Enfermeros del JM de los Ríos: Hay que castigar a todos los ministros de la Salud
En la UCI del hospital ni jabón hay para limpiar los baños
A Hanio Mauco le enseñaron en la universidad que cada vez que va a atender a un paciente debe lavarse las manos, lo mismo debe hacer al terminar, debe cubrirse con batas y tapa-boca, no solo por la protección del paciente sino por la suya propia.
Mauco es enfermero en el Hospital de niños JM de los Ríos, en la Unidad de Cuidados Intensivos. «Yo retrocedí 20 años atrás», dice porque en su sitio de trabajo de 15 enfermeros quedan solo 8 para atender a un total de 14 camas, que es lo que hay en la unidad.
Las condiciones para pacientes y trabajadores de la salud son indignas, así lo describe este enfermero que tiene 20 años ejerciendo su profesión y hoy ve como el JM de los Ríos se ha deteriorado. «Usted va a la unidad y consigue un cementerio, los baños huelen a baño de carretera, no hay desinfectante, no hay jabón, no hay batas, yo soy un riesgo biopsicosocial».
Su mayor satisfacción «es la sonrisa de un niño y hoy no la tienen» por eso cree que «tenemos que castigar a todos los ministros que han pasado por el Ministerio de Salud» en los últimos 20 años de gobierno chavista.
«Ni caraotas podemos comprar»
Otra enfermera, compañera de trabajo de Mauco, comparte el sentimiento de frustración: «nosotros no dejamos nuestro trabajo porque yo amo mi carrera, pero esto es para que ya hayamos dejado estos trabajos», comenta la mujer que de pronto rompe en llanto porque hace unos días no pudo complacer a su hijo que le pedía comprarle alguna cosa en la populosa parroquia Catia de Caracas.
«Dicen que estamos comiendo espagueti con caraotas pero ya ni las caraotas las podemos comprar. Un kilo de caraotas cuesta 40 mil bolívares. Con mi sueldo yo no puedo comprarlas», cada quincena cobra unos 100 mil bolívares que al cambio en dolares representan cerca de $5. Aclara que estos montos son por bonos y no en sueldo, lo que no tiene repercusión en sus utilidades o prestaciones.
«Me dicen que vaya a un psiquiatra, pero yo no estoy loca, la realidad es que los padres no tenemos como mandar a nuestros hijos a estudiar», comentó la mujer que habló como representante del gremio de enfermeros y como ciudadana al mismo tiempo y que reclama que «ahora nos quieren aplicar el 2×1 para que no se note la falta de personal (…) Yo no quiero dejar mi trabajo pero la necesidad me obliga a irme a la calle».
Los trabajadores de la salud aseguran que se mantendrán protestando y denunciando la crisis que atraviesan los hospitales por falta de insumos, personal y por los bajos sueldos de devengan pra llevar el pan a sus mesas.
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