Un vampiro al desnudo
A muchos les parecerá que hoy estoy tocando un tema local, o regional cuando mucho; pero no es así, es de interés nacionalpor lo que informaré más adelante. Hoy, como el título ya lo sugiere, vamos a conversar del Drácula de a locha que desmanda en Carabobo sin que el grueso de la población reclame de manera recia sus desafueros y malaventuras. Se puede decir que la relevancia del tipo está alta por falta de una oposición seria, unida que muestre que va desnudo.
La frase que empleo como encabezamiento de mi escrito de hoy la tomé de una actividad político-vecinal que organizaron dos partidos carabobeños nada sospechosos de cuartarepublicanismo; que están formados por gente que toda la vida ha buscado la mejoría de las clases menos afortunadas: Alternativa 1 y Nueva Visión de País. Fue un evento en el cual varios dirigentes municipales denunciaron el bluff que ha resultado el actual gobernador del estado. Una nota persistente en todas las intervenciones deja ver lo que ya todos los carabobeños sabemos: que el tipo es un bocón que llegó al cargo y se mantiene en él por pura faramalla; que, de obras verdaderas para un mejor vivir en la región, nada; que, de transparencia en el manejo de los dineros públicos, menos; pero que el circo sin pan está presente todos los días. O sea, típico gobernante madurista que sigue el ejemplo de su cabecilla.
Varias muestras de lo que digo. El lema y el logotipo de su “gestión” no pueden ser más desafortunados por lo funesto: un murciélago negro que representa a Drácula. Vale decir que, desde el mismo primer día, ya amenazaba que su gestión iba a ser tenebrosa, amparada por la oscuridad, alineada con gente de mal vivir. El fulano quiróptero aparece pintado en cuanto muro y bien de propiedad oficial hay por aquí. ¡Hasta en las ambulancias! ¿Qué pensará el pobre fulano que deba ser montado en una de ellas? Que en ella no le van a transfundir la sangre que requiere, sino que, más bien, se la van a chupar. O el desdichado que sube a una patrulla y sabe que lo van a dejar exangüe antes de llegar a la comisaría.
Hablando de excesos policiales, todavía el señor gobernador no ha dicho algo con enjundia en relación con la muerte de ochenta y siete detenidos en los calabozos de SU policía. Y debiera porque, de acuerdo a “la mejor Constitución del mundo”, son los gobernadores quienes ejercen, dentro de sus respectivos estados, la máxima autoridad en esa materia. Pero se ha hecho el loco persistentemente, porque eso no da nota y, más bien, demostraría el lado más flaco de su míseromandato.
Una queja constante de quienes hicieron uso de la palabra en la actividad, es que en cada una de las ciudades hay, todos los días, cuadrillas “limpiando” un mismo sector: el de la autopista u avenida más transitada del pueblo. Y a horas pico. Es para dar la sensación de que se está haciendo una labor. ¿Pero en el mismo sector, a las mismas horas? ¿No hay otros lugares necesitados de mejoras en el ornato?
Otra, es el apropiamiento de lo hecho por otros gobiernos para hacerlos aparecer como obras de su gestión, con cambio de la toponimia de muchos años para acrecentar su megalomanía. Un parque dedicado a enseñar a los niños el adecuado desempeño en el tránsito, ahora se llama “Dracupark”; pero la verdad es que ha estado en funcionamiento desde hace veinticuatro años, cuando lo inauguró Henrique Salas. Una plaza que fue remodelada por el mejor alcalde que haya tenido Valencia, Francisco Cabrera, y que llevaba el nombre del primer presidente de Venezuela, en 1810, Cristóbal de Mendoza, ahora es la “Plaza Drácula”. Según él, inauguró un tren que dizque va de San Diego a Guacara. Es un trozo del que supuestamente iba a inaugurar Boves II en el 2007 y que todavía no está completo. Pero que no soluciona problema alguno, porque las dos estaciones están lejos de los lugares por donde fluyen las personas para ir o venir del trabajo o escuela. Funcionó solo el día que se grabó el video promocional.
No tiene un correcto sentido de cuáles deben ser prioridades para el empleo de los fondos oficiales. En un video se le ve destapando un pote de pelotas de tenis que llevan el ¿fetiche? del murciélago; las “dracuballs”. Unas pregunticas: ¿cuántas cajas debe haber encargado para que la Wilson gringa haya aceptado estampar sus pelotas por encargo? No menos de cuatrocientas cajas de a treinta y seis tubos, supongamos. ¿Y cuánto le costó esa “gracia” al erario? Averigüé en Amazon; cada tubo sale en US$ 7,50. O sea, que no menos de 108 mil verdes se malgastaron en esa payasada. Dinero que hace falta en la alimentación escolar, o en los hospitales, por ejemplo. ¿Y de dónde sacó esas divisas? Algo parecido fueron unos autobuses escolares desincorporados por viejos en alguna parte del imperio meeesmo y que compró e introdujo al país sin saber cómo ni de dónde sacó los fondos. Ya los “dracubuses” no funcionan. Pero se dio mucha nota promocionándolos. Ahora anda con una fábrica de “dracucerveza”. Hasta un Octoberfest montó para promocionarla. Yo soy un adorador de Gambrinus, pero jamás la probaré porque el refrán explica que “toda cosa se parece a su dueño”; o sea, que esta debe ser solo espuma que se desinfla y desaparece, pero nada de substancia…
Les debo la explicación de por qué es un tema nacional. Porque, según algunas encuestas hechas por el oficialismo, el tipejo de marras aparece de primero entre los que se supone que serían candidatos para reemplazar a Platanote en las votaciones que, velis nolis, habrá próximamente. ¡Mosca entonces en los otros estados! Que el tipo es puro relumbrón. Se le pasa la uña por encima y se le cae el gold filled. Que se los digo yo…