración sanitaria estadounidense no tenían preparada una vacuna para el SARS-CoV-2 antes de que se conocieran los primeros casos de covid-19 en China, como aseguran mensajes difundidos en webs y redes sociales que sugieren una planificación de la pandemia con fines ocultos.
Desde hace días circulan en Facebook y Twitter publicaciones que citan «documentos confidenciales» estadounidenses como prueba de que la farmacéutica Moderna envió la tecnología necesaria para fabricar la vacuna contra la covid-19 a la Universidad de Carolina del Norte en 2019, semanas antes de que fuera detectado el virus SARS-CoV-2 que desató la pandemia.
Un «acuerdo de confidencialidad» muestra que «los potenciales candidatos a vacuna contra el coronavirus fueron transferidos» de Moderna a la universidad estadounidense «diecinueve días antes de la aparición oficial de la pandemia de Covid-19», aseguran algunos de estos mensajes, que basan su afirmación en textos supuestamente periodísticos publicados al respecto en diferentes webs.
En estos textos se destaca que representantes del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU (NIAID) firmaron el acuerdo de transferencia el 12 de diciembre de 2019, más de dos semanas antes de que la OMS fuera informada de la detección de un brote de neumonía desconocida en Wuhan (31 de diciembre) y casi un mes antes de que fuera identificado como causante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Estas webs acusan por tanto a Moderna y al NIAID -entidad que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y que dirige el epidemiólogo Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden- de conocer la existencia del SARS-CoV-2 antes de que fuera detectado y ocultarlo por oscuros intereses económicos y políticos. Sugieren incluso que pudieron causar el brote.
DATOS: En realidad, la Administración sanitaria de EEUU y la farmacéutica Moderna no transfirieron a la Universidad de Carolina del Norte tecnología para fabricar una vacuna anticovid antes de que se conociera esta enfermedad y entonces solo colaboraban en la investigación de vacunas contra el MERS y el virus Nipah.
NO ERA EL VIRUS DE LA COVID, SINO EL DEL MERS
En internet, cualquiera puede consultar el «acuerdo de confidencialidad» entre Moderna y los NIH que muestran las webs virales como supuesta prueba de una conspiración, porque forma parte de un documento de 153 páginas que publicó en una «nube» el 2 de junio de 2020 el periodista Bob Herman, de la web estadounidense de noticias Axios.
Pero este acuerdo no tiene nada que ver con el SARS-CoV-2 y, según explican fuentes de NIAID, se refiere a una candidata a vacuna contra el MERS-CoV, coronavirus responsable del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), detectado en 2012 en Arabia Saudí y que desde entonces ha afectado a 2.500 personas y ha causado 858 muertes en todo el mundo.
En la página 15 del documento es donde aparece este «acuerdo de transferencia de material», suscrito por las distintas partes entre el 12 y el 17 de diciembre de 2019, en el que el NIAID y Moderna figuran como proveedores y la Universidad de Carolina del Norte como institución beneficiaria.
En virtud de este acuerdo, el NIAID y Moderna pactan transferir a esa universidad estadounidense «material de investigación» para una vacuna de ARN mensajero que «no puede ser utilizado en sujetos humanos» y tampoco puede usarse «con fines comerciales», según precisa el documento.
ESTUDIABAN EL MERS-COV COMO PROTOTIPO DE CORONAVIRUS
Fuentes del NIAID consultadas por EFE confirman que «los materiales transferidos a la Universidad de Carolina del Norte en diciembre de 2019 eran candidatos a ser vacunas contra el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y no contra el SARS-CoV-2″.
«Debido a que los expertos conocen los coronavirus como virus con una alta probabilidad de causar pandemias, los investigadores del NIAID han estado estudiando formas de desarrollar vacunas contra ellos años antes de la identificación del SARS-CoV-2, el causante de la covid-19», precisan las mismas fuentes.
En este contexto, los científicos del instituto que dirige Fauci «seleccionaron el MERS-CoV como un ‘patógeno prototipo’ que estudiar para el desarrollo de vacunas», con la intención de que se pudiera generalizar el enfoque a «vacunas contra virus de la misma familia».
Además, antes de la identificación del SARS-CoV-2, los investigadores del NIAID y sus colaboradores académicos ya habían creado proteínas «Spike» («S») de coronavirus estabilizadas para el desarrollo de vacunas» contra este tipo de virus.
COLABORAN EN VACUNAS FRENTE A PANDEMIAS DESDE 2017
Así, una vez que, a principios de 2020, se compartió públicamente el genoma del SARS-CoV-2, ese enfoque se aplicó al desarrollo de vacunas candidatas contra el SARS-CoV-2, incluida la de ARN mensajero que patentó Moderna con el uso de la proteína «Spike».
La colaboración frente a las pandemias entre el Centro de Investigación de Vacunas del NIAID y Moderna se remonta a 2017. Y, según confirman las mismas fuentes, ambas entidades firmaron en mayo de 2019 un acuerdo formal para la investigación de vacunas candidatas contra el MERS-CoV y el virus Nipah.
Este acuerdo es el que «se modificó en febrero de 2020 para agregar candidatas a vacunas de ARNm para otros virus emergentes, incluido el SARS-CoV-2», indican las fuentes del NIAID.
Por lo tanto, ni la Administración estadounidense ni la farmacéutica Moderna disponían de una vacuna contra la covid-19 antes de que se hiciera pública la pandemia, como aseguran publicaciones en redes sociales y webs que sugieren un complot para crear y extender el nuevo coronavirus.