¿Cómo reaccionará la Comunidad Europea?
El “sultán” de Turquía, Erdogan, como respuesta a las medidas anunciadas por el presidente Macrón en Francia ante la atroz muerte de un profesor degollado por un joven fanático que encontró inaceptable, y por lo tanto “ajusticiable”, el ejercicio libre de su cátedra por el profesor, dado que “la honra” del profeta Mahoma había sido mancillada, anuncia un bloqueo para los productos franceses en Turquía que ha encontrado eco y remedo en varios estados “musulmanes”.
Algo similar a lo ocurrido al profesor tuvo lugar hace casi 6 años, pues fue en enero de 2015, que hubo una matanza en el semanario Charlie Hebdo; y en el año 2012 la exhibición de una cinta titulada “la inocencia de los musulmanes” siendo ésta como lo era blasfema, provocó idéntica reacción. No se puede dejar de mencionar los ataques a legaciones de los EEUU y del Reino Unido y por supuesto en el siglo pasado en 1989 la sentencia de muerte dictada no por un juez, sino por, no uno, sino al menos dos “ayatolas”, contra Salman Rushdie por sus versos “satánicos”, por lo que dos años después en 1991 también encontró la muerte por las órdenes de los ayatolas el traductor de dicha obra al japonés.
Gracias a Dios, desde luego a otro distinto de Alá, que de nuestro poeta y humorista Francisco Pimentel (Job Pim) no se llegó a conocer su poema donde narra la historia de Mahoma; y al señalar que a su muerte, según la narrativa musulmana, la urna donde fue colocado su cadáver fue arrebatada y quedó suspendida entre el suelo y el cielo, lo que los musulmanes consideran un milagro, pero el Jobo y no yo, de este modo razona: él cree que a Mahoma no lo querían en ninguna parte.
Pero volvamos al objeto de nuestro artículo, desde luego tanto el bloqueo como lo invitación a la población turca a no consumir productos franceses es en mi modesto parecer, un bloqueo y una invitación a la población turca a no consumir productos de la Comunidad Europea de Naciones; y desde luego aquellas otras naciones musulmanas, que movidas por el “sultán turco” se unen a la política de bloqueo y a la invitación a sus pobladores para que no consuman productos franceses es a no consumir productos de la Comunidad Europea.
Esto significa, en medio de la pandemia que ha afectado la economía mundial, un llamado a la gestación de un conflicto por ahora económico no solo contra Francia, sino contra la Comunidad Económica Europea, porque las directivas de Turquía y desde luego de los otros países musulmanes que han seguido las directrices de Erdogan, que se ha atribuido la conducción de un conflicto contra una sociedad que hace ya varios siglos decidió que era necesario para la convivencia ciudadana separar Iglesia y Estado apuntan en esa dirección. Erdogan hace renacer hoy, lo que un siglo atrás dejó bien arreglado para la convivencia entre pueblos distintos, con distintas religiones o sin ellas, Mustafá Kemal Atatürk, siendo el símbolo más resaltante de esa entente la transformación de la Catedral que había pasado a Mezquita, luego a Catedral y de nuevo a Mezquita en Museo que el “sultán Erdogan” ha convertido de nuevo en Mezquita, por una visión mezquina del mundo. Y yo necesito de nuevo preguntarme ¿Qué hará la Comunidad Económica Europea?