Clásico entre Caracas y Táchira se jugará en el Metropolitano de Cabudare
La gerencia de Competiciones de la Federación Venezolana de Fútbol anunció este martes, la reprogramación del partido que jugaran los clubes Caracas FC y el Deportivo Táchira como parte de la tercera jornada del Torneo Clausura 2019 de la primera división, esto motivado a las sanciones que enfrenta el club capitalino.
Dicho partido se disputará el sábado 10 de agosto en el estadio Metropolitano de Cabudare a las 4pm, en lugar de disputarse en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela como correspondería inicialmente.
#Clausura2019 | OFICIAL: Nuestro encuentro frente al @DvoTachira se disputará el próximo sábado, 10 de agosto, a las 4:00PM en el Estadio Metropolitano de Cabudare a puerta cerrada #SomosCaracas pic.twitter.com/RlUfq7mncK
— Caracas Fútbol Club (@Caracas_FC) August 6, 2019
Como se recordará los Rojos del Ávila fueron sancionados por el Consejo de Honor del fútbol venezolano, tras los incidentes de la primera jornada, en la cual se enfrentó al Deportivo Lara, decisión que los obliga a jugar a más de 200 kms. de su sede natural y sin poder contar con el apoyo de su público, ya que el juego será a puertas cerradas, y esto continuara por un periodo indeterminado hasta que la investigación sea culminada.
En el estreno del Torneo Clausura 2019 del FutVe, capitalinos y crepusculares tenían alineaciones confirmadas y el espectáculo pintaba para ser vistoso en el coso de Los Chaguaramos. El espectáculo que se vio fue otra mancha que empaña el fútbol nacional, pues un enfrentamiento entre la barra avileña y la Policía Nacional Bolivariano derivó en el desalojo del recinto y la suspensión del cotejo.
La revuelta inició por el pedido del delegado de la Federación Venezolana de Fútbol de quitar unas pancartas que colgó la barra en su sector. Los carteles pedían la renuncia del presidente de Rostin González, criticaba al dueño del equipo Philip Valentiner e incluso a los jugadores.
La hinchada avileña decidió levantar su voz tras la reciente eliminación del bando rojo de la Copa Sudamericana, la temprana despedida en el torneo Apertura -que prolongó la sequía de títulos desde 2013- y la falta de refuerzos para el segundo semestre del año, donde los capitalinos perdieron por lesión al capitán Ricardo “Kuki” Martíns y Néstor Canelón.
Ante la petición de retirar los trapos, la barra se negó y la policía intentó quitar las pancartas a la fuerza. Se desató una batalla en la pista de tartán que derivó incluso en el lanzamiento de bombas lacrimógenas de partes de los oficiales del orden público.