Qué fue del petro, la ilusión de Maduro para evadir las sanciones
Los esfuerzos para darle sentido a la criptodivisa no han cesado. Maduro abogó por convertir al petro en la unidad de cambio para el sector agroalimentario
El petro debía ser la criptomoneda que salvaría a Venezuela del “bloqueo financiero”, según Nicolás Maduro. Pero, tres años después de su debut, analistas económicos, miembros de la industria de las criptomonedas y venezolanos de a pie desconocen la situación real de la criptodivisa.
La primera mención del “petro” dentro de la legislación nacional venezolana se puede encontrar en el “Decreto 3.196, mediante el cual se autoriza la creación de la Superintendencia de los Criptoactivos y actividades conexas Venezolana”, publicado en Gaceta Oficial venezolana número 6346 con fecha de 8 de diciembre de 2017. Y tal vez fue la primera y última vez de su mención.
La realidad es otra, el petro está ausente en todas las grandes exchanges o casas de cambio internacionales, esas plataformas digitales como Binance o Coinbase donde los usuarios compran y venden bitcoins, ethers, litecoins o cualquiera de las más de 2.300 criptodivisas que existen en el mercado.
Sin embargo, Maduro no deja de anunciar nuevos usos para el petro: importar, pagar impuestos, habitaciones de hotel, las tasas para obtener el pasaporte, entre otra infinidad de inventos como moneda.
Durante el último año el líder chavista adjudicó bonos extra en petros a pensionistas, a portadores del carnet de la patria y en junio del 2019 «ordenó» que se abra un millón de wallets en petros para jóvenes.
En la actualidad, el cambio entre el petro y el bolívar alcanza los 96,6 millones de bolívares por cada criptodivisa. Maduro llegó a firmar que el ‘Token’ serviría “como plataforma para el crecimiento de un sistema financiero más justo y favorable para el desarrollo nacional”.
Pero ese es el panorama dentro de la nación, fuera de ella desconocen si existe el petro.
Tom Robinson, cofundador de la compañía de análisis de blockchain Elliptic, también le perdió el rastro: “En la industria, todos consideran al petro una especie de broma, no creen que sea una criptomoneda de verdad. Consideran que es un engaño”, le dijo a BBC Mundo.
Quien quiera usar los petros para comprar algo más que bitcoins puede dirigirse al único negocio donde se acepta esta criptomoneda: el portal PetroShop, que comenzó a operar el pasado 23 de junio. Allí, un centenar de vendedores ofertan desde un paquete de 48 condones a 0,50192404 petros (US$30) hasta un mes de Netflix por 0,12 petros (US$7).
Según el régimen de Maduro, la criptomoneda está habilitada para pagar la gasolina en cualquiera de las estaciones de servicio del país o realizar envío de remesas en criptomonedas.
Los esfuerzos para darle sentido a la criptodivisa no han cesado, en julio pasado, Maduro abogó por convertir al petro en la unidad de cambio habitual para las transacciones en el sector agroalimentario, para así ponerla en el centro de producción de alimentos.
Alejandro Layton le falto mencionar que el Uso del Petro fue sancionado y prohibido en el mercado financiero norteamericano