Opinión Nacional

Carta a Henry Rangel Silva

Sr.:

No es el propósito de esta carta comentar su designación como Ministro de la Defensa en el gabinete de Hugo Chávez Frías. Eso merecería otra carta, por haber sido usted señalado como colaborador de grupos extranjeros terroristas y por sus declaraciones sobre el desconocimiento de una eventual victoria electoral de las fuerzas políticas que se oponen al régimen actual.

En esta ocasión deseo referirme a sus detalladas declaraciones sobre los preparativos de lo que usted llama “la materialización de la unión del pueblo y la Fuerza Armada”, en el mejor lenguaje de aquel fanático argentino que se llamó Norberto Ceresole. Se refiere usted a la próxima “conmemoración” de los sucesos del 4 de Febrero de 1992. Esa fecha, añade usted, debe ser reconocida como histórica, “puesto que que a raíz de ese hecho se ha dado una serie de eventos que son los que tienen a esta Venezuela llena de paz, de futuro, que para la época no se vislumbraba”. Olvidando misericordiosamente su accidentada sintaxis, realmente merecedora de un pupitre en la misión Robinson, debo comentar sus aseveraciones sobre el significado de la fecha.

1. La promoción que hace usted, como Ministro de la Defensa de Venezuela, de la conmemoración de un acto traidor por parte de un grupo de soldados a la nación venezolana, a la Constitución de la República, a sus juramentos de lealtad a las instituciones y a un gobierno democraticamente elegido, constituye una aberración abominable, solo posible en la podredumbre moral que caracteriza al régimen actual. Representa además una prostitución de su función en la Fuerza Armada, la cual debería ser rectora en lo ético, no de celestinaje.

2. Al promover la conmemoración de este acto de traición olvida usted que el líder del golpe, Hugo Chávez Frías, llevó a sus soldados engañados a insurgir contra el gobierno legitimamente constituído. Les dijo que iban a un desfile militar. (“Hugo Chávez sin Uniforme”, Marcano y Barrera, página 112).

3. Olvida usted también que este acto de traición por parte de un reducido grupo de militares con conexiones políticas con el extremismo marxistoide recibió la repulsa de la gran mayoría del país en el momento, y hasta de líderes regionales de izquierda extrema como Fidel Castro, el primero en enviar un mensaje de apoyo al gobierno de Carlos Andrés Pérez.

4. Miente usted al decir que el evento mencionado generó “una Venezuela de paz y de futuro”. La Venezuela de hoy es un país acogotado por el crimen, uno de los tres países más violentos de América Latina, con una de los mayores tasas de asesinatos del hemisferio. No existe en Venezuela paz de ningún tipo. Estamos inmersos en grandes conflictos generados por la ineptitud del régimen, por la corrupción imperante, por el abuso de poder crónico que ustedes ejercen, por el deterioro espeluznante de nuestra infraestructura física y por las deudas galopantes que contrae Hugo Chávez , de manera irresponsable, para financiar sus proyectos insensatos de poder. Tampoco tenemos futuro promisorio mientras permanezcan en el poder los miembros del funesto grupo del cual usted forma parte. Quien se imaginaría que Venezuela estaría hoy importando gasolina? O que sería objeto hoy de más de 20 demandas internacionales por abuso de poder? O que pretendería desconocer tratados y obligaciones internacionales por “machismo” presidencial? O que los miembros del gabinete ejecutivo y presidentes de empresas del estado tuvieran tan baja calidad profesional y ética?

5. Se jacta usted de poderío militar, solo porque se han hecho compras inmensas de material bélico que sus tropas, por cierto, no parecen manejar muy bien. Es que acaso se comen los tanques, los aviones supersónicos, los misiles? Mientras aumenta el arsenal bélico disminuyen el arroz, la leche y los productos más básicos en los mercados. Como compaginan ustedes esa pomposa e inflada quincalla bélica con el concepto de una guerra asimétrica contra “el invasor”? Guerra asimétrica con tanques y armamento pesado? Perdone que me sonría. Hasta un geólogo como yo puede ver lo absurda que es la estrategia.

6. Mucha osadía se requiere para bautizar la conmemoración de una asonada militar inepta y traidora como “el día de la dignidad”. Dice usted que la Fuerza Armada es un “orgullo nacional”. Soy venezolano y jamás podré sentir orgullo por militares, muchos de ellos vestidos como payasos, quienes desfilan mientras cantan: “Patria, Socialismo o Muerte”, un canto indigno que representa la negación del juramento que ustedes hicieron en su academia militar y que ya han olvidado. Ese juramento hablaba de lealtad a la nación y a la constitución, no a un hombre ni a un proyecto político.

Desfile usted todo lo que quiera. Ya llegará el día de su desfile ante un tribunal que no esté arrodillado frente al dictador. Ese desfile sí lo verá con aprobación el pueblo democrático de Venezuel

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