Las Zonas Azules
¿Cuántos han buscado la fuente de la vida eterna sin encontrarla?. ¿Desde cuándo busca el hombre esa posibilidad de vivir más?
Algunos lugares en nuestro planeta que se han identificado como las “zonas azules” tienen una población muy longeva que supera, en décadas, la expectativa de vida de otras partes de la tierra. En estas zonas, los índices de enfermedades del corazón, de cáncer y de demencia senil son inferiores a los de otros lugares. Estas regiones se empezaron a llamar “zonas azules” a raíz de las investigaciones del demógrafo belga Michel Poulain y del médico italiano Gianni Pes, quienes realizaron un estudio demográfico y notaron que en el centro de la Isla de Cerdeña, Italia, en la región de Barbaglia había pueblos donde el número de personas que sobrepasaba los 100 años era notable (Seulo y Esterzili) y marcaron el área con tinta azul. En Seulo, en las últimas dos décadas, más de veinte personas sobrepasaron los cien años de vida lo cual es más relevante si se toma en cuenta que la población total de Seulo es de apenas un poco más de mil personas. Los sardos involucran a los más longevos en las actividades sociales y comunitarias y los consideran fuente de consulta y transmisores de valores, de la historia y de la tradición local.
El investigador y escritor estadounidense Dan Buettner, hizo una investigación sobre las zonas azules donde logró determinar otras 4 regiones con altas tasas de longevidad. Estas regiones son Okinawa, en Japón, Icaria, isla de Grecia, Loma Linda en California (una comunidad adventista de la Iglesia del Séptimo Día) y la Península de Nicoya en Costa Rica, que es zona pobre que hasta hace poco tiempo estuvo aislada del resto del país. En noviembre de 2005 apareció como portada de la revista National Geographic «Secrets of Living Longer» (Los Secretos para Vivir Más). El artículo escrito por Dan Buettner tuvo mucho éxito y ese número de la revista fue uno de los más vendidos de su historia. Vivir más. Este pareciera ser un tema que llama la atención de muchos y que está relacionado con otros temas como la buena alimentación, el sentirse bien, la espiritualidad y el vivir una vida plena y con propósito, que son temas que muchos de nosotros manejamos separadamente. Hay algunos que se quitan la vida y hay otros que quieren vivir más.
La genética tiene que ver con la longevidad. Sin embargo, se han identificado otras características comunes a estas regiones tan diversas que podrían tener incidencia en la longevidad de sus habitantes. Una topografía que exige que sus habitantes estén en movimiento, un clima agradable, un entorno donde los alimentos frescos se obtienen fácilmente, un ambiente tranquilo y de solidaridad, donde reina la tolerancia, sin tensiones innecesarias, una vida espiritual con propósito, y una red bien tejida de relaciones familiares y sociales.
Hay otros lugares en la tierra donde el porcentaje de personas longevas puede ser tan representativo o incluso más alto que en las regions identificadas como zonas azules. Sabemos que en el norte de Pakistán está la tribu de los Hunza que es conocida porque sus integrantes casi no se enferman y viven vidas muy longevas manteniéndose en muy buen estado físico y mental. Se habla de las aguas frías y puras y de los albaricoques y otros productos de la zona como algunos de los factores que contribuyen a la longevidad de los habitantes.
Tanto en las zonas azules como en algunos otros lugares del mundo, los adultos mayores son respetados y reverenciados. Se consideran fuente de sabiduría. Viven rodeados de amor y de atención. Es un honor llegar a cumplir los cien años. Si esta fuera la premisa, y si llegáramos a esa edad sanos, activos, y en buena forma física y mental, ¿quién no querría vivir hasta los 100 años y más?.
Independientemente de donde nos encontremos, tratemos de vivir una vida más sana, de llenar nuestro interior de paz, de rescatar nuestras calles y acostumbrarnos a recorrerlas, de tomar agua fresca y pura, de aprovechar de nuestras bellezas naturales, de brindar apoyo a los más necesitados, de cuidar a nuestros mayores, de agradecer, y de mantener, de dejar huellas que puedan ser seguidas por otros.
Prendamos una vela y pasemos la luz! Vivamos cada día como si fuera el ultimo!
Me encanto este artículo.