El exgeneral Hugo Carvajal, que estuvo al frente de la contrainteligencia venezolana con Hugo Chávez, se negó este jueves a ser extraditado a EEUU por delitos de narcotráfico, alegando que esa acusación es falsa y buscan sacarle información: «Yo en la justicia de Estados Unidos no confío», afirmó.
En su vista de extradición en la Audiencia Nacional española, en la que la Fiscalía ha apoyado su entrega a EEUU, Carvajal, a preguntas de su abogada, afirmó que se siente amenazado y que cree que sufrirá represalias si es extraditado al país norteamericano, pero también en Venezuela.
«Yo en la justicia de Estados Unidos no confío, el solo hecho que me hayan hecho lo que hicieron es suficiente motivo. No voy a tener derecho a la defensa de ningún tipo y a promover pruebas tampoco», afirmó ante el tribunal Carvajal, quien dirigió la contrainteligencia militar durante más de siete años.
También explicó que todos los que podrían testificar en su favor en un proceso contra él «están o sancionados o con la visa retirada en Venezuela, otros presos en México y otros muertos, como es el caso del presidente Chávez, que era quien me daba las ordenes directas a mí».
«A (Nicolás) Maduro lo conozco lo suficiente y sé de lo que es capaz», afirmó acto seguido sobre el gobernante venezolano, con quien también fue jefe de la contrainteligencia durante un tiempo, aunque Carvajal se declara ahora seguidor del líder opositor Juan Guaidó.
Carvajal, de 59 años, fue detenido en España el pasado 12 de abril en virtud de una orden de arresto de Estados Unidos, que le reclama por haber querido «inundar» ese país con toneladas de cocaína, que introducía supuestamente en su territorio, en ocasiones con ayuda de la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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Sin embargo, el exgeneral venezolano sostuvo que si se vio con jefes de esa guerrilla fue para ayudar a su traslado a Venezuela y luego a Cuba para sus reuniones con enviados colombianos en el marco del proceso de paz, bajo las órdenes de Chávez y con conocimiento del Gobierno de Colombia.
«La responsabilidad que yo tuve con ese grupo, de buscarlos en la frontera y llevarlos a Caracas y a Cuba, y viceversa, era una cuestión de seguridad netamente mía», pero en los vehículos, recalcó, no había droga como sostiene EEUU, sino jefes de las FARC.
«Es absurdo que se ande diciendo que yo andaba con grupos armados en Venezuela protegiendo a las FARC. Claro que los andaba protegiendo, porque era mi responsabilidad que no les pasara nada», por lo que tildó las acusaciones de la justicia de Washington como «meras especulaciones que no tienen ningún tipo de asidero».
Su abogada, María Dolores de Argüelles, alegó persecución política para negarse a la entrega e intenciones subrepticias de la justicia estadounidense. «Es público y notorio que las relaciones entre EEUU y Venezuela no son buenas desde que Chávez entró en el poder», recordó.
Para la letrada, «el único fin que tiene EEUU para perseguir al señor Carvajal es que tiene conocimientos suficientes para dar datos internos de lo que pasa en el Gobierno de Venezuela».
Argüelles añadió que si Carvajal es extraditado no podría defenderse correctamente porque el material sobre las FARC está clasificado en Venezuela y los testigos «están muertos, presos o no tienen posibilidad de salir de Venezuela para dar cualquier tipo de justificación».
«Es una artimaña bastante inteligente: te dejo sin ningún arma de defensa y vienes a lo que yo quiero, a que me des información», resumió la abogada.
El fiscal Luis Ibáñez se posicionó en favor de la extradición y recordó que no le reclama Venezuela, sino EE.UU., por lo que rechazó la alegación de persecución política.
En la demanda de Washington «se concretan con suficiente precisión los hechos, las actividades delictivas por las cuales se le reclama» y se cumplen los requisitos para que sea extraditado, subrayó el fiscal.