Nueve marinos ucranianos fueron condenados por un tribunal francés este martes por haber transportado en un carguero, proveniente de Venezuela, más de dos toneladas de cocaína.
Esta incautación tuvo lugar el 11 de septiembre de 2015 en Boulogne-sur-Mer, en la costa noroeste de Francia. Un patrullero avistó un buque de carga en muy malas condiciones, que enarbolaba bandera moldava.
Por radio, el capitán del «Carib Palm» dijo a las autoridades que venía desde Cartagena, en Colombia, y se dirigía a Gdansk, en Polonia, para una reparación, sin transportar ninguna carga a bordo.
Intrigadas, las autoridades le pidieron que se detuviera en Boulogne-sur-Mer, un gran puerto pesquero francés frente a las costas inglesas. Durante el control, los canes no detectaron presencia alguna de drogas, pero los agentes descubrieron un escondite detrás de una pared metálica.
Allí, hallaron 2,3 toneladas de cocaína, con una pureza media del 75%, y un valor de venta en el mercado europeo estimado en 360 millones de euros.
Los individuos también tendrán que pagar una multa de 75 millones de euros, según la designación de la corte de Lille, en el norte de Francia.
Los nueve ucranianos, todos miembros de la marina mercante, fueron reclutados en su país por una compañía ficticia registrada en las Islas Marshall, bajo el nombre usurpado de un belga.
Ante el tribunal dijeron que descubrieron en Santo Domingo que iban a transportar droga y que su jefe los amenazó si no lo hacían.
La fiscalía había solicitado penas de entre 5 a 8 años de prisión en función del «grado de implicación» de cada uno.