«El sol nace en el Esequibo»: Claves de la disputa entre Guyana y Venezuela
Ya habrán leído o escuchado en varias oportunidades la frase «el sol de Venezuela nace en el Esequibo», sea como slogan del gobierno de Nicolás Maduro o como saludo de los militares venezolanos, que lo repiten como un recuerdo de la urgencia de reclamar una región en manos de Guyana, y cuya disputa llega este martes 30 de junio a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
El territorio Esequibo, denominado Guayana Esequiba en Venezuela y dividido en varias regiones en la República de Guyana, se trata de un territorio de casi 160.000 km cuadrados al oeste del río Esequibo, lo que supone casi dos terceras partes de la antigua colonia británica. Este territorio representa ahora la promesa de ser el nuevo gran nicho petrolero.
En todos los mapas venezolanos, la región aparece como una parte más del país, aunque se muestra rayado y con la frase «territorio en reclamación». Lo mismo sucede en los planos geográficos que se estudian en las escuelas guyanesas, pero a la inversa. En Guyana no lo dudan: el Esequibo es suyo, sin distinción de ningún tipo.
Aquí presentamos algunas claves de la disputa fronteriza entre Guyana y Venezuela:
1.- El Esequibo, una joya petrolífera
El 2020 iba a ser el año de Guyana. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía de la pequeña y selvática república iba a crecer un 86 % gracias al hallazgo de reservas petrolíferas en el mar que depende de la región esequiba.
Distintas fuentes tenían claro que el país, de unos 800.000 habitantes, debía comenzar a producir en 2020, gracias esencialmente a ExxonMobil con varias empresas coaligadas, cerca de 120.000 barriles de petróleo diarios.
Eso sí, las previsiones consideran que esa producción crecería hasta a un arco de entre 700.000 y un millón de barriles diarios a mediados de la década.
El impacto de la pandemia de covid-19 sobre la economía global ha limitado esas posibilidades de crecimiento. En abril, el FMI revisó sus pronósticos y estimó que la expansión de la economía guyanesa en 2020 será del 52,8 % en medio de la gran recesión planetaria.
La paradoja reside en que Venezuela, inmerso en una larga crisis socioeconómica, producía a comienzos de año unos 700.000 barriles diarios, un dato que no ha sido revisado durante la crisis de precios causada por la pandemia y del que no existen datos oficiales actualizados.
El país con mayores reservas petrolíferas probadas del mundo mira ahora con recelo y envidia a su pequeño vecino del sur.
2.- Conflicto de origen colonial
La colonia británica de Guyana es relativamente tardía. Formalmente, Reino Unido tomó posesión de diferentes asentamientos en 1814 y fue consolidada como una sola en 1831, es decir cuando Venezuela ya era una república independiente.
Sin embargo, el territorio que se corresponde con la Guayana Esequiba era, de iure, una provincia española dependiente de la Capitanía General de Venezuela pero muy escasamente colonizada por lo que, en buena medida, era «terra ignota».
Frente a una recién nacida república inmersa en guerras civiles y eternas crisis económicas, el Reino Unido aprovechó su condición de mayor imperio colonial del siglo XIX para empujar las fronteras de su territorio americano más allá de las trazadas inicialmente.
En 1835, el Gobierno británico encargó al naturalista Robert Hermann Schomburgk que demarcara el límite occidental de la Guayana Británica. Con la ambición británica de llegar hasta las bocas del río Orinoco, el explorador puso en los mapas del Reino Unido territorios más allá del río Esequibo.
Las dos partes acordaron en 1850 no adentrarse en un territorio que consideraban en disputa pero no reflejaron con claridad en los mapas qué extensión abarcaba ese territorio.
3.- Laudo de París de 1899
Con el descubrimiento de minas auríferas en la zona, el Imperio Británico continúa empujando sus fronteras, por lo que Venezuela pidió el arbitraje a EE.UU con base en la Doctrina Monroe de la que abomina el actual Gobierno venezolano.
Tras varias discusiones, las partes acordaron en Washington conformar un tribunal de arbitraje imparcial que determinara las fronteras con un marco legal acordado.
El tribunal se reunió en París y quedó compuesto por cinco personas: dos británicos, dos estadounidenses como representantes de Venezuela y un ruso que debía actuar a modo de voto de desempate por lo que el país caribeño estaba, en la práctica, ausente.
Como era previsible, los cinco miembros del tribunal votaron en 1899 a favor de la mayor potencia colonial del momento y despojaron a Venezuela de los casi 160.000 kilómetros cuadrados que siguen apareciendo en sus mapas.
4.-Venezuela apela a la colonia
Curiosamente, el alegato de Venezuela se basa en el principio jurídico del «Uti possidetis iuris», usado en el derecho internacional público bajo la premisa de que «como poseéis de acuerdo al derecho, así poseeréis». Tal y como ya lo propuso Simón Bolívar, exige que las fronteras de las nuevas repúblicas sean herederas de las antiguas colonias.
Es decir, que Venezuela sustentaba su reclamación en el hecho de que la provincia española de Guayana formaba parte de la Capitanía General de Venezuela.
Tal es la importancia que le da el Gobierno de Venezuela a este territorio que, bajo el mandato de Hugo Chávez, se introdujo una octava estrella en la bandera del país que representa el papel de la Guayana Esequiba, junto a otras siete, como una de las regiones que lucharon por la independencia del país.
5.-De la ONU a la CIJ
Venezuela rechazó el laudo pero no pudo desconocer la sentencia ante el poderoso ejército británico. En la década de 1960, Caracas revivió la reclamación cuando Guyana estaba próxima a su independencia.
Como resultado, en 1966 el Reino Unido y Venezuela firmaron el Acuerdo de Ginebra para resolver la controversia fronteriza. La República de Guyana se independizó meses después y heredó ese acuerdo.
Ahí nace la principal disputa, para Venezuela ese acuerdo anula el laudo de París, para Guyana es apenas un marco en el que llegar a un acuerdo, «un acuerdo para llegar a un acuerdo». En todo caso, se mantiene el «statu quo» previo.
Tras prolongar el Acuerdo de Ginebra sin llegar a ningún pacto definitivo, en 1987 las dos partes deciden acudir a la ONU que en 1989 acepta intermediar.
El 30 de enero de 2018, la ONU consideró agotada su gestión y su secretario general, Antonio Guterres, propuso llevar el caso a la CIJ, donde se encuentra ahora.
6.-Guyana acude a la CIJ y Venezuela no la reconoce
Tras esa decisión, la República de Guyana acude a la Corte Internacional de Justicia, un tribunal al que Venezuela no reconoce jurisdicción para dirimir el caso y apela al Acuerdo de Ginebra, que, para Caracas anula el laudo de París.
Bajo esa premisa, este martes la CIJ ha convocado por videoconferencia a las partes a la que no responderá el gobierno venezolano, luego de que la Cancillería publicara un comunicado en el que «consecuente con su posición histórica indeclinable» de resolver la controversia a través del Acuerdo de Ginebra, recordara en el comunicado que el 18 de junio de 2018 ya había adelantado que no reconoce la jurisdicción de la corte y que no asistiría al procedimiento.
En ese caso, Guyana podrá apelar, como ha hecho antes, al artículo 53 de la CIJ que afirma que «cuando una de las partes no comparezca ante la corte, o se abstenga de defender su caso, la otra parte podrá pedir a la corte que decida a su favor».
Venezuela y los venezolanos no hemos movido un dedo por reclamar lo que Bolívar exigió como nuestro, así como tampoco hemos respetado la memoria del Libertador