Caracas celebra sus 452 años en medio del colapso de los servicios públicos
Caracas, la que fuera calificada en múltiples ocasiones como una de las ciudades más modernas de todo el continente latinoamericano, cumple este jueves 452 años de su fundación y lo celebra sobreviviendo al deterioro de los servicios públicos.
La calidad de vida de quienes habitan la ciudad capital ha desmejorado en los últimos años. Hay sectores en los que pasan meses sin recibir el suministro de agua potable, la basura esconde algunas de sus aceras, los cortes de luz azotan a hogares y comercios, y cada vez se ha vuelto más complicado el traslado por las fallas en el transporte público.
A oscuras
A pesar de que la capital del país no se ha visto tan afectada con los cortes de luz, como sí ha ocurrido en el interior del país, la ciudad no logró escapar del apagón que se registró el pasado lunes 22 de julio.
En lo que va de año han ocurrido al menos cuatro grandes apagones que han dejado a oscuras a Caracas causando un colapso total. Noches enteras a la luz de las velas, usando lámparas con pilas y, para quienes el poder adquisitivo es mayor, haciendo uso de las plantas eléctricas ha sido una constante.
Otra de las vicisitudes es la paralización del sistema de Metro de Caracas, el principal medio de transporte para quienes habitan la ciudad capital, trayendo como consecuencia que las personas deben buscar vías alternas para llegar a sus hogares luego de la suspensión de sus actividades laborales (caminar por las autopistas, calle o avenidas, dormir en sus trabajos o en pedir «una cola»).
Encuestas indican que 30% de los habitantes ha pasado al menos tres días continuos sin luz eléctrica, enfrentándose a cortes prolongados que generan pérdidas materiales importantes, sobretodo en alimentos y aparatos.
Los cortes de luz causaron la muerte de 24 ciudadanos que se encontraban en centros de salud pública y que no pudieron ser trasladados por falta de recursos. Además, la falla en el suministro de energía ocasiona un efecto de cascada en la distribución de otros servicios públicos.
Sin agua
Un informe que publicó la asociación civil Monitor Ciudad indica que durante los primeros seis meses del año los habitantes de Caracas solo recibieron 35 horas de agua potable. Los municipios Sucre, Baruta y Chacao son algunas de las más afectadas.
Esta investigación se realizó en los cinco municipios del Área Metropolitana que reciben el servicio a través de los tres sistemas de Hidrocapital. El mismo indicó que 30% de los habitantes de Caracas invirtieron parte de su tiempo a diario recogiendo agua en zonas lejanas a las de su origen.
La alternativa a la que deben recurrir los ciudadanos para poder tener agua en sus casas y cumplir con sus necesidades básicas, es pagar por la misma. Actualmente existen gran cantidad de establecimientos comerciales que cuentan con tanques y bombas.
Pagar a un camión cisterna es otra opción, pero para ello se debe hacer una inversión que, en ocasiones, debe realizarse en moneda extranjera.
Esta situación tiene como consecuencia, por un lado: la propagación de enfermedades y, por el otro, que haya lugares como hospitales, instituciones educativas e inclusive empresas que no se puedan mantener operativas en su totalidad.
La basura se apodera
El informe «Venezuela después del apagón», que realizó la mencionada asociación civil, dejó en evidencia que 25% de la población caraqueña debe deshacerse de los desechos sólidos a través de métodos no convencionales.
El servicio que prestan las empresas encargadas de recoger los desechos sólidos está en deterioro y las empresas que son conducidas por el Estado son calificadas como «ineficientes».
José Norberto Baussón, ingeniero, exvicepresidente de Operaciones de Hidrocapital y encargado de realizar dicho trabajo, señaló que las políticas públicas del Estado «han dejado de lado la adquisición de compactadores y la creación de rellenos sanitarios sustentables».
La basura debe ser botada en contenedores dispuestos en distintos puntos de la ciudad, pero los mismo son insuficientes para la cantidad de personas que la habitan.
Así como los camiones encargados de la recolección que por ejemplo, en el caso de Catia solo hay dos en funcionamiento y en el caso de Baruta, hay tres.
Los ciudadanos que urgan entre la basura en busca de comida y objetos en buen estado, también contribuyen a que los desechos se extiendan fuera del área «en la que deberían estar».
Esta situación es otro factor determinante para que aumente el contagio de enfermedades entre los ciudadanos. La conciencia del reciclaje es poca, solo 2% de los desechos se destinan a ello y el impacto en el medio ambiente cada vez es peor.
Caminar es la opción
En la ciudad capital hay un promedio de entre 90% y 95% de unidades de transporte paradas, en su mayoría por falta de repuestos, según información suministrada por José Luis Montoya, presidente de la Central Única de Carros Libres y por Puestos.
Las pocas unidades que se mantienen activas cumpliendo las rutas están sumamente deterioradas y «sin esperanzas de ser reparadas».
A pesar de que el Gobierno implementó la incorporación de los autobuses Yutong y los del Sitssa, no hay una cifra oficial de cuántos están en funcionamiento pero sí se conoce de los cementerios en los que se han convertido los galpones que los alojan.
Lo que inició como un rumor en el interior del país, poco a poco se fue trasladando a Caracas y es el uso de las llamadas «perreras» que en zonas populares entran en funcionamiento sobre todo en el horario nocturno.
Además de que son pocas las opciones a la hora de trasladarse, pues el Metro de Caracas no siempre tiene un funcionamiento óptimo, el pago en los autobuses o camionetas debe ser en efectivo y el mismo tiene un valor de 700 bolívares.
La tarifa del pasaje urbano en los últimos meses ha ido aumentando dependiendo del precio del dólar paralelo, como lo han indicado voceros del sector por lo que los usuarios optan (cuando son tramos cortos) por caminar, ya que el salario mínimo no les es suficiente.