Las trampas de luz de Cruz-Diez
En el conjunto de edificios de La Défense, el más importante enclave internacional de negocios de París, se erige sobre las vías de circulación la Torre Trinity, un nuevo paradigma arquitectónico. Esta imponente estructura de 140 metros de altura y 49.000 m2 de construcción, se ha propuesto reinventar la vida de las corporaciones que ocuparán sus 33 pisos de oficinas.
En este audaz concepto arquitectónico se destaca la ambientación concebida por Carlos Cruz-Diez. Se trata de la Physichromie Trinity, concebida para hacer del gran espacio vestibular un atractivo singular para los usuarios del edificio. La estructura de la obra aloja “trampas de luz” que generan variaciones cromáticas sin que se utilice ningún artificio, solo gracias a la luz y al desplazamiento del observador. En la Torre Trinity, el hecho arquitectónico se transforma entonces en un escenario donde los usuarios y visitantes del edificio, al interactuar con la obra de Cruz-Diez, se convierten en coautores de la misma, al generar a voluntad gamas de colores en el espacio y el tiempo de su trayecto.
En esta poética del hábitat, donde se fusionan arte y arquitectura, Cruz-Diez parte de una reflexión encaminada a lograr el bienestar espiritual del habitante de la ciudad: “Las obras de arte en los espacios públicos o en las edificaciones despiertan las percepciones dormidas del que las observa, sacándolo de su rutina y estimulando su imaginación a otras lecturas de la realidad, del tiempo y del espacio”, afirmaba el artista, quien desde 1967 realizó numerosas obras de integración a la arquitectura y en los espacios públicos de diversas ciudades del mundo. “Dichas obras adquieren un valor emocional y afectivo, contribuyendo a afianzar el sentido de referencia, pertenencia y orgullo del ciudadano en relación al entorno patrimonial de su hábitat, comunidad, pueblo, ciudad o región”, expresaba el artista.
En relación a esta obra, tanto la planificación, los planos y los sistemas fabricación e instalación de la Physichromie Trinity, estuvieron a cargo del Atelier Cruz-Diez de París, bajo la dirección de Carlos Cruz-Diez Jr. Con él conversamos en el lobby del edificio.
¿Cómo se originó esta intervención? Se lo pregunto, porque usted ha estado involucrado junto con el artista desde los inicios de este proyecto.
Hace nueve años, los arquitectos de la agencia Crochon-Brullmann Associés, junto a los ejecutivos del grupo inmobiliario Unibail-Rodamco-Westfield y los ingenieros de Vinci Construction, se reunieron con nosotros para mostrarnos los planos de lo que ellos llamaban un “défi de l’impossible”, un desafío imposible, porque la torre se erige por encima de una autopista. Con los planos desplegados sobre la mesa de trabajo, le pidieron a mi padre que pensara cómo intervenir en los espacios interiores. Al escucharlos, nos dimos cuenta de la visión innovadora que ellos tenían de una arquitectura diseñada para adaptarse a nuevas formas de convivencia corporativa, un edificio bioclimático lleno de transparencia, luz y vegetación que se posicionaría como un proyecto «HQHE» de Alta Calidad Humana y Ambiental, completamente conectado a la vida y a su entorno, el escenario ideal para las ideas y conceptos de Cruz-Diez.
En el Atelier Cruz-Diez de París desde hace más de cincuenta años trabajamos en proyectos de integración a la arquitectura y para nosotros lo ideal para una intervención es participar a partir del momento en que se elaboran los planos. Para Cruz-Diez, la implantación de una obra de arte integrada a un proyecto arquitectónico debe ser producto de la reflexión de un equipo integrado por el artista, el urbanista, el arquitecto, la inmobiliaria, el ingeniero, el paisajista, artesanos, técnicos y promotores, para lograr un resultado coherente y armonioso. Afortunadamente, todas esas condiciones se cumplieron para esta intervención y mi padre ideó la obra Physichromie Trinity concebida para hacer del gran espacio vestibular un atractivo singular en el que los usuarios y visitantes al ingresar al edificio participan en la obra y activan sus percepciones.
¿Qué implicó la fabricación de esta obra tan singular?
Es una obra de 6.10 metros de altura y 3.17 metros de ancho, lo que se traduce en una estructura de 18 m2. Desde el momento de su concepción en 2016, le siguieron diversas etapas que incluyeron los diseños para la fabricación, pruebas de materiales, cálculos del chasis del soporte mural, entre otras, culminando su instalación este mes. Ha sido un proceso de varios años en el que han participado el equipo de profesionales y técnicos del taller en la elaboración de una obra muy compleja. La obra se compone de módulos que atrapan la luz y proyectan el color en el espacio, creando una situación evolutiva de colores aditivos, reflejos y sustractivos. De esta forma el color invade el espacio circunscrito entre las láminas verticales —moduladores de la luz— que cubren toda la obra. Las Physichromie actúan como “trampas de luz” en un espacio donde interaccionan una serie de tramas de color que se transforman las unas con las otras y por efectos del desplazamiento del espectador o de la fuente luminosa, surgen una serie de variaciones cromáticas que se repiten incansablemente cada día, sin llegar a ser exactamente las mismas, ya que nunca es igual la intensidad y la naturaleza de la luz que las baña. De allí el nombre de Physichromie, por el hecho de poner en juego el color luz, el color físico.
Háblenos del Atelier Cruz-Diez de París, en esta nueva etapa sin el maestro.
Después de haber trabajado con mi padre por más de cuarenta años, asistiéndolo en la implementación de tecnologías aplicadas al arte, cuento con la ayuda de mis dos hijas, que se formaron con su abuelo y conmigo,paradirigir el excelente equipo de profesionales, técnicos y artesanos del taller, con quienes trabajamos las ideas y proyectos que concibió mi padre hasta 2019 y que están en desarrollo en este momento. Me refiero a proyectos de integración a la arquitectura y exposiciones internacionales comprometidas con anticipación para los próximos años. Otra de mis responsabilidades es la gerencia y planificación de estrategias destinadas a abrir nuevos mercados para la exhibición y venta de obras en diversos países, estableciendo acuerdos con museos, galerías y coleccionistas en este medio tan complejo como lo es el mercado global del arte.
Finalizo esta nota recordando que en 1960, Cruz-Diez estableció su taller aquí en París para continuar desarrollando sus investigaciones sobre el fenómeno cromático iniciadas en 1957 en Caracas, sumando sus propuestas a las tendencias de la Abstracción Geométrica y de la corriente Cinética en pleno desarrollo en ese momento en Europa. Sus investigaciones sobre la luz y el color, sus reflexiones y hallazgos hicieron que su nombre se asociara al de otras grandes figuras del arte contemporáneo, siendo considerado uno de los más destacados pensadores del color del siglo XX. Sus obras forman parte de las colecciones de los más importantes museos del mundo.
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