¡Ceresole 20 años después!
El 01/05/00 en artículo intitulado “La Estrategia Política de Ceresole” escribimos: “Habíamos querido mantenernos sin opinar sobre las tesis, las doctrinas y las políticas ‘ceresolianas’. Quisimos mantener vigente el refrán de que ‘a palabras necias oídos sordos’, sin que entendamos las propuestas como propuestas necias, ya que en el fondo contienen un profundo disloque político grave y peligroso que, atendiendo a una ideología universal, si así pudiéramos llamarla, nos involucra, queriéndolo o no en una completa diatriba, que enreda nuestras relaciones internacionales, muy difíciles de mantener en paz, equilibrio y sensatez, dado el intenso perjuicio que ocasiona en el mundo globalizado, querámoslo o no, nuestra dependencia del comercio internacional del petróleo y de las importaciones para subsistir. Así de simple.
Pareciera inexplicable la injerencia o intervención incómoda en nuestra política interior de un extranjero (sin ánimo xenófobo), pero esto es de esperarse de nacionales argentinos y brasileños retrógrados, que se aferran a las teorías dictatoriales semíticas de postguerra (IIGM), mejor conocidas como del Cono Sur, dada la entrada ideológica y doctrinaria que tuvieron en nuestra formación de seguridad y defensa las tesis y doctrinas de estos dos países desde la creación del Instituto de Altos de la Defensa Nacional (IAEDEN). Las que muchos de nuestros ‘expertos’ formados en él, siguen candorosamente, sin percatarse de la volatilidad de la política, que cambia tan velozmente como el pensamiento que la origina.
De ellas originamos las primeras orientaciones nacionales, luego unidas en lo permisible, con la doctrina de la OTAN, vista desde su transformación y origen en la Escuela Norteamericana, tratada en el Colegio de la Junta Interamericana de Defensa para la Unión Americana, base de la OEA. Doctrina esta última, de la que inexplicablemente nos hemos querido apartar a ultranza para ser más auténticos, tratando de hacer una doctrina autóctona. Lo cual sería bueno, si no quisiéramos por otro lado tratar de liderar en la materia y crear, como se ha plantado, la organización de una estructura militar internacional para la defensa del subcontinente. La ‘OTAN latinoamericana’, como fue mal nominada por el presidente Chávez.
Olvidan nuestros politólogos y militarólogos, muchos de ellos asesores presidenciales, que la historia solo sirve para conocer el pasado, y las revoluciones no pueden hacerse siempre con los mismos parámetros y mucho menos buscar los mismos ideales del pasado, cuando éstos se vuelven fantasiosos para la realidad presente. Una revolución, cualquiera que sea su motivación, debe dirigirse a la conquista de nuevos paradigmas, que, como prototipos, no pueden alejarse de la realidad del mundo actual, de «ahora». El pasado solo debe servirnos para conocer los errores y proponer las enmiendas, ya que todo paradigma tiene que tender a lo excelso como expresión de lo sublime, de lo soberano, de la excelencia y del perfeccionamiento. Hoy, no podemos apartarnos de una realidad: vivimos en un mundo globalizado donde lo único que podemos hacer es evitar ser arrollados por la globalización…
No quisiéramos pensar, que nuestro bolivariano Movimiento V República, se hace eco de las elucubraciones ceresolianas que como dice Aníbal Romero, «son poco originales»; «… Esa extraña mezcla de antiyanquismo y antisemitismo, con elementos de marxismo y fascismo unidos a una enrevesada teoría conspirativa de la historia, ha jugado ya un papel en el proceso de decadencia ideológica de los ejércitos latinoamericanos, con trágicas consecuencias. Por fortuna, en Venezuela el veneno ceresoliano ha tenido, hasta ahora, escasa penetración en el sector castrense en general, pero lamentablemente, pareciera que el jefe del Estado simpatiza con las tesis del sociólogo argentino…
Flaco servicio le hace este señor a Chávez, cuando manifiesta que: «…en el mes de abril de ese año, yo fui invitado por mis amigos brasileños (en su mayoría oficiales superiores del Ejército e investigadores de los principales centros de estudios geopolíticos) a pronunciar una conferencia en la Secretaría de Asuntos Estratégicos, ante un extenso, pero sobre todo, muy cualificado auditorio. Fue allí, en ese específico y concreto lugar de Brasilia, donde la elite gubernamental brasileña escucho hablar, por primera vez, de un tal comandante Chávez. Todos los asistentes a esa conferencia funcionarios brasileños de alto nivel, oficiales militares y personal diplomático extranjero pensaron que yo estaba un poco loco cuando mencioné el nombre y presenté el perfil del llamado comandante Chávez, diciendo que él sería el futuro Presidente de Venezuela. Todos los asistentes menos uno…”
Este, mas que análisis fue nuestra reflexión sobre lo que se avecinaba con la doctrina ceresoleana; ¡Todo un fracaso!