Sin la solución necesaria, la crisis se agrava
Para el régimen, el Covid-19 puede ser considerado, paradójicamente, como una oportunidad sobrevenida que les permitiría ganar tiempo y al mismo confinar a la oposición, a la disidencia y a las protestas, a una cuarentena que obliga de manera casi que indefinida, a encerrarse entre cuatro paredes.
Pero ese cálculo político no luce correcto, ya que el tiempo no va en la dirección deseada por el régimen, sino todo lo contrario. Tarde o temprano se conocerá el verdadero nivel de los contagios, a través de un aspecto imposible de esconder, el incremento progresivo de la morbilidad. Pero a eso se le suma la crisis de la gasolina, que pretenden resolver incrementando la producción en la refinería de El Palito, con los riesgos que esa acción conlleva o a través de un esquema de pseudo privatización de la importación y distribución del combustible, que presenta no pequeñas complicaciones. En todo caso, resolver la complejidad de estas operaciones toma tiempo y eso es precisamente lo que no sobra, cuando la presión social está en plena ebullición como se ha podido observar en diversos lugares del país en los últimos días.
La solución más rápida y eficaz para obtener la ayuda necesaria para paliar la crisis humanitaria, sanitaria, energética y social, pasa por la construcción de un acuerdo político que permita la instalación, lo más pronto posible, de un gobierno amplio de emergencia nacional. No hacerlo por razones políticas mezquinas nos puede conducir a un caos tal que generaría un clima de ingobernabilidad en el país.
No hay otra opción inteligente y razonable que proceder a constituir una gobernabilidad que sea aceptable al pueblo venezolano y que obtengo el apoyo mayoritario de la comunidad internacional para poder iniciar el proceso de reconstrucción y reconciliación nacional única manera de resolver las crisis que nos están llevando al peor de los abismos
No hay duda de que la gobernabilidad sería la solución a la crisis política. Una vez realizado el acuerdo llegaría una situación intermedia hasta que tengamos elecciones presidenciales. Pero pareciera una quimera dada la negativa del usurpador y su pandilla.
La capacidad económica del país está por debajo de los requerimientos de todos los Estados, y aquí está otro tropiezo que impide el arreglo, y es el centralismo como sistema impuesto por el gobierno, desde Chavez y especialmente a su liberación después del 11 de abril.
Sin acuerdo nacional es difícil convenir en el acuerdo político.
Temor de los usurpadores del poder frente al rechazo violento de una población desasistida.
Mientras los militares obtengan beneficios económicos de su participación en el poder, no habrá posibilidades de una transición
Aquí, cuando va llegando la electricidad después de horas, y algunos gobiernos anuncian su pronta reincorporación al mundo laboral de manera progresiva, pese a que no hay vacuna única para el coronavirus I y II y Birmania descubre nubes de murciélagos que son portadoras de hasta seis tipos – nuevos y diferentes de coronavirus -, con el desgravamen de que no hay de momento pruebas que, demuestren sean transmisibles a los humanos, nosotros vemos la pugnacidad de los nuevos y viejos partidos entre sí para seguir creyendo que, por ahora, no seguiremos ignorándolos. De todos modos, el señor Guaidó, ya va a por 100 $ para el monedero del personal sanitario por tres meses y el presidente Maduro que, en mayo nos promete que votará la casa por la ventana con un aumento dolarizante, llama locos a los gobiernos irresponsables que prometen la liberación de la peste sin vacuna y que lo que tendremos es más geto con nosotros dentro de cuatro paredes, hasta nueva orden, aspira logrará la obediencia plena y sumisión total a sus designios. Ya veremos.
De todos modos, nosotros los mortales, seguimos delirando con los clap gringos, italianos, franceses y demás bellezas del capitalismo europeo y mundial, mientras soñamos con dejar la dieta de arroz, pasta y arepas que esta porquería de revolución nos vende como lo mejor del mundo y con el salario promedio de 2,500 $ mensuales ; y que, al menos tengamos un solo día sin bajones ni apagones, unas gotas de gasolina, y que nos regalen las tres reglamentarias mascarillas por semana y no ese papelucho que se deshace en pocas horas.
Y en cuanto a los políticos, solo les pedimos que acuerden un pacto de no agresión mientras salimos de este problemón y luego, hasta les colaboramos para que vuelvan a la guerra y se maten entre sí por unos años, mientras las fieras de los bosques pueblan de nuevo el planeta, los peces saltan a nuestras mesas y podremos tomar agua cristalina … ¿ Es mucho pedir ?. Pedir demasiado es haber pensado por un momento que, el catire Trump venía en nuestra ayuda, que primero nos dejó entrar a su casa y luego de tanto amor compartido, casi nos mata a punta de coronavirus porque no nos dejaba salir. Nos salvamos por un tris de tamaño loco peligroso.
Construyamos nuestro país a nuestro gusto y necesidades, olvidémonos de inventos raros y de estar dejando que aquí entren extraños a fregarnos nuestra paciencia. Somos lo que somos y no debemos aparentar lo que no somos. Tengamos la fiesta en paz y tratemos de ser lo más felices posible, dentro de este caos terminal que, nos puede aniquilar en menos de un santiamén y a brinco rabioso de una mordida de murciélago rabioso. ¡ BUEN DÍA COMPATRIOTAS !.
* botará