Horas de angustia
Horas de angustia fueron las que vivimos los venezolanos de bien al enterarnos, primero, que habían separado a un grupo de niños venezolanos de sus padres en Trinidad y Tobago y los estaban devolviendo a Venezuela y segundo, cuando no se supo más del paradero de la embarcación en la que los retornaron y comenzaron las especulaciones en las redes sociales.
Gracias a Dios estos 16 niños, entre los que se encontraba un menor de apenas 4 meses de edad, aparecieron en Delta Amacuro sanos y salvos.
Lo que llama la atención aquí es que los que se dicen gobierno no emitieron ni una nota de protesta ante el mal trato a estos infantes, y lo más probable es que no lo harán, porque bastantes malos tratos han sufrido nuestros coterráneos en Trinidad y Tobago y hasta el momento no ha pasado nada.
¿Qué lleva a nuestros hermanos venezolanos a huir a un lugar donde nos tratan tan mal? Lamentablemente, la verdad es que peor están aquí, en su propia tierra.
¿Y de quién es la culpa de esto? Pues de más nadie sino de los personeros de este régimen indolente que, mientras los niños estaban desaparecidos, celebraban el cumpleaños de su jefe, Nicolás Maduro, con mariachis y demás.
Esa es la muestra fehaciente de que a los del régimen no les importa nuestra suerte, que solo les importa mantenerse en el poder a como de lugar y por eso, ahora más que nunca, todos los venezolanos, estemos donde estemos, debemos participar en la Consulta Popular, y gritar que no queremos seguir en esta pesadilla y que necesitamos ayuda de la comunidad internacional para salir de ella.
La Constitución Nacional de 1999 creó una disposición que trata de los medios de participación política y social. El artículo 70 incluye entre tales medios la consulta popular. La soberanía reside en el pueblo que la ejerce directamente. El sufragio es otra expresión. La soberanía popular no puede ser afectada porque los órganos del Estado están sometidos a la soberanía.
(CN, Arts. 5 y 70)