España y Colombia en la encrucijada
Los hechos históricos no se repiten, porque de ocurrir sería posible “bañarse dos veces en el mismo río”. Sin embargo, en el trajinar de la política, algunos acontecimientos guardan semejanzas con los del pasado y personajes que caminan en reversa. Lo estamos viendo y sufriendo en Venezuela. De allí la angustia por el diario acontecer en España y en Colombia.
Al morir Franco la dictadura no desapareció con él, porque le sobrevivieron la Falange y los jefes militaresque con él medraron y lo sostuvieron durante 39 años. Así que la transición, iniciada a instancia del recién coronado Rey Juan Carlos y Adolfo Suarez nombrado por aquel Presidente del Gobierno,hubo de recorrer un largo camino, acechada por los “viudos del caudillo”, antes del primer gran paso hacia la meta democrática. Legalizar el PSOE y el PCE, convocar a sus líderes yechar las bases para la convivencia,incluida la sanación de las heridas dejadas por la crudelísima guerra civil y la dictadura. Convinieron en lo que se conoce como Pactos de la Moncloa, signados entre otros por Felipe González, Santiago Carrillo, el Cardenal Tarancón y los “barones” de la economía, cuyos primeros frutos fueron la paz obrero-patronal, la Constitución vigente y leyes indispensables para la modernización.
Pero los tiempos cambian, también la orientación y la forma de hacer política, y lo que fue bueno ayer no tiene por qué serlo hoy. Sin embargo, no es necesario destruirlo todo para introducir mejoras; pero los nuevos líderes socialdemócratas en el gobierno, pretenden un salto atrás y,empujados por Pablo Iglesias, destacado ejemplar del Foro de Sao Paulo, volver a la aventura de la República que desembocó en la Guerra Civil (1936-1939)y la tiranía franco-falangista,sus crímenes,el hambre y atraso.
La situación de Colombia, sin ser igual, tiene sus más y sus menos. El ex-presidente Santos, cófrade del Socialismo del Siglo XXI, firmó un Acuerdo de Paz con mayores ventajas para quienes hicieron armas contra la república y sus instituciones que para la sociedad víctima de sus crímenes. Así, quienes dieron continuidad a una guerrilla con ideales por la reivindicación social que, en sus inicios tuvo justificación o cuando menos explicación, hace muchos años dejó de ser tal, trastocando en horda de narcoguerrilleros.
Y allí están los resultados: algunos acudiendo al Juzgado Especial de Paz a fin de “lavarse” de los crímenes cometidos, sin cumplir condena alguna, para que ni los medios de comunicación puedan señalarlosy someterlos a la vindicta pública; las penas se contrajeron a servicios comunitariosen lugares donde nadie pueda verlos. Muchos se volaron (fugaron) Volvieron a sus andadas de bandoleros irredentos, dejando importante representación parlamentaria ganada en una partida en solitario, sumada a la de Petro y su combo, siempre dispuesto a dinamitar la democracia en sus entrañas. Peroquienes los combatieron para salvar democracia son expuestos alescarnio público, como si se tratara de abyectoscriminales. Solo falta el cartel: ¡PUEBLO CONÓCELOS!
O los demócratas les ponen un parao y dejan de tratarlos como a sus pares y no como a la caterva de BANDOLEROS que son o el Socialismo del Siglo XXI“edificará” otra VENEZUELA EN RUINAS.