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La quiebra

Usualmente, se denomina quiebra a la situación de  una empresa o comerciante, cuando el valor de sus activos es inferior al valor de sus pasivos o deudas contraídas. Las quiebras  conducen a la liquidación de las empresas y negocios particulares, económicamente significa también la pérdida de empleos y un descenso en la actividad de los negocios. También cuando suman muchas, es el nacimiento del pesimismo en la economía de cualquier país.

De acuerdo a Friedrich von Hayek, cuando se expande la inversión debido a un aumento artificial del crédito (es decir la tasa real de interés está por debajo de la tasa real nominal) significa que se está cambiando la estructura de la producción hacia el futuro, es decir menos bienes y servicios hoy, para producir más bienes y servicios mañana. Este proceso de alargamiento de la producción hace que se paguen mayores salarios para atraer trabajadores que estaban empleados en las industrias de bienes de consumo a las industrias de insumo y bienes de capital. Todo esto produce un ahorro forzoso al elevarse los precios de los bienes de consumo. También al unísono muchas inversiones marginales comienzan a generar ganancias debido a la tasa de interés real menor a la tasa de equilibrio ( esto es, la que iguala  el ahorro voluntario con la inversión). Luego, cuando ya es prácticamente imposible sostener el crédito, y la reducción de los ingresos obliga a reconvertir la producción hacia etapas más cercanas al consumidor, aparece el fenómeno de instalaciones ociosas. La quiebra en este sentido, es un procedimiento que ayuda a decir cuáles son las inversiones que no son rentables al estado actual de las cosas de los sueldos y tasas de interés, trasladando así recursos de industrias menos productivas a otras más productivas.

La quiebra nunca es deseada o buscada. Para los empresarios es signo de un fracaso en los negocios. Y para el gobierno significa empleos perdidos. El temor a perder el empleo moviliza a los sindicatos y grupos de presión.  Así, se explica la gran popularidad de las políticas proteccionistas (evitando la competencia externa) ,  y de las políticas keynesianas de manipulación de la demanda agregada (manteniendo un nivel de inflación que hace productivas a empresas con elevados costos marginales, esto es, que aumentan sus costos en mayor proporción que cuando aumentan sus niveles de empleo y producción.

No solamente, los comerciantes individuales o empresas quiebran, también los países. La quiebra de Alemania después de la I guerra mundial, facilitó la entrada del partido nazi en ese país, y el estallido de la segunda guerra mundial.  En Chile de Allende, la gran inflación desatada por el gobierno socialista y expropiador facilitó el golpe de Estado del general Pinochet. Argentina, lleva  cien años con problemas de renegociaciones de la deuda externa, y recientemente luego de haber conseguido el gobierno de Macri un acuerdo con sus acreedores privados, tuvo después que solicitar la ayuda del Fondo Monetario Internacional, y eso le costó luego no ser reelecto. En Grecia todos vimos el enorme problema de su incapacidad para pagar la deuda externa y lograr reducir un enorme gasto público. Y en España el crecimiento permanente de su deuda externa que ya ha alcanzado  a más del 100% de su producto interno bruto, es un baldón muy pesado para sus ansias de crecimiento y fortalecimiento de su estado de bienestar.

En el plano microeconómico, la quiebra es el merecido castigo para el especulador que no ha previsto correctamente la variación de precios, o la escasez de un artículo en el mercado. El empresario que no logra producir lo que el mercado exige o requiere, pierde, así de sencillo es. Como justo castigo por no haber sabido satisfacer a los consumidores.

La innovación en materia económica produce quiebra en los competidores que no aceptan o no pueden llevar el ritmo de la innovación. La aparición del motor a pistón, representó una revolución en los transportes, los que no supieron adaptarse fueron borrados del mercado mediante el nunca simpático mecanismo de la quiebra. Así los métodos eficientes de producción desplazan a los ineficientes. Es el dramático proceso de destrucción creativa anunciado por el gran economista Joseph Schumpeter desde hace muchos.  En este sentido, la anunciada cuarta revolución industrial va a provocar muchas quiebras y desencuentros entre empresarios reacios al cambio tecnológico como en los trabajadores que no quieran renovarse y adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas.

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