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Gustavo Dudamel y María Valverde: Cómplices en el amor ¡y ahora en la escena!

¡Amor! eso fue lo que reinó la noche de este domingo en la presentación de Gustavo Dudamel al frente de la Mahler Chamber Orchestra (MCO) que fue anunciada  como el plato fuerte de la edición 33 del Festival de Peralada,  en Girona, España.  Allí  la orquesta interpretó una versión de «El sueño de una noche de verano», de Mendelssohn, en la que la actriz ibérica María Valverde, ha recitado pasajes de la obra de Shakespeare y la segunda parte la sinfonía «Titán», de Mahler.

Y con amor no nos referimos solo al que existe entre Valverde y Dudamel, casados desde 2017, sino el que el batuta y la orquesta comparten por la música y el que motiva el  deseo de todos de que la educación combata la desigualdad, leit motiv que se convirtió esta noche en un «amoroso puente» de felicidad que unió en un solo sentir al público.

En la interpretación de «El sueño de una noche de verano», música y narración se han intercalado en un impresionante espectáculo, en el que la voz de la protagonista de «Tres metros sobre el cielo» se imponía por encima de la interpretación musical. «Todo esto lo hacemos por amor» precisó la actriz, que salió a escena descalza y con un largo vestido de hada-novia de Second Skin que la hacían especialmente creíble en su papel de espíritu de la noche.

A juzgar por los aplausos, la primera parte de este concierto -con el que la MCO cerró su gira por España pasar por Granada, Madrid, San Sebastián y Santander- encantó al público, quien aplaudió extensamente a Valverde, a la soprano Mercedes Gancedo, la mezzosoprano Lidia Vinyes-Curtis y a las 38 componentes del «Cor de Noies» de L’Orfeo Catalá.

Pero el reconocimiento se desbordó en la segunda parte cuando se presentaron con Dudamel y la MCO solos, que merecieron una ovación de varios minutos y los «bravos» no escasearon. «Nos vamos felices», aseguró el director tras el show.

«Todo esto lo hacemos por amor»

Tras un pequeño intento en Caracas, era oficialmente la primera vez que Valverde y Dudamel compartían un proyecto artístico y la experiencia les encantó, según afirmaron ambos a los medios al concluir la actuación.

«Poder trabajar con la persona que quieres es un regalo. Es fácil y bonito», señalaba la actriz en una entrevista previa a la actuación. «Es mágico. Descubrirse a través del arte es algo maravilloso», añadió por su parte el director venezolano, titular de la Filarmónica de Los Ángeles y de la Sinfónica Simón Bolívar.

La obra de Mendelssohn contiene la celebérrima «marcha nupcial», una pieza amorosa que ha resumido perfectamente la complicidad artística en busca de la belleza que les ha unido esta noche. Dudamel puso cuidado extremo en la dirección de la orquesta mientras ella recitaba mimosa y enamorada, pasajes de la obra de Shakespeare en la que inspiró Mendelssohn en la traducción de José María Valverde.

Con el fondo de una proyección de dibujos del XIX de hadas e ilustraciones sobre la obra de Shakespeare, el espectáculo se desarrolló con una total conexión entre todos y aunque ella se adelantó en un pasaje lo resolvió con una risa traviesa que fue la marca de toda la pieza, rematada con un abrazo y un beso entre Valverde y Dudamel.

En «Titán», obra de puro romanticismo en la que es perfectamente reconocible, entre otros temas populares, la nana «Frere Jacques», la MCO fue, como él quería, «un león que sigue a un pajarillo», mientras que en «Sueño» se recreó en la felicidad de un bosque encantado, en el que se oían perfectamente los pasitos de las hadas o el humorístico rebuzno del asno mágico.

 

Fundación Dudamel: Música y educación para el mundo

Pero, además de compartir su amor con un proyecto especial, el de esta noche fue un concierto excepcional porque era también el estreno del acuerdo educativo entre la Fundación Gustavo Dudamel y la de la Mahler por el que 41 jóvenes de diez países han preparado y tocado con ellos «Titán».

La fundación Mahler hace cada año un proyecto educativo y en esta ocasión quisieron que fuera con la fundación del director venezolano porque comparten su objetivo de que la música sea «inclusiva» para las próximas generaciones.

Los jóvenes se volcaron en el escenario y vivieron la experiencia, según explicaba después a EFE el violinista Carlos Chacón, con la alegría de haber hecho música junto a unos músicos del nivel de Dudamel y la Mahler y haber visto la entusiasta reacción del público.

Los jóvenes participantes, de entre 16 y 30 años, todos ellos «en proceso de aprendizaje», proceden de España, Venezuela, Argentina, Francia, Hong Kong, Japón, Noruega, Corea del Sur, Colombia y Estados Unidos en orquestas tales como la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, la Juvenil de los Ángeles (YOLA) y la Escuela Reina Sofía.

Los tutores de la Mahler, como el primer trompa, José Vicente Castelló (1978), han coordinado y preparado a los estudiantes para que conocieran su dinámica de trabajo y supieran enfrentarse a la orquesta y esta noche, decía a EFE, estaba «muy orgulloso» del trabajo que han hecho juntos.

«Quiero el sonido de los que están contentos de tocar juntos. Hagamos el amor», les proponía Dudamel en los ensayos provocando la carcajada de todos y parece que lo consiguieron.

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