Luego del emotivo entrenamiento a puertas abiertas en el estadio, Diego Maradona brindó su primera conferencia de prensa como técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata, en la que se comprometió al máximo para sacar al club de la delicada situación que se encuentra y mantenga la categoría.
En un hotel céntrico de la ciudad de La Plata, el astro del fútbol mundial enfatizó: «Viví muchas cosas hermosas, el nacimiento de mis hijas y mis hijos. El corazón sentía que se me iba a reventar y hoy cuando salí a la cancha me pasó lo mismo. No soy de mármol, soy de carne y hueso. Hoy me sentí en el cielo y quiero agradecer por esta oportunidad».
Al ser consultado sobre su relación distante y tirante con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, Maradona tendió un puente de diálogo y enfatizó: «Yo estoy dispuesto a hablar con todos, con Tapia no tengo ningún problema. En su momento dije cosas que no cayeron bien, entonces quería abrirle la puerta ahora que soy parte del fútbol argentino».
«Diego no estaba en la carpeta de nadie. Hay que trabajar, no nos queda otra, yo se lo dije a los jugadores hoy, antes a los árabes y a los mexicanos. Además, quería pasar mis últimos años en Argentina», agregó el emblemático número 10.
Al ser consultado sobre su plantilla, el campeón del mundo como jugador en México 1986 y subcampeón en Italia 1990 sostuvo: «No los conocía a muchos muchachos porque estuve más afuera (del país) que adentro. Vamos a confiar en todo el mundo mientras podamos trabajar con tranquilidad».
Además se tomó un tiempo para hacer una comparación de su actual delantero Claudio Spinelli con su excompañero en la Selección, Claudio Caniggia: «Esperemos que él la meta también porque a ‘Cani’ lo recordamos todos por sus goles, especialmente por el que le hizo a Brasil en 1990», y añadió otra vez emocionado: «Quiero aprovechar para mandarle un abrazo muy grande a ‘Cani’, que no está pasando un buen momento personal».
Al ser consultado sobre la realidad argentina enfatizó: «A este país lo quiero sonriente y no lo veo sonriente para nada. Les puedo asegurar que salimos a caminar con Rocío (Oliva, su pareja) y hasta los almacenes están sin abastecimiento. Y eso no puede continuar. Llevamos muchos años así. Nací en Villa Fiorito y hoy tengo 59 años, y acá no cambió nada, lo lamento por todos los argentinos».
Por último atribuyó a una prohibición la imposibilidad que tuvo de trabajar en algún club en todos estos años que fechó en 1994: «Diego estuvo prohibido en el fútbol argentino porque el dopaje del ’94 nadie lo cree, ni un ‘pibito’ de cinco años. Tuvieron que hacer que Argentina clasificara y con Maradona, porque no vendían una entrada. Y cuando tuvieron todo vendido dijeron ‘a este ya lo podemos limpiar’. Y me limpiaron».
«Por suerte pude dirigir aquel equipazo en 2010 con el mejor Messi, sin dudas. No sentí vergüenza después de aquella eliminación y sentí que la gente quería que fuera campeón del mundo como técnico. Messi hizo figura a todos los arqueros en aquel torneo», concluyó en tiempo de recuerdos.
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