La gran crisis humanitaria de nuestros migrantes
Sin lugar a dudas que muchos venezolanos en el exterior en especial profesionales universitarios están en excelentes posiciones económicas, casi todos con varios años fuera de la patria y en su mayoría procedentes de la industria petrolera, que llegaron a tiempo y en mejor ocasión, pero no es un porcentaje tan alto en relación a los casi cinco millones de compatriotas hoy en la diáspora venezolana, una de las mayores del mundo sin existir un estado de guerra entre países y que sigue día tras día incrementándose debido al deterioro total de la vida en Venezuela, donde campea la mayor crisis humanitaria que país alguno haya podido soportar, la inflación más grande del mundo, el altísimo costo de la vida, la constante y creciente escasez de alimentos y medicinas, los bajos salarios (los más bajos del mundo, 1,78 dólar salario mínimo ), el desastre total en la educación, la salud pública y la inseguridad que obliga a partir de las seis de la tarde a convertir las ciudades en un constante toque de queda, y a esto se suma los gravísimos problemas de electricidad, luz, gas, comunicaciones y transporte caro y extremadamente pésimo, aunque todo esto es una gran verdad, no es tan fácil hablar y desarrollar un tema sobre el título de este escrito.
Varios factores se contradicen en esta cruel situación, por un lado, dos grupos de migrantes, los ya indicados que se fueron con años de anticipación casi todos profesionales universitarios con experiencia laboral, (en su mayoría petroleros, aventados de la industria y perseguidos por el régimen totalitario), un segundo grupo también de profesionales, casi todos del sector salud (médicos y enfermeras) muy bien recibidos, excelentemente bien pagados, que han podido llevarse a su familiares al exterior viviendo holgadamente y a la vez ayudando económicamente a sus familiares en Venezuela, lo que trajo como consecuencia que otro grupo se desplazara donde también abundaban los profesionales, pero en la medida que la situación en Venezuela se hacía critica, las fuentes de trabajo se cerraban y el hambre y la inseguridad apretaba, se llegó a los desplazamientos masivos, ante la esperanza de un futuro mejor, familias enteras dejando todo atrás empezaron a trasladarse a través de la frontera colombiana, miles son los casos de familias que llegaban a Cúcuta y de allí en caravanas parten caminando hacia otras ciudades colombianas y hacia otros destinos como Ecuador, Perú, Chile, Paraguay y Uruguay, siendo los países más abarrotados de migrantes venezolanos Colombia, Ecuador, Perú y Chile, pero con un gran inconveniente que la mayoría de estos últimos grupos no son profesionales, un enorme porcentaje son obreros, pero al fin todos bajo un signo común, van en busca de una vida mejor tanto para ellos como para sus familiares, gente que han tenido que caminar centenares de kilómetros, desafiando el frio, el calor, las lluvias y el hambre, hemos visto con dolor enormes caravanas de caminantes, hombres, mujeres y niños, familias enteras como ya lo dijimos desafiando todas estas inclemencias en busca de ese nuevo “El Dorado, lamentablemente a estos grupos se han unido muchos delincuentes, gentes de mal vivir y una gran bandada de prostitutas que han invadido en especial muchas ciudades colombianas, es de conocimiento general que el régimen ha sacado de las prisiones miles de procesados por infames delitos y los ha puesto en la frontera colombiana.
Estas grandes oleadas de migrantes como era de esperarse han copado las fuentes de trabajo, los servicios públicos en especial en Colombia, Ecuador y Perú, que aunque los gobernantes hacen grandes esfuerzos para ayudar, no siempre se logran los cometidos, de allí arranca en muchos sitios la xenofobia contra los venezolanos, pero surge otro fenómeno que es la explotación inmisericorde de los dueños de empresas hacia esa masa en busca de trabajo, es un secreto a voces que en especial en Colombia, el salario que le pagan a los venezolanos en la mayoría de los casos es apenas el cincuenta por ciento del salario real,( en los años 40, 50 y 60 cientos de miles de colombianos migraron hacia Venezuela en especial hacia el Zulia y nunca fueron maltratados ni explotados), a esto se suma la proliferación de vendedores ambulantes y la mendicidad en las calles de muchas ciudades de Colombia, Ecuador y Perú, las migraciones son siempre una tragedia, el solo hecho de arrancarte de tu medio ambiente en busca de una vida mejor, ya de por si causa inconvenientes, pero cuando esto se llega a los extremos de lo que ha llegado en Venezuela y que sigue creciendo, se convierte en una gran tragedia, la AGNUR, la agencia de la ONU para las migraciones ha calculado que para el mes de diciembre hayan salido de Venezuela más de seis millones de venezolanos. Según la misma Agencia en Colombia hay alrededor de 1.600.000 venezolanos, en Ecuador 900.000, en Perú 750.000 y en Chile 400.000.
El miércoles once leíamos una información de la VOZ DE LAS AMERICAS, donde detallaba que en la frontera entre Ecuador y Colombia cerca del puente internacional RUMICHACA, se encontraban miles de venezolanos en muy precarias condiciones, a la intemperie durmiendo en el suelo con temperaturas que llegan hasta cero grados, en la espera que se abra un corredor humanitario que le permita acceder a Ecuador aunque son muchos los que han de continuar su viaje, es allí donde deberían estar los representantes de los Embajadores de esas naciones nombrados por Juan Guaidó así como el flamante Canciller Julio Borges, buscando soluciones ante estas apremiantes situaciones, ya que no solo se trata de adultos, también de niños, familias enteras desesperadas en busca de un mañana que se les hace a veces demasiado lejos y que por sobre todas las cosas son venezolanos y esas son una de las razones de la existencia de La Embajadas y Consulados para asistir a sus nacionales y que las personas que ocupan esos cargos tengan responsabilidad y verdadera conciencia humanitaria para buscar y lograr verdaderas soluciones favorables ante tanta miseria.
No podemos pasar por alto, que en realidad los gobiernos Colombia, Ecuador, Perú y Chile han estado haciendo todo lo que ha estado a su alcance en busca de soluciones, situación totalmente adversa es la presentada tanto en Trinidad-Tobago y Panamá para con los venezolanos.
Si recorremos el Estado Sucre, especial los pueblos de Guiria, Yaguaraparo, Irapa, Río Caribe, Cariaco, Muelle Cariaco y San Antonio entre otros nos conseguiremos con infinidades de familia de origen trinitario que huyendo del hambre en esa isla, desde hace muchos años se fueron asentando y echando raíces en Venezuela, donde nunca fueron perturbados, hoy en día en Trinidad los venezolanos que han llegado a esa nación son denunciados por los nacionales de esa entidad, perseguidos por las autoridades encerrados en prisiones en condiciones infrahumanas y expulsados como que fueran delincuentes.
En cuanto a Panamá, es un caso especial, son centenares los hoy profesionales universitarios egresados de nuestras universidades de origen panameño que huyendo de sus dictaduras militares encontraron aquí refugio, trabajo y estudios y no solamente en nuestras Universidades, también sin restricción se le abrieron las puertas en nuestros Institutos Militares donde estudiaron se graduaron e hicieron carrera en las Fuerzas Armadas Venezolanas, hoy Panamá paga todo esto con una persecución contra los venezolanos, de hecho hay slogan de “PANAMÁ PARA LOS PANAMEÑOS”, “NO QUEREMOS AREPAS NI TEQUEÑOS”, a los panameños se les olvidó totalmente que fue precisamente Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno quien puso todo su empeño para convencer al Presidente Carter de USA, y al General Torrijos dictador de esa entidad, para adelantar varios años la entrega del Canal a los panameños; todo esto forma parte de la gran tragedia que están viviendo los venezolanos en esta gran diáspora, miles son las historias, cada una más trágica que la otra, del hambre de nuestros migrantes en el exterior, por culpa de este régimen narco terrorista, que ha destruido en su casi totalidad nuestra Venezuela, aquella patria de gente generosa, que tanto miles de extranjeros recibió y se convirtió rápidamente en la nueva patria de todos ellos, que abrió sin mezquindades sus brazos para todos ellos, recibiendo a millares de españoles, italianos, portugueses, franceses y latinoamericanos, por eso, todos los culpables de tanto sufrimientos tienen que pagar, aquí no podrá haber borrón y cuenta nueva, ni olvido, no se trata de persecución, sino simplemente de JUSTICIA, porque la diáspora VENEZOLANA ES UN CRÍMEN MOSTRUOSO DE LESA HUMANIDAD.
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CUANDO LA DICTADURA Y LA REPRESIÓN SE HACEN LEY, LA REBELIÓN ES UN SAGRADO DERECHO…Simón Bolívar