No es con presión, es con acciones
EEUU y Canadá han anunciado con bombos y platillos al mundo, que pondrán más presión sobre la narco dictadura en Venezuela, para sacarlos del poder y devolverle la democracia a Venezuela. Mientras tanto el marxismo leninismo y El Foro de Sao Paulo a través de sus banderas de lucha; como lo son: la ONU, la corrupción, el narco tráfico, las guerrillas y el terrorismo mundial; actúan libremente en Argentina, Chile, Colombia, España, Ecuador, Guatemala, México, Perú, etc., en un intento por desestabilizar a estos países, con la pretensión de convertirlos en aliados del comunismo mundial.
Según lo interpreto, desde el punto de vista político, diplomático y de las absurdas e inexplicables negociaciones, estimo que se ha hecho todo lo que debería hacerse en estos casos. Son 20 años que llevamos denunciándolo y haciendo lo que se acostumbra hacer para intentar cambiar pacífica y democráticamente de gobierno. Al presente, no hemos tenido éxito. Al parecer, vistos los últimos acontecimientos regionales y mundiales, pareciera que el marxismo leninismo, junto a la delincuencia organizada a nivel mundial, han tomado la iniciativa para causar daño definitivo a la democracia del mundo libre, en especial a la de América.
Tenemos que aceptar que los resultados no han sido los que esperábamos. Cuba y Venezuela junto con el apoyo decidido y perverso de las naciones que los apoyan, se han convertido en monstruos de múltiples cabezas, que actúan y amenazan a la región con de convertirla en un gran caos, para desestabilizarla y destruir a los EEUU, la democracia en la región, y al capitalismo o mercado de libre comercio. Por lo que se deduce, esta pareciera ser la venganza de Putin y sus aliados, por la caída de la URSS y del muro de Berlín.
En Latinoamérica, la violencia brutal ha tomado las calles de las naciones más vulnerables, para imponer al marxismo leninismo como forma de gobierno. Lamentablemente, sus pueblos son incapaces de percibir el gran favor que hacen a los planifican y dirigen estas manifestaciones violentas, las cuales al parecer predecirán legítimas y justas, pero convertidas en vandálicas y caóticas, puesto que esas son las instrucciones; las de arrasar con los elementos que se les interpongan. Cuando tales fuerzas, son capaces de doblegar a un gobierno como el de México, a que libere a un criminal y la familia del criminal, le agradezca al presidente el favor, significa que estamos en presencia de organizaciones delictivas transnacionales que han logrado un poder extraordinario, el cual de alguna manera se debe enfrentar decidida y frontalmente con la justicia ciega, y de ser necesario, aplicar todo el peso de legal y militar que sean necesarios utilizar. No hacerlo, significa permisividad, debilidad y temor, al menos que se sea parte de esa organización delictiva.
La situación en américa, es brutal y de emergencia, y así deberían verlo y razonarlo las naciones líderes en la región. Hacerse la vista gorda no resuelve nada. Al contrario la agrava. Tal como sucedió con Cuba, mientras más temor se tenga a intervenir militarmente, más impulso y fuerzas adquieren esas naciones desestabilizadoras. El mundo libre y democrático jamás se atrevió a actuar en Cuba, permitiendo que esta minúscula nación, que hoy día, tenga el rol predominante y destructivo que tiene en la actualidad. Ese grave error, no se debería permitir, ni repetir con Venezuela, puesto que pareciera que vamos por la misma senda de la desidia, el miedo, la ignorancia y las malas lecturas e interpretación de la realidad. “Amanecerá y veremos.”