20.000.000 de personas están en riesgo de contagiarse con enfermedades endémicas
Los ciudadanos no tienen acceso a las medicinas por la falta de producción
El exministro de salud, José Félix Oletta, aseguró que el sistema de salud venezolano no está preparado para atender la ola de epidemias que trae la temporada de lluvias que agrupan tanto enfermedades hídricas como vectoriales.
«La Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar) no produce nada desde hace años, el 60% de los laboratorios está en situación crítica dejando como consecuencia la desaparición de los antibióticos», indicó Oletta.
Para el especialista toda la situación se vuelve ciclica porque la escasez de medicamentos y reactivos, imposibilita que el diagnóstico temprano de la enfermedades por lo que avanzan rápidamente.
«Es una cadena de problemas, reducción de la capacidad diagnóstica que lleva a un retraso de diagnóstico en enfermedades que tienen patrones de conducta con comportamientos epidémicos».
Actualmente se ha vuelto sumamente difícil diagnosticar hepatitis. porque no hay los marcadores virales.
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El agua
Otro hecho que incrementa la propagación de las enfermedades, es que en Venezuela la potabilización de agua ha disminuido cada vez más, además de que el suministro del líquido es escaso en muchas zonas.
Aumentan lo depósitos de agua y esto ayuda al fomento de las enfermedades vectoriales e hidrícas.
Gran parte de la población se ha visto en la obligación de tener que recolectar agua de chorros y pozos que no cumplen con las normas de seguridad, o dirigirse a locales donde te llenan los envases con agua de dudosa procedencia.
Diarrea, disenteria, cólera, salmonela, hepatitis, malaria, mal de chagas, zika, chikungunya y dengue, son algunas de las afecciones que empiezan a aparecer con mayor incidencia desde el mes de octubre hasta el mes de diciembre.
«Al personal médico nos preocupa una epidemia de colera, sobretodo, porque para otros países ha sido complicado controlarla y con la circunstancias que tiene Venezuela, sería imposible y esa es una enfermedad potencialmente mortal», aseveró el fundador de la Alianza Venezolana por la Salud.
«Territorio expuesto»
Según Oletta al menos 20.000.000 de personas están en riesgo de contraer infecciones virales y bacterianas por la baja calidad que tiene el agua para el consumo humano del país.
«El agua, antes de ser consumida debe pasar por varios procesos, es tan complejo que tú necesitas ácido sulfúrico por un lado, hidróxido de aluminio para aglutinar y precipitar. Es un proceso complejo industrial que debería realizarse en las plantas potabilizadoras, además de cloro», comentó el doctor.
Hay falla en la producción de todos estos materiales
La información que maneja es que el país cuenta con 15 grandes plantas potabilizadoras que están funcionando a medias y las mismas no han ofrecido reportes sobre su operatividad en los últimos 4 años, por lo que duda que el agua sea segura.
«El deterioro del derecho al acceso de agua potable en Venezuela, en el contexto de la emergencia compleja que sufre el país, requiere acciones prioritarias e impostergables desde la visión de la salud pública», dijo el integrante de la Red Defendamos la Epidemiología.
La baja calidad del líquido termina resultando costosa para el sistema de salud que ya se encuentra golpeado porque aumenta la afluencia en hospitales que no cuentan con los recursos para brindar atención, no solo por la escasez de insumos, también por la falta de servicios públicos.
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Censura epidemiológica
Lo que más le preocupa a los profesionales de la salud es la desinformación que hay en cuanto a las cifras de control y tratamiento de epidemias en el país.
«El Estado omite información que le pertenece a los ciudadanos y le sirve a los médicos para orientaar a la población, para educarla, para conocer los factores de riesgo existentes y prevenir y en el caso de las epidemias adelantarnos a riesgos epidémicos», aseguró el ex ministro
El Ministerio de la Salud no ofrece balances informativos desde el 2016, por lo que las ONG deben recurrir a utilizar vigilancia epidemiológica alternativa basándose en herramientas como el Internet.
«Los boletines que nos permitían identificar las enfermedades endémicas asociadas a las condiciones ambientales, la malaria, la parasitosis intestinal, chagas, no se publica desde 2016», manifestó.
El efecto negativo recae principalmente en que es a partir de estos datos que se organiza el Programa Nacional Ampliado de Inmunizaciones, se conocen la cantidad de dosis que necesita aplicarse y el total de la población que la requiere.
«El fracaso del programa de vacunación ha traido, entre otras cosas, que enfermedades que se consideraban erradicadas, hayan vuelto y hayan cobrado un número importante de víctimas», indicó el doctor Oletta.
Los informes que ha realizado la Red Defendamos la Epidemiología señalan que la salud del país presenta un retroceso de unos 60 años con la reaparición de la malaria, la difteria y el sarampión, así como el incremento de la mortalidad infantil y materna.