La Salud

¿Cómo lidiar con el miedo dentro del Hospital Pérez Carreño?

La presión que los profesionales médicos manejan ha incrementado a niveles garrafales desde la pandemia. En su área de especialidad, atienden una cantidad voluminosa de pacientes que esperan a diario por pasar a consulta.

El miedo invadió al país, incluso el espíritu inquebrantable del personal médico, hoy elije mirar la trastocada situación de la pandemia con mirada lejana. Desde que el covid- 19 inundó con la primera ola de contagios los hospitales en Venezuela, los profesionales médicos han tenido altos y bajos sin vislumbrar estado alguno de quietud o calma cercana. El testimonio de la doctora “Aguila” quien decidió mantenerse de manera anónima, describe  la situación que se vive en el Hospital Pérez Carreño.

La doctora “Aguila” relata como el drama que ha traído el coronavirus reestructuró el plan de contingencia, paró en seco las actividades intra-hospitalarias, las clases a estudiantes de medicina y consultas para atender a los pacientes con el covid-19. Los especialistas médicos residentes entran en contacto con pacientes infectados por el SARS-coV 2, además de los médicos que laboran en el área de emergencias y realizan guardias semanales. En el área de medicina interna, realizan una vez cada dos meses una guardia de apoyo en la zona  de aislamiento, donde hierve hasta el punto de ebullición el estado de alarma por la crisis sanitaria frente al covid-19.

A la doctora “Aguila” le colocaron la última dosis de la vacuna rusa Sputnik V a finales de marzo. Su organismo al generar anticuerpos contra el coronavirus presentó dolor de cabeza y malestar general. Vacunaron a los profesionales médicos, vigilancia, camareros, mantenimiento y todo el personal que labora en el Hospital Pérez Carreño.  Con respecto a la desinformación que abunda acerca del proceso de vacunación, que se desarrolla a cuenta gotas y espera por surtir a todos los venezolanos; asegura que una vacuna al igual que todo medicamento tiene sus efectos adversos. Asimismo la vacuna rusa fue respaldada por la revista médica The Lancet por tener una eficacia del 92%. “Las vacunas tienen efectos secundarios tempranos, posterior a la colocación, fiebre, dolor de cabeza, malestar general que no generan mayor complicación. Existen efectos secundarios  como sucede en todo medicamento que genera anticuerpos, pero no son reacciones frecuentes.” asegura.

La presión que los profesionales médicos manejan ha incrementado a niveles garrafales desde la pandemia. En su área de especialidad, atienden una cantidad voluminosa de pacientes que esperan a diario por pasar a consulta.  Es poco el personal que actualmente labora, y en demasía el riesgo frente a posibles contagios. El hospital no los provee de ningún tipo de equipo de protección individual. La entereza con la que trabajan también se extiende a proveerse por su cuenta equipos de bioseguridad, tapabocas, guantes, alcohol y materiales para la desinfección.  Trabajan con las uñas y sin florituras para anestesiar la ansiedad o el pánico, con tantos ápices por donde se desborda la emergencia médica sólo pueden acatar con mente fría la situación.

Actualmente el piso 5 del hospital rebosa su capacidad,  y atienden en exclusiva a pacientes ingresados por el covid-19. La doctora “Aguila”, como testigo en primera línea, del desafío que enfrenta el Hospital Pérez Carreño, habla acerca del miedo que envuelve a sus colegas. Los cimientos del Pérez Carreño ahora albergan ansiedad y confusión, tanto en las consultas médicas como la zona de hospitalizaciones. Otro de los factores que generan estrés es el “poco poder resolutivo” que manejan. “Si debemos operar un  paciente no podemos hacerlo porque no contamos con condiciones óptimas, ya que se presentan muchos obstáculos en el camino”. Aunado a los casos de cirugía electiva que son pospuestos, puesto que el quirófano se contamina de coronavirus.

En los hospitales se trabaja como dicen por allí “con las uñas” no hay recursos para hacerlo, es un reto para los profesionales manejarse entre la realidad de la pandemia y una Venezuela teñida por la crisis humanitaria. “Águila” habla lenta, cordial y prudente en extremo al  comentar sobre el proceso de descontaminación de los quirófanos. Actualmente existen limitantes para operar, además de la disponibilidad del espacio, el proceso de desinfección juega en contra. Las máquinas y ventiladores que se utilizan para la anestesia general en momento de entubar al paciente alojan bacterias y coronavirus. Se debe desinfectar de la manera adecuada puesto si un paciente está positivo con el covid-19 y el proceso de desinfección no es óptimo, ocurre el riesgo de que otro usuario de la máquina que esté negativo  y entre al quirófano contraiga el virus.  En el Hospital Pérez Carreño todo funciona sobre la marcha y sus áreas y equipos están colapsados o deteriorados por el flujo de los pacientes y el paso de los años.

El incremento colosal de contagios por SARS-coV 2 muestra como consecuencia directa una crisis humanitaria que sumerge en las aguas del miedo a la sociedad venezolana. Los estragos de la pandemia llegan a las orillas de la vida de los venezolanos, y además,  arrasan como un tsunami todo orden y estructura por parte del personal médico para sobrellevar la situación. Quienes ahora se esfuerzan para sacar a flote el sistema de salud en los hospitales, también luchan su propia batalla contra la ansiedad.

“La ansiedad ha estado muy presente en los venezolanos durante el tiempo de la pandemia, no me excluyo de allí” afirma el médico. La ansiedad en primera instancia de sentirse expuesto a contraer el virus, a que se pueda complicar y no existan los recursos para resolver y finalmente a contagiar a familiares y seres queridos. Le llegan a oleadas los recuerdos,  situaciones donde los pacientes no pueden ser ingresados, o tener la atención digna y un subsidio que no existe para el uso de materiales de bioseguridad por parte del personal médico. Enfermeras, doctores y anestesiólogos por igual son arrastrados por la incertidumbre y es difícil no tener  la ansiedad presente como segundero durante sus labores. Intentan cumplir con las reglas que propone el hospital y avanzar en su trabajo, sumado a lo que sucede a diario a puertas cerradas con los pacientes infectados por coronavirus.

“A mí como médico lo que me ayuda es no pensar demasiado y concentrarme en lo que hago” añade. Para ella vivir el momento y mantener el enfoque son parte del protocolo de seguridad. “Trabajo concentrada, con mucha cautela, tratando  a las personas de la mejor forma y pensando que esto va a pasar y volveremos a la normalidad algún día”.  El miedo y el estrés son un factor muy importante a la hora de combatir las enfermedades, dichas emociones, inmune suprimen el cuerpo humano. El sistema inmunológico de una persona que presenta depresión es más propenso a contraer enfermedades, y también el contagio por el covid-19. “Aunque es normal sentir ansiedad durante estos tiempos debemos cuidarnos lo más posible. Intentando empezar cada día por ser una mejor persona, tener mejores hábitos. Siempre un nuevo día es una oportunidad para hacer y crear nuevas cosas”.

Ver la vida desde el presente

Su recomendación para los venezolanos y los profesionales de salud es intentar mantener la calma y seguir con el propósito que cada uno tiene. “Debemos buscar el lado positivo de las cosas. Ver la vida desde el presente, lo que ocurre en el aquí y no preocuparnos por lo que pueda pasar” asegura. Tampoco aconseja creer todo lo que se dice sobre la pandemia, no leer cualquier información, puesto que la desinformación o el exceso de esta generan por partes iguales mucha ansiedad.

En tiempos de coronavirus los médicos apuestan por trabajar y producir de manera positiva.  Tener la mente y el cuerpo ocupado es lo más beneficioso en este momento.  “Muchas personas creen que tienen covid o les dio covid. Incluso me ha pasado. Mantenerse lo más sano posible, hacer actividades que ocupen tiempo y sean productivas, hacer ejercicio y comer lo más sano y nutritivo posible nos mantiene sanos física y mentalmente”. Asegura. Asimismo las medidas extremas para evitar el contagio pueden desatar la paranoia. Ante el extremismo la doctora “Águila” añade que encontrar un equilibrio es lo más sano. “No es sano usar por tiempo prolongado el tapabocas porque aloja muchas bacterias. Debemos cuidarnos, lavarnos las manos, usar el tapabocas pero no caer en extremos pues ese mismo miedo y ansiedad debilita nuestro sistema inmunológico y queda expuesto no solo al covid sino a otras enfermedades” recomienda.

“No podemos vivir con miedo y pánico de que nos vamos a contagiar. Simplemente tenemos que tomar las medidas adecuadas.  Mientras más amigos, familiares, gente de confianza, esté cerca de nosotros sin las medidas adecuadas allí es donde más existe el riesgo de contagio. Limpiando cada cosa que tocas, colocar alcohol a las perillas de puertas y botones de los ascensores constantemente es una actitud alarmista. Estar todo el tiempo con el tapabocas en el hogar puesto, incluso también cerca de tu círculo familiar es alarmista. No es sano pues el tapabocas propicia bacterias”. Explica. En tal sentido la confianza hacia tu familia viene cargada de un grado de responsabilidad para cuidarse entre todos.  “Lo que debemos hacer es tomar el distanciamiento, mientras más medidas se tomen para evitar la propagación es mejor. No podemos saludarnos de manos, de besos, no podemos tener ese contacto. Al menos que sea con la familia que vivimos, cuando estamos entre nuestras personas de confianza. Y como existe la confianza existe la responsabilidad de que si se exponen en la calle, bajo las medidas de seguridad, tenemos la consciencia de que podemos mantener la normalidad dentro del hogar”.  Señala.

El secreto que la mantiene en pie y protege su mente del colapso diario es que  intenta ignorar lo negativo y permanece como ella dice “resguardada en su burbuja”. La Doctora “Águila” se mantiene dentro de su zona interior de confort, lo que le permite ayudar a otros manteniéndose enfocada en sus objetivos y metas. En el Hospital Pérez Carreño intenta ayudar lo más que puede consciente de que “no puedo hacer el papel de heroína, e ir contra todo” explica.

La Doctora “Águila” asegura que mantenerse rodeados de sus seres queridos no sólo reduce la ansiedad y el miedo, también fortalece el sistema inmunitario. Como médico intenta esquivar los estragos de la ansiedad. El amor la acompaña y es el mensaje que comparte “Amemos y estemos en contacto con nuestros seres queridos, siempre cuidándonos pero nunca siendo alarmistas. Mantengámonos enfocados y agradezcamos cada día que estamos viviendo” son sus palabras. Durante tiempos de pandemia enfatiza tanto para los médicos, como para sus pacientes, la importancia de conectar con el lado más bello y vulnerable del ser humano: el amor por la  vida. 

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