Opinión Nacional

¡Que tipo tan miserable!

¡Que tipo tan miserable!

¡Cuanta pobredumbre en el gobierno

y el sistema judicial!

Escucharlo y sentir asco era lo mismo. No es que uno “no sabe”, pero escucharlo como descarnada confesión de boca de uno de los autores de tantas injusticias es otra cosa. ¿Cómo llegó ese señor Aponte Aponte a ser fiscal general militar del país, magistrado del TSJ y para colmo presidente de la Sala Penal?, ¿Quién lo puso allí?

De sus confesiones se desprende que violaba la Ley todos los días. Era solo un “perro fiel”, dispuesto a -como él mismo confesó la noche del miércoles- meter en la cárcel a varios “porque lo ordenan los que mandan”, pero que de pronto, dice él “se sintió traicionado” y decide “salvar su vida” huyendo. Quien sabe que de historias habrá allí en esa “traición”.

 La Misión “traicionar traicionando”, escribió alguien en el twitter. Ahora se entrega a la DEA y, dicen, va a dar pruebas de violadores de la Ley y amigos del “narco” más importantes que él para así pedir penas más “suaves” y protección a su vida. Como en el clásico caso del contador mafioso que entregó al tristemente célebre jefe de la Mafia Al Capone.

El sujeto contó -es su confesión- que sentenció al comisario jefe de la policía del Zulia y hoy diputado preso, José Sánchez “Mazuco” a sabiendas que la “prueba” era un testigo inventado, un delincuente a quien le escribieron la confesión, le pusieron una capucha y en premio lo dejaron libre. ¿Cómo le devuelven a Mazuco ahora sus años perdidos?.

Y que en el episodio de los supuestos paramilitares o “paracachitos” de El Hatillo no había tal cosa (“yo creo que no eran paramilitares”, dijo). Y que así también está presa sin sentencia la jueza Afiuni. Y los comisarios de la PM. Y que por eso mandó preso 5 años al general Usón. Y como presionaban a los jueces o los destituían. Aunque no contó su intervención en negar los recursos judiciales de la defensa de Chancellor.

 Relató un caso asqueante en el que dictó -asegura que por órdenes superiores- una medida cautelar para favorecer a un narcotraficante que guardaba la droga en un cuartel del Ejército!. Negó, sin embargo, tener vínculos especiales con Makled (¿como creerle?) de quien relata que “tenía alfombra roja en el gobierno desde 2002”. Asegura que los viernes se hacen reuniones en la vicepresidencia con la Fiscal, la presidenta del TSJ y otros altos funcionarios donde se decide el curso de los procesos judiciales del momento.

 “Sé lo que me espera por manipular la justicia. Sé que no es nada bueno (…) No puedo regresar a Venezuela a que me juzguen. ¿Tengo garantías? Yo conociendo el sistema por dentro, cómo funciona y se maneja, sé que no tengo garantías”, respondió a una pregunta de la periodista. Y tanta gente pensó con rabia e indignación: “Las mismas garantías que le negaste durante todos éstos años a tantas personas”.

 Fue algo perturbador, seguido por un largo silencio de censura en los medios oficiales. Y finalmente, algunas respuestas de jefes del gobierno, encabezadas por Nicolás Maduro, la señora Eckaut y el ministro El Aisami y otros donde lo señalan como “traidor, cobarde, parte de un plan desestabilizador, prófugo”, pero, como señaló un agudo comentarista en el twitter: “no le dicen mentiroso…”.

 Lo que ellos ahora digan de él, debe ser verdad, pero no pueden tapar que era “uno de los suyos de mucha confianza”. Un “rojo rojíto” con funciones claves para sus políticas. Un ejecutante de sus planes en muy alto nivel. Un “prócer” de la revolución en el sistema judicial. Eso era. Uno de los “hombres nuevos socialistas”. Están en total descomposición moral y política.

 “La justicia en Venezuela está convertida en un pantano. En este país sólo hay justicia para el que tiene poder”, comentó ayer Henrique Capriles quien recordó las vicisitudes que le tocó pasar cuando estuvo preso, “peloteado” por jueces con miedo o con ordenes. También Ramón Guillermo Aveledo, a nombre de la MUD señaló que: “Aponte Aponte era, como decimos en Venezuela, un toñeco, un consentido del gobierno. Fue magistrado nombrado por el gobierno, usado para los casos más delicados y ahora ¿quién responde por todo eso?”.

 TIP 1: Venalum: Es un triunfo de la denuncia y de la lucha, haber obligado al vice ministro de Industrias Básicas a venir a Guayana y prometer soluciones o inversiones para Venalum. Es poco creíble que de verdad hagan algo, pero el gobierno no pudo seguir “dejando correr” el desastre. Quedaron emplazados. No pudieron culpar a los trabajadores.

Algo van a tener que hacer, sobre todo si seguimos desnudando la verdad del gobierno destructor de Guayana. En campaña electoral necesitan el disfraz. Ese señor vice ministro, directamente responsable de las empresas de Guayana, tiene ¡cinco meses en el cargo! y prácticamente nunca había venido a Guayana!.

 TIP 2: Tocoma. Las obras electromecánicas siguen muy atrasadas. Ayer colocaron la parte metalmecánica de una turbina. Eso es bueno, pero no para engañar al país como hicieron hace meses diciendo que para las próximas semanas estarían generando energía.

Eso sigue muy lejos. El gobierno retrasó todo debido a las enormes deudas en los pagos a las empresas tanto fabricantes (Malasia y Argentina) como las que ejecutan las obras electromecánicas.

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