China sigue semiparalizada por el coronavirus que ya deja más de mil muertos
Las ciudades de China continúan casi paralizadas, con muy poca gente y automóviles por las calles, pese a la vuelta al trabajo de los sectores esenciales recomendada por el Gobierno, que reconoció la escasez de mascarillas en el país, un equipamiento clave para combatir la epidemia que ayer superó el millar de fallecidos.
De acuerdo con las autoridades locales, este lunes se registraron 108 muertes, la primera vez que se sobrepasa el centenar de víctimas mortales en una sola jornada.
La mayoría de las empresas han pedido a sus empleados que realicen teletrabajo, lo que, unido al temor a un virus del que se desconocen todavía muchos detalles, lleva a los ciudadanos a mantenerse encerrados en sus viviendas y a que las calles sigan desiertas.
En Pekín, la práctica totalidad de los locales comerciales permanecían cerrados, con la excepción de supermercados y algunas pequeñas tiendas de alimentación, al igual que la mayoría de los bancos y bloques de oficinas.
Las grandes avenidas y centros comerciales vacíos, junto a una nube de contaminación especialmente intensa, confieren a la capital un aspecto fantasmal.
El aumento de los nuevos casos diarios (2.478 los más recientes) se ha ralentizado desde hace siete días, lo que, según el Gobierno, es un signo positivo de que la epidemia está remitiendo, aunque los científicos no se ponen de acuerdo en ese extremo ni sobre cuándo se podría alcanzar la cota máxima de contagio desde la que las cifras de afectados comiencen a descender.
En el último parte dado a conocer, se han certificado 1.016 muertes y registrado 7.333 casos graves.
Gobierno reconoce escasez
En algunas ciudades del país, las autoridades locales han reducido los transportes públicos o establecido requerimientos previos a las empresas para reanudar su actividad, e incluso detenido a algunos empresarios por hacerlo, lo que fue criticado por el Gobierno central de Pekín.
«Esa tendencia debe cesar. Pararemos estrictamente las restricciones para reanudar la producción de una forma tosca y demasiado simplificada», dijo en una rueda de prensa Ou Xiaoli, director de desarrollo social de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el principal órgano planificador del Ejecutivo chino.
En este sentido, destacó que la reanudación de la producción debe ser «equilibrada» a lo largo del país y diferente en cada provincia, según su grado de afectación por la epidemia.
La tardanza en retomar la actividad está afectando también a la producción de mascarillas, imprescindibles para evitar la propagación del coronavirus, que se encuentra solo al 76 % de su capacidad, según reconocieron hoy los portavoces oficiales.
Ou admitió que «la escasez de mascarillas es un problema» en el país e instó a todas las fábricas a producir al máximo de capacidad.
Regreso masivo
Varios organismos públicos y privados realizaron llamamientos a países y compañías extranjeras para que realicen donaciones, especialmente de mascarillas, gafas médicas y trajes protectores.
Aunque se esperaba que esta semana regresase el grueso de los chinos que habían viajado a sus lugares de origen para pasar las vacaciones del Año Nuevo lunar, el director de Transportes del Ejecutivo, Xu Yahua, dijo este martes que se prevé todavía que 160 millones de personas vuelvan a sus hogares la próxima semana.
Nuevo caso en EE.UU.
Autoridades confirmaron el primer caso de coronavirus en San Diego, California, lo que la convierte en la primera ciudad en la frontera con México en tener presencia del virus.
Un portavoz de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) confirmó que un paciente, de quien no se han dado mayores detalles, resultó positivo a la presencia del virus.
Hasta el momento, se han reportado en Estados Unidos la presencia del virus en seis estados: Arizona, California, Illinois, Massachusetts, Washington y Wisconsin.
Nueva denominación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este martes que la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus de Wuhan recibirá oficialmente el nombre de «Covid-19», según se decidió en el primer día de reunión de 300 expertos sobre esta epidemia en Ginebra.
La OMS decidió usar un nombre que «pueda pronunciarse y no aluda a una localización geográfica específica, un animal o un grupo de personas» para evitar estigmatizaciones, destacó el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El nombre nace de un acrónimo en ingles a partir de la expresión «corona virus disease» (enfermedad de coronavirus) y será un estándar para eventuales brotes de coronavirus en el futuro.