Esposa de Caguaripano increpa a exjefe del Sebin: “No veo en usted arrepentimiento”
Irene Olazo Mariré, esposa del capitán Juan Carlos Caguaripano, le expresó a través de una carta al exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Manuel Cristopher Figuera, que no ve en él un verdadero arrepentimiento y que sus declaraciones y le generan dudas.
“No me convence”, enfatizó Olazo Mariré en una misiva abierta, enviada este jueves al exfuncionario. La mujer expresó: “Le confieso que se me dificulta poder dirigirme con el respeto que un general merece porque dudo que su cambio sea sincero, mas como cristiana le debo dar el beneficio de la duda”.
“Su nombre lo conocí e investigue a finales del 2017 cuando mi esposo se encontraba en desaparición forzosa luego de haber sido brutalmente torturado en la Dgcim, en ese momento usted era el segundo al mando. Supe que usted fue parte de la Guardia de Honor de Chávez, también de su cercanía con el general Hernández Dala. Aunque pocos civiles lo conocían, para mí ya era uno de los que permitía la violación de derechos humanos en Venezuela“, expresó.
Muchas preguntas
Al respecto, lo cuestionó: “¿Usted se vio el uniforme que tiene puesto con sus correspondientes soles?, ¿Por qué no lo movió la injerencia extranjera en la Fuerza Armada Nacional o la presencia y permanencia de la guerrilla colombiana en territorio venezolano, o el desenfreno del narcotráfico con la complicidad del Estado, o los asesinatos de civiles en manos de esas Fuerzas Armadas que usted representa?, ¿Por qué no lo movió ver a los detenidos torturados, amarrados, encerrados en la Dgcim o por qué no despertó al ver la gran corrupción que lo rodeaba? ¿No se supone que esas son las cosas que deben mover a un militar de honor?”.
La cónyuge del militar le aclaró a Figuera que el día que aprehendieron a Caguaripano (11 de agosto de 2017), él era el segundo en la Dgcim, “organismo de seguridad que torturó no solo al capitán Caguaripano sino a por lo menos 30 personas como mínimo, y a las dos horas de su captura y la del teniente Jefferson García Dos Ramos ya les habían hecho la reseña policial con el logo de la Dgcim con signos de torturas evidentes que la publicaron en los medios y le dio la vuelta al mundo. Le pregunto: ¿Usted no pudo bajar a su calabozo a ver cómo se encontraba? Porque, además, los primeros días de la detención hice denuncias públicas que, por cierto, dos de sus subalternos me amenazaron y me decían que ya habían analizado mi perfil”.
Lo paseaban
De igual manera, ilustró su denuncia al manifestar que “también debo aclarar que a diario iba a solicitar información de mi esposo y uno de los funcionarios me dijo que él estaba en enfermería por su grave condición. Es decir, lo paseaban por las instalaciones sin casi poder caminar y usted afirma que nunca supo nada. Ahora bien, ¿comprende por qué dudo de su palabra y declaraciones? (…) si realmente hubiese querido mejorar las condiciones de los recluidos ¿nunca pensó en cerrar La Tumba? o es que ¿para usted es muy humano vivir 30 metros bajo tierra, sabiendo además las limitaciones y condiciones de ese lúgubre lugar? (…) No siento que sus palabras sean sinceras, están envueltas en manipulación y medias verdades a su conveniencia. No veo en usted humildad, arrepentimiento, pesar o culpa por ser cómplice de esa empresa criminal como usted la describe. Por el contrario, se justifica con un ‘complejo Shakira’ (ciego, sordo y mudo). Es decir, nunca vio nada, nunca pudo hacer nada por nadie, todo lo desconocía”, aseveró.