El socialismo de Bernie Sanders
Invocar el socialismo abiertamente en una campaña electoral norteamericana frente a un candidato ultraconservador como el presidente Donald Trump; da a entender que el rechazo y alternativa al sistema y orden capitalista se encuentra vigente.
El socialismo en su forma originaria fue concedido como una profundización permanente de la democracia de origen liberal que pretendía articular la libertad política con el bienestar económico. El marxismo leninismo lo interpretaría como un modo histórico de producción consecuencia de superación del sistema económico capitalista.
El socialismo actual.
Los teóricos de izquierda consideran que el modelo capitalista debe superarse por generar permanentemente desigualdad y exclusión reflejada en la acumulación de la riqueza cada vez en menos manos no siendo “ni libertario ni emancipativo” con respecto a las mayorías promoviendo una sociedad justa e igualitaria. Destacan la “superioridad afectiva, ética y sobre todo espiritual” frente al capitalismo, la democracia liberal y economía de mercado.
Se agrega una concepción radical ecologista en virtud del carácter depredador de la naturaleza del capitalismo que amenaza con acabar la humanidad y planeta; se contrapone a la concepción individualista de la democracia liberal en relación a la perspectiva social de la “democracia participativa”; es identificable por dos premisas:
1) El modelo capitalista occidental “se agota aceleradamente” en consecuencia busca formulas y maneras para evitarlo e incrementar sus ganancias particularmente de índole económico – acumulación -.
2) La política es entendida como lucha “contra-hegemónica” es decir abarca todos los ámbitos sociales contra la estructura dominante – es decir capitalista-.
Doctrinarios han llegado a concluir a falta de claridad inclusive en los propios textos de Marx y Engels sobre los “presupuestos históricos del socialismo” su contenido seria establecido según la noción particular del grupo político o elite tengan sobre la sociedad socialista.
Significante al vacio.
La invocación de un “nuevo” modelo socialista observado después de la caída del “Muro de Berlín” crea un “significante al vació” o noción llenada por cualquier concepción opuesta, utopista o reaccionaria a la propuesta liberal sujeta a insuperables defectos en vista de la globalización incluyendo al socialismo chino y vietnamita.
Se añade esfuerzos de doctrinarios de la izquierda en deslastrar o ignorar los costos humanos, materiales y teóricos exhibidos por la experiencia soviética inclusive el agotamiento del marxismo ortodoxo o denuncias sobre usurpación por la nomenclatura o burocracia partidista del protagonismo del proletariado que dice representar particularmente en el stalinismo obviando toda referencia del marco evaluativo histórico del socialismo real incluso considerarlo irónicamente un desviacionismo condenable pero justificado.
Aproximación conceptual del socialismo.
Joseph Schumpeter sostiene que debe entenderse por sociedad socialista como un sistema institucional en que el dominio de los medios de producción y dirección de la producción misma están investidos de una autoridad central. Un sistema en que los asuntos económicos de la sociedad pertenecen en principio a la esfera pública y no a la esfera privada.
El socialismo ha sido llamado un Proteus intelectual. Hay muchas maneras de definirlo.
El socialismo según Bernie Sanders
El pre-candidato demócrata presidencial Bernie Sanders proclama el “socialismo democrático” siendo la primera vez que en un proceso electoral norteamericano se menciona abiertamente esta palabra; teniendo en cuenta que el Partido Demócrata en principio es liberal más no socialista.
Sugiere “Si hubo alguna vez un momento en que teníamos que alzarnos y luchar contra las fuerzas de la oligarquía y el autoritarismo, este es ese momento”.
Estados Unidos y el resto del mundo enfrentan dos caminos políticos muy divergentes. Por un lado, hay un movimiento creciente hacia la “oligarquía y el autoritarismo” en el que un puñado de multimillonarios increíblemente ricos y poderosos poseen y controlan una parte significativa de la economía y ejercen una influencia enorme sobre la vida política de nuestro país.
La Oligarquía
Cuando se habla de oligarquía, se quiere decir que en este momento, en los Estados Unidos de América, tres familias controlan más riqueza que la mitad más pobre de nuestra población, unos 160 millones de estadounidenses. El 1% más rico posee más riqueza que el 92% más pobre y el 49% de los ingresos nuevos generados hoy día acaban en manos del 1% más rico. De hecho, la desigualdad de ingresos y riqueza en los Estados Unidos hoy es mayor que en cualquier otro momento desde la década de 1920.
Y cuando hablamos de oligarquía, no es solo que los muy ricos se están volviendo mucho más ricos. Es que decenas de millones de personas de la clase trabajadora, en el país más rico del mundo, están sufriendo increíbles dificultades económicas, tratando desesperadamente de sobrevivir.
Después de décadas de políticas que han alentado y subsidiado la codicia corporativa desenfrenada, ahora tenemos una economía rota en lo fundamental y grotescamente injusta.
Aunque cifras macroeconómicas tales como el producto interno bruto (PIB), los índices bursátiles y la tasa de desempleo parecen fuertes, millones de personas de clase media y trabajadoras batallan por mantenerse a flote, mientras que la clase multimillonaria consume la mayor parte de la riqueza que estamos creando colectivamente como nación.
El autoritarismo.
El tema del “capitalismo desenfrenado” no es solo un debate académico. La pobreza, la angustia económica y la desesperación amenazan la vida de millones de trabajadores en todo EEUU. Los monopolios privados enormes que operan fuera de cualquier supervisión democrática real y con frecuencia subsidiados por los contribuyentes, con poder para controlar casi todos los aspectos de nuestras vidas.
En la nación más rica de la tierra ¡No es usted libre!.
Mientras que la Carta de Derechos anexa a la Constitución nos protege de la tiranía de un gobierno opresivo, muchos en el establecimiento político desean que el pueblo estadounidense se someta a la tiranía de los oligarcas, de las corporaciones multinacionales, de los bancos de Wall Street y de los multimillonarios. Es hora de que el pueblo estadounidense se levante y luche por su derecho a la libertad, la dignidad humana y la seguridad.
Donald Trump.
Mientras el presidente Trump y sus colegas oligarcas nos atacan por nuestro apoyo al socialismo democrático, en realidad no se oponen a todas las formas de socialismo. Pueden odiar al socialismo democrático porque beneficia a los trabajadores, pero les encanta el socialismo corporativo que enriquece a Trump y a otros multimillonarios.
Nunca olvidemos la increíble hipocresía de Wall Street, los sumos sacerdotes del “capitalismo sin frenos”. Mientras Trump vocifera contra el socialismo, el pueblo estadounidense se va a dar cuenta de su hipocresía. Los estadounidenses sabrán que está atacando todo lo que damos por sentado: desde la Seguridad Social hasta Medicare, la atención médica de los veteranos, las carreteras, los puentes, las escuelas públicas, los parques nacionales, el agua potable y el aire limpio.
Y esa es la diferencia entre Donald Trump y yo. Él cree en el socialismo corporativo para los ricos y poderosos. Yo creo en un socialismo democrático para beneficio de las familias trabajadoras de este país.
Quiero ser muy claro: La única manera de lograr estos objetivos es a través de una revolución política, donde millones de personas se involucren en el proceso político y reivindiquen nuestra democracia con coraje para enfrentarse a los poderosos intereses corporativos cuya codicia está destruyendo nuestra democracia, el tejido social y la economía de nuestro país.
Al final de cuentas, el 1% puede tener una enorme riqueza y un gigantesco poder, pero son solo el uno por ciento. Cuando el 99% se mantenga unido, podremos transformar la sociedad.