El doble juego de España con Venezuela
Por razones lógicas, a los venezolanos, nos interesa más Venezuela que España. Esto, a pesar de que muchos de nosotros llevamos apellidos españoles, y nuestro idioma oficial es el español. Es decir, muchos de los latinoamericanos, tenemos sangre española en nuestras venas, y tenemos un sentimiento especial por esa nación. Sin embargo, nuestra patria está acá en Latinoamérica. Hemos querido desde hace siglos, llevarnos bien con España, y lo que se ha logrado hasta ahora es mucha frustración e incertidumbre. Creímos honestamente que España, luego de la guerra de independencia que nos liberó de sus dominios; cambiaria y se convertiría en una nación abierta, justa, democrática, prospera, respetuosa y defensora de nuestras democracias y nuestros estilos de vida.
En primer lugar, en pleno siglo XXI, insiste en seguir siendo una monarquía, lo cual no nos corresponde a nosotros cambiar a república. Sin embargo deja la sensación extraña de que al parecer preferían seguir viviendo del pasado, y no sentirse a gusto con el presente, o intentar la búsqueda de un futuro mejor. No obstante, lo más importante para nosotros los venezolanos, no es esa manía por seguir viviendo en Monarquía, puesto que allá ellos. Ese es un problema interno de los españoles.
En segundo lugar, no terminan de afianzar al sistema democrático y libre el cual les ha dado inmensas satisfacciones tanto sociales como económicas, con un estándar de vida alto para su población a nivel a nivel de Europa, que ya es decir algo. Es evidente que desde el punto de vista político y diplomático, España muestra graves deficiencias, ambivalencias y desafueros políticos y diplomáticos, que a los venezolanos demócratas, no terminamos de entender. Esto, puesto que el mundo entero, tiene suficientes dudas razonables, como para dudar de la democracia española, la cual evidentemente está pintada de roja rojita en muchas de sus fases y actuaciones. Esa es una incertidumbre que limita en grande las buenas relaciones diplomáticas y económicas de Latinoamérica con España.
En tercer lugar, jugar a la democracia y actuar como comunista, definitivamente, aleja las buenas intenciones políticas que pueda haber en un momento dado entre España y Latinoamérica, dado que tal postura es esencial para la confianza plena entre nuestras naciones con España.
En cuarto lugar, si el comunismo según Engels y Marx, ha declarado la guerra a muerte a la democracia y al capitalismo, y Venezuela se encuentra hoy día viviendo con esa incertidumbre; como un país secuestrado por el comunismo cubano, ruso, chino y mundial, nos preguntamos: ¿Qué papel juega España en este ajedrez mundial contra el mundo libre, declarado por el marxismo leninismo, del narco gobierno de Nicolás Maduro?
En quinto lugar, es un hecho que a España llegaron 40 maletines, que según se dice estaban llenos de oro, que se supone estarían destinados a comprar conciencias de los miembros del gobierno español y de sus políticos, a objeto de desconocer y Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Fue muy mala la impresión dada por España ante la comunidad internacional, con permitir el ingreso de Delcy Rodríguez a España, lo cual ha podido evitarse, y peor aún permitir desembarcar 40 maletines con oro, con evidentes intensiones dolosas. Se dice, que ese envió de dinero, es para apoyar subrepticiamente al narco régimen en próximos eventos a desarrollarse.
De hecho, Juan Guaidó, no fue recibido por el actual presidente de España, Pedro Sánchez, algo realmente preocupante, para nuestra causa libertaria. Ese desaire, por supuesto, lo cual lo consideramos un agravio a la figura que representa hoy día a Venezuela en la búsqueda de nuestra segunda lucha de independencia, la cual precede a la guerra de independencia contra España, por la cual nuestros libertadores lucharon hace algo más de 2 siglos atrás. ¿Cosa extraña, verdad?
Es decir, pareciera que España, por su odio “latente y reservado” pero siempre contra los EEUU, no olvidara fácilmente la humillación sufrida en guerras anteriores contra esa potencia militar. Pero su amor por el dinero, pareciera que no le importa jugar a un doble rol, cuando de intereses económicos y diplomáticos se trata. Esa dicotomía, más temprano que tarde tendrá que aclararla España, puesto que las cosas pueden agravarse al verse enredada entre la espada y la pared, por falta de valores y principios, los cuales estarían siendo cuestionados por el mundo libre hoy día, por esa ambigüedad mostrada recientemente.
A decir verdad, las reiteradas visitas recientes de españoles prominentes a Cuba, entre los que se destaca al mismo rey de España, siendo que funcionarios de Cuba forman parte de uno de los participantes más radicales entre esta usurpación del poder en Venezuela, a mí en particular me ha dejado muchas interrogantes, sobre el sentido de ese viaje precisamente en estos momentos.
La otra interrogante, que llama poderosamente la atención, es la de los constantes viajes del ex presidente de España José Luís Rodríguez Zapatero a Venezuela como mediador del régimen en los innumerables diálogos, realizados entre el narco régimen y la oposición política venezolana.
Corresponderá al gobierno de España, definir claramente su posición política y diplomática, a tiempo, antes de que las actuaciones de ambas partes continúen y sea necesaria la mediación y acción definitiva de España en el conflicto que enfrenta hoy día Venezuela. Es de esperarse que una de las naciones más antiguas y con mayor historia del continente europeo, cumpla simplemente con su deber y responsabilidad, con la parte moral y digna que le corresponda.
La democracia del mundo libre, está actualmente siendo asediada atacada y vulnerada en Latinoamérica, por China, Rusia, Cuba, Corea del Norte, Cuba y tras naciones. Es hora de saber quién es quién en el contexto diplomático internacional. España es un país importante y básico para nuestra región, por las razones altamente conocidas.
Es estos momentos de reflexión en que escribo este artículo, me pregunto: ¿Cuál es el futuro que se plantean mayoritariamente los españoles? ¿Por qué existen tantos radicales que prefieren al comunismo, cuando poseen una de las mejores economías del mundo? ¿Es que acaso no están convencidos que el sistema económico del libre mercado o capitalismo es mejor que el estatismo, o socialismo? ¿Será que existe alguna razón oculta, desconocida para el mundo libre, que justifique esa ambigüedad?