Opinión Nacional

Usted HR, es culpable y responsable de este holocausto

Con inmenso dolor, presidente HRCHF, le escribo.  Dolor porque como todos los venezolanos, al menos quienes no tiene negocio con la muerte y los beneficiarios de su alto gobierno, incluido usted, obviamente, los corruptos de todas las escalas, los traficantes del poder y alguna que otra droga, su poder judicial, su contraloría,  sus diputados, sus soldados, su PSUV, sus conversos, y otros que con usted negocian, capitalistisimos, muy mucho, dictadorìsimos muy otros, etc., pues bien, los que no pertenecemos  a ese mundo suyo, viven y vivimos un intenso dolor.  Empiezo por describir el más inmediato, el más cercano de los crímenes de los cuales usted y su régimen es responsable, es absolutamente  culpable y de consecuencias aterradoras. Dije es a pesar de la elemental concordancia, porque usted y su régimen son idénticos.  Ayer, en todo Maracaibo en ninguna farmacia había suero, ni el que viene en formatos de sobres ni Ringer, ni nada.  La ausencia de suero es fatal, tanto mas cuanto ¿qué  puede hacer una familia para sustituirlo?  Tampoco obturadores, esos imprescindibles instrumentos para poder suministrar los medicamentos,  alimentos líquidos a quienes no se puede administrar por otras vías, fuera de las venas.  Que decir de otras medicinas, como las que requieren los diabéticos,  enfermos de SIDA, variedades de  cánceres…o, no hay o son insuficientes y a precios muy superiores a los que se veden en los imperios. Pero, mas, fui al cercano Trujillo, pensé que su gobernador allá depositado por sus manos, podría tener en algún lugar. Me dijeron lo mismo. No busque. No hay!

Usted gritará, y en cadena,  dirá que los malditos escuálidos, capitalistas son culpables, que asesinan al pueblo, porque eso es el capitalismo, un bojote de ricos asesinos; que los laboratorios privados dieron vacaciones colectivas, no para el descanso de sus trabajadores sino para perpetrar mejor la degollina sofisticada de los niños. Y un cura de esos suyos, le dirá, que como ocurrió por mandato de Herodes, y que Herodes se repite en cada rico.   Como todo el Estado y Yo, el jefe supremo,  así reiterará usted siempre, procederemos nacionalizarlas, a expropiarles y ya en manos del pueblo…todo será felicidad. Y grita a uno de sus edecanes con cargos de ministros satisfechos de hacer su voluntad,  la suya, aquí en la tierra y usted no duda, como en el cielo. Con arrogancia usted dice, decidí vivir y gobernar hasta el 31, luego como si hubiese incurrido en algún lapsus de cortesía o por si acaso, agrega, con la voluntad de dios y de la Virgen.

Pero, don Hugo, doctor muchas veces según la ausencia de honor de las universidades que le confieren tal burla, pero con buenas causas, usted paga bien, yo nunca me había preocupado de usted y cada vez que le escribo,  he advertido que usted es el primer que culpable  de este mollejero, dicen acá,  de esta mortandad, de esta inseguridad, de esta ineficacia, etc.… casi todo lo que se diga de su fracaso cabe, e incluso eso de mentarle  la madre es un acto de cortesía amorosa,  porque como usted ha ordenado, se le puede llamar puta a cualquiera,  quizá olvidó en la sentencia de su  especialísimo  tribunal  incluir  llamar también hijo de hijo de padre, hijo de  gay, toca ampliar la sentencia. Pero, a pesar de ello,  usted me da lástima,   es usted víctima de su egolatría, vale decir, de la adoración por deificación  de sí mismo, de su ego,  mas que un ser egoísta, pues ni siquiera es soberbio de verdad, pues, el soberbio alguna posible causa puede tener, su capacidad elevada e incluso la humildad, la humildad del soberbio es la soberbia avara, concupiscente, lujuriosa;  es cierto que a usted  es arrogante, prepotente, pero eso se lo debe a  los dólares del imperio y a los fusiles.  Mas, como le dije, no es usted mi problema. Sino  el porqué  parte importante   de este pueblo lo idolatra.  Quienes negocian con usted y que usted cree que son sus esclavos,  ninguno ni remotamente cree en usted.  Si usted se echara en serio algunos tragos acocainados con su par de Bolivia, vería, al tercer palo,  que cuando mas le darían un beso. Cuando mas, pero ninguno cree en usted ni en su ideología, sencillamente porque  usted es dólares y es muy pobre, muy mucho de ideas. Y si ordena a Dios, cuando se muera, según  sus disposiciones, vería cómo todos sus secuaces que le sobrevivan tenían  guardadas sus garras para ver, primero cómo lo creman  y, segundo,   ver que agarran y repletos se marcharán, unos al imperio,  otros,  a los paraísos donde no llegue el hambre, la inseguridad, la falta de servicios… ninguno a Cuba, Nicaragua, Bolivia. Menos a Bielorrusia, se les complicaría la lengua y enredarían las manos.

Pues bien, Don HR, si su cabeza estuviese mejor, tendría que asumir que, al menos, es importante que la vida de los niños tenga algunas garantías para sobrevivir. Y eso no es posible sin buena salud, sin buena educación, sin buen vivir.  ¿Quien no, por ejemplo, no le gustaría tener decenas, centenares de guardaespaldas  para que ni los zancudos se acerquen?. ¿Que papá, mamá no se sentiría feliz de que al menor quejido de cada niño se tenga leche, pan, carne,  buena escuela,  medicina, médicos…? ¿Quien no necesitaría de  que, al medio enfermarse,  se busquen los mejores galenos, se lo lleven a la Habana, para que allá médicos de alto nivel contratados en Europa para ello, lo atiendan  y poder terminar la cura en las piernas de una mulata bella o de un  negrote esbelto, según quien sea el enfermo y para quien el medicamento?.  Pero no, presidente,  ese privilegio es solo suyo, a dedicación a exclusiva, porque en su cabeza,  usted es necesario y los demás, que mueran, los demás que esperen si se aguantan. A usted no le falta el suero ni la leche. Ni ropa, ni lo que quiere o da su gana, nada le fala.

Pero, gracias a Dios que pasan cosas. Sabe?  Alguien nos dijo, a muy bajo volumen,   los chavistas tienen, tienen de todo, cabillas, cemento, cobres, dólares, etc. Claro, se refería a los chavistas de su mundo, más o menos arriba  dibujados. Y efectivamente,  hay siempre gente buena en el infierno, como viles en los altos cielos.  Conseguimos el suero. Aleluya, lo único que nos dijeron,  por favor no  digan quien les regaló el suero. Los de arriba, lo venden, como todo lo venden. 

Usted es culpable y primer responsable de todo esto, de  todo lo que hace, ordena,  y   sus  secuaces cumplen, para usted bueno es. Porque, vea, como no tiene ética, usted crea sus propios negociados. La verdad es mía, vocifera usted siempre,  los míos son buenos, y  lo que hacen mis esclavos, es perfecto. Si hay que matar,  si mentir, si estafar, si blasfemas, si vejar… al enemigo está muy bien, y, algún cura bien pago encontrará que eso es moral porque así está en su biblia y en  sus testamentos y el de usted sería el del  quinto, por supuesto, no apócrifo, sino  como lo son el de Marcos, Mateo, Lucas y Juan.  Casi lo olvido, su enemigo es todo aquel que dice, no me gusta el discurso del presidente, pudiera estar equivocado… pudiera no ser dios.

Sabe,  presidente, le escribo sin rencor, sin odio,  con asco sí, porque un niño enfermo necesita sueros, medicinas, no a Herodes que al asesinarlos evita que alguna vez pudieran enfermarse. O crecer y rebelarse.   Y es un asesinato, presidente, un verdadero holocausto que a los  niños los mate el hambre, la falta de sueros, la droga, la inseguridad, la ausencia de medicinas… eso no  tiene otro nombre que el ya puesto.

Perdone usted estos detalles más.  Usted ha hecho de la mentira y del terror su mejor arma.  Con ellas manipula a gente sana y buena, pero que por circunstancias cree en usted y con ello se deja de creer en cada quien, en uno mismo.  Anote a su favor que no hemos sabido descubrir y probar su goebeliano oficio. Mentir para engañar. (Alguna vez lo escuché citar a este súper jerarca del nazismo, Goebel). Pero, dicen los maracuchos, los de los Jovitos, que dios es mas grande que una mata de coco; pero sabios agregan,  cuidate que  por su justicia no te caiga el coco en la cabeza. Pues bien, creo que fue el Niño Jesús, quien aceptó que Cristina, su par de Argentina (usted, según su sabio modo de emplear la gramática,  diría su para, como dice elefanta, cebro) la tocara un cáncer, muy sencillo, en la tiroides. Y sabe, todo el mundo conoció el informe médico, lo que la doña tiene, lo que se hará…y que mientras se cumplen los detalles, la presidencia no será ejercida por la bella dama. Usted en cambio, sin más detalles, hizo lo inverso.  Usted entregó a los venezolanos sus males para que compartan su enfermedad y de alguna manera, como no queremos morir, recemos todos por su salud, porque ha creado la monstruosa mentira de que si usted se muere, se muere Dios, se muere el pueblo.  Y con ello, se muere la felicidad del socialismo. 

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