Mary Brandt: Los Límites de la Pintura
La pintura es para mí una necesidad vital.
Yo digo, hago respiro y sueño
A través de la pintura.
Con ella me voy del mundo y regreso.
Mary Brandt, 1985
El color y el espacio se transforman en sensibilidad, musicalidad en cada uno de los cuadros de Mary Brandt (1917-1985), la continua trasgresión de la bidimensionalidad, y de los límites del lienzo en su obra, dan una idea del anhelo de libertad estética que la movía, creando una abstracción que convierte los contraste cromáticos y la mancha pictórica en una abstracción que crea su propia realidad poetizándola al enfrentar al otro a su sombra. Caraqueña que estudio en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, en la esquina El Cuño entre los años de 1938-1943, a la que entrara a estudiar por un azar, y no por influencia de su padre, el pintor Federico Brandt (1878-1932). En los cincuenta llegó a lo que considera su vocación como pintora la abstracción expresionista, en Roma año 1949 pudo ver una exposición de Malevich (1878-1935), e inicia su acercamiento a la tendencia que representa este pintor. El abstraccionismo de la artista se alejara mucho de la rigidez geométrica y la homogeneidad del plano pictórico, al crear tensiones entre el lienzo y el óleo al usar áreas de este para intégrarlo a sus composiciones, para generar profundidad visual, su cromática no es dominada por la racionalidad sino por la emoción y la intuición. Es la época del gestualismo y de pinceladas cargadas como las de Kooning (1904-1977), de quien aprecia su expresionismo. Estas peculiaridades de la creadora y el evitar integrarse a movimientos plásticos es uno de sus rasgos, esto lo destaca Guillermo Meneses en su exposición individual en el Museo de Bellas Artes en 1963:
“Si quisiéramos catalogar la obra actual de Mary Brandt.., nos encontraríamos con la definición perfectamente inútil, de una fórmula inventada”.
Era una amante de la música, heredo de su padre ese gusto especial por Scriabin y Satie, entre otros, de ahí la presencia de la musicalidad en su pincelada y la forma como nacen las capas cromáticas que transmiten profundidad a los diversos planos de cada pieza. Hace uso del color para expresar estados emocionales, evade la figuración en la pintura porqué para ella había llegado a sus límites, debido a que la fotografía le imponía un reto a las artes plástico por su impactante realismo.
En sus cuadros a lo largo de tiempo, se puede apreciar esa búsqueda por trasgredir lo bidimensional a través de vías tan diversas como tela sobre tela, bastidores dentro de bastidores, el uso del pliegue de telas adheridas al lienzo, para hacer brotar nuevas texturas y volúmenes del plano, y asumir la tridimensionalidad desde la pintura.
Adhirió a la superficie pictórica de sus cuadros clavos, zapatos, copas, cuerdas para introducir lo cotidiano y el universo objetual que nos rodea entre atmósferas abstractas, pero estos objetos no son tratados como una realidad en si, sino busca destacar la dimensión estética y generar un discurso que podría estar cercano a Marcel Duchamp (1887- 1968), pero en lugar de esto son elementos que agrega para integrarlos a la pintura y complementarla, al transmitirle nuevas significaciones. Son estos elementos introducidos por su anhelo de libertad. Así transforma cuerdas en vacío, en líneas que generan tensiones con el espacio al crear nuevos planos de profundidad compositiva, además de los existentes en el color pleno de gestos y expresividad. Introduce su propuesta en el espacio en que existe el espectador, para que perciba esa continuidad incorpórea que es el vacio. Son obras que se abren al otro, para provocar su imaginación y la reflexión. Cómo ocurre en el cuadro La Huella del Taller, 1984 refleja de manera cercana la forma de ser y crear de la artista, entre capas pictóricas amarillas en sutiles formas geométricas que se desintegran entre la gestualidad de las pinceladas que crean atmósferas asimiladas a la vida y a la alegría. El amarillo es un color asociado a lo solar y a sus resonancias simbólicas como la iluminación mística y el conocimiento, no en vano la vela y su luz eran un símbolo de la ilustración. Sobre este fondo líneas horizontales azules, sirven de apoyo visual para crear direcionales simbólicas que señalan hacia abajo a través de la suela de un mocasín en la parte inferior de la pieza, y en la superior hay otra suela, que se orienta hacia arriba, es la huella física del paso de la creadora en su taller expresa lo que significa para ella la pintura: Gozo y angustia, lo masculino y lo femenino.., la unión de los contrario que genera la armonía. Pero nos habla también del riesgo creativo, en los manchones de colores que muestran las suelas, son las manchas de óleo que cubrían el piso de su taller, expresan estos elementos una obra de arte que asume la espontaneidad y que nos transmite la sensación de liberación en que se sumerge la artista en la acción creativa. Y también nos acerca a reconstruir en la imaginación los movimientos de la pintora, o su inconsciente danza creadora.
“Mary Brandt confiesa que para ella la pintura es una lucha. ¿Con quién con su interioridad con la tela? «Es una lucha con la tela, una lucha que me angustia y me divierte mucho.”(1)
En algunas de sus pinturas introduce bases de copas, y elementos de vidrio que generan un juego con el círculo y la circunferencia, unión del principio y el fin, como impronta usa su huella como indicio de su presencia física sobre la superficie pictórica y establece así un vínculo entre el espectador y la obra. Se está ante una la distinción filosófica entre el ser y la apariencia, posiblemente nos desea recordar la artista que vivimos rodeados de formas en las que esencias geometrías subyacen tras la inmediatez, nos recuerda el planteamiento de Cézzane (1939-1906) y del cubismo. Y así como las gotas de lluvias al caer forman líneas, las sombras de los clavos presentes en sus cuadros parecieran metáforas de gotas de una tormenta, y al proceso de transformación de la materia que genera el agua. Hace referencia de esta manera al carácter cambiante de la realidad.
En el abstraccionismo que caracteriza su obra la geometría se desvanece entre capas de color, y en cada pintura las formas básicas se ocultan, o se da un proceso inverso donde la mancha de color crea espacios con asociaciones geométricas, ese es uno de los sentidos de su propuesta: el juego con el espacio. Para hacer al otro consciente de su existencia, o quizás este cuestionando nuestra concepción de la realidad y la existencia de diversos niveles de percepción y que nuestras capacidades sensoriales no perciben, nos desea así llevar la artista más allá de la sensorialidad.
Es este un universo de presencias, de ensoñaciones que pinta cuando suelta la mano libremente sobre el lienzo, cuando su acción creativa no es regida por la lógica. También dibuja de manera espontáneo, con trazos rápidos en tinta china dominados por el automaticismo, creando un juego con el espacio tal como se materializa en su obra pictórica. Este es uno de los elementos que unen lo aparentemente contradictorio, la abstracción expresionista de sus cuadros y la figuración de sus dibujos.
Gustaba de la pintura de Rothko (1903-1970) por su degradación cromática y los climas de misticismo que emanaba su estética. A diferencia de este pintor las degradaciones cromáticas de la artista son expresivas, gestuales, matéricas y hacen sentir el pulso de la artista, su huella creativa, era un efecto buscado desde sus obras tempranas caracterizadas por el expresionismo en los cincuenta, hasta en sus últimas piezas realizadas en 1985.
Si bien se establecen contrastes cromáticos fuertes, y gestos violentos en la pincelada, la solución plástica de cada cuadro materializa climas de armonía. En su propuesta se observa admiración hacia la obra de Fontana (1899-1968) en esa lucha por trasgredir el plano, a través de los cortes en la superficie de la tela, e introducir el vacío en la pintura, así como el modernismo lo llevo al volumen escultórico tanto en Archipenko (1887-1964) como en Moore (1898-1986).
Los cuadros de Mary Brandt no sólo rasgan el lienzo, sino crean el vacío en formas geométricas que cortan la superficie pictórica, y a su vez la pliega para formar una antítesis de la realidad sensorial. Se generan de esta manera relaciones dinámicas entre el vacío y la materia. Evita los planos homogéneos de color al introducir volúmenes reales a través de la misma tela, o al adherirlas al plano para transformar el cuadro en pieles sobre pieles. Esto nos lleva a una de las nociones centrales de su visión estética: la experimentación y llevarla al extremo en su lenguaje plástico.
Es esta una propuesta densa, arriesgada que no desea estar en sintonía con las tendencias de moda, sino que se convierte en un continuo diálogo entre su contexto y su ser que exterioriza plásticamente, siendo fiel a su voz interior. La artista no deseaba complacer los gustos dominantes. Y en el contexto estético que la rodeo en Venezuela, fue como una isla entre su generación. Su lenguaje plástica estuvo en constante expansión por eso le incomodaba saber que no llegaría a poder conocer por su edad herramientas creativas que se avizoraban en el horizonte, y que transformarían las artes plásticas, como de hecho lo hicieron.
“En un momento de locura me dije que si yo tuviera veinte años comenzaría a pintar el firmamento plasmando las telas con rayos láser y elementos acordes con esa época.” (2)
Hemerografia:
(1) Mary Brandt, Placer por el Color, Patricia Guzmán, El Universal, octubre de 1982.
(2) Mary Brandt, No pienso en los límites de la pintura, Elizabeth Araujo, El Nacional, 1985.