«En Noruega las partes fijaron su posición para que no haya imposiciones externas»
Para el analista internacional y editor de Analitica.com, Emilio Figueredo, los encuentros que se dieron esta semana en Noruega, entre representantes del gobernante Nicolás Maduro y del presidente interino Juan Guidó, son una negociación, más que entre esas partes confrontadas de la política venezolana, sino de los bloques internacionales aliados de ambos bandos en los cuales cada parte expone y fija claramente su posición para evitar que dichas posturas sean fijadas desde afuera.
“Es evidente que la negociación ya no se hace entre el gobierno y la oposición, sino que se está haciendo entre los dos bloques. Digamos, el de los aliados de Venezuela y los que podríamos considerar los aliados de Maduro”, explicó.
Califica como “indispensable que se haya hecho el contacto con los noruegos para fijar claramente nuestra posición. Porque si no se fijan las posiciones, las mismas nos serán impuestas sin que ni siquiera hayamos podido defender las nuestras”, aclaró.
Tras la toma de posesión por parte de Maduro, el 10 de enero de este año, de su nuevo período de gobierno (2019-2025), en Venezuela se agudizó la crisis política, pues la oposición, liderada por Guaidó, quien es el presidente de la Asamblea Nacional (AN), no reconoció ese nuevo mandato, por considerar que se origina de unos comicios ilegítimos, realizados el 20 de mayo del 2018.
Luego, el 23 de enero, Guaidó se proclamó presidente interino e, inmediatamente, fue reconocido por Estados Unidos y media centena de países más, a la vez que declaró la vía para salir del gobierno de Maduro, pues considera que está usurpando el poder en el país, y planteó la ruta del cese a la usurpación, la transición política y elecciones libres, como ruta para provocar un cambio político en el país.
No obstante, a partir de estas situaciones, más la postura de Estados Unidos referida a que “todas las opciones están sobre la mesa”, lo cual se interpretó a escala nacional e internacional como la inminente intervención militar en Venezuela, más sucesivos hechos violentos con sus respectivos saldos de muertos (intento de ingresar la ayuda humanitaria al país, 23 de febrero, a través de la frontera colombo-venezolana; llamado a la rebelión militar, el 30 de abril, en los alrededores de la base aérea de La Carlota, en Caracas), la sensación generalizada era que el cambio de gobierno iba a derivar en una salida no política, ni dialogada, sino violenta.
Indicios de salida negociada
Por ello, el jueves en Venezuela se recibió con sorpresa, incluso, con incredulidad, la información emanada de las agencias internacionales que daban cuenta de que en Noruega se estaban reuniendo representantes de Maduro y de Guaidó en esa nación nórdica europea. En el mejor de los casos, ese encuentro se consideraba como la apertura de una salida concertada, política, a la crisis venezolana y el descarte de la opción violenta.
La televisión pública noruega NRK había adelantado que los contactos entre las dos partes se iniciaron en Cuba y se han mantenido varias reuniones en un lugar secreto en Oslo.
Ese medio detalló que la delegación del Gobierno de Maduro la forman su ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, mientras que por la oposición están el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González; el exdiputado Gerardo Blyde y el exministro Fernando Martínez Móttola.
Ante la demanda de información, Guaidó ese jueves confirmó que había enviado una delegación a Oslo, capital noruega. Maduro, por su parte, insinuó que tanto el ministro de Comunicaciones como el gobernador de Miranda estaban fuera del país “cumpliendo una importante misión”.
El viernes 17, las autoridades noruegas confirmaron su papel mediador en una fase inicial para entablar un diálogo político entre el Gobierno venezolano y la oposición.
«Noruega informa de que ha tenido contactos preliminares con representantes de los principales actores políticos de Venezuela, en una fase exploratoria, con el objetivo de apoyar la búsqueda de una solución a la situación del país», señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego en un comunicado.
Noruega elogió los «esfuerzos» de las partes y mostró su disposición a seguir apoyando «la búsqueda de una solución pacífica».
Ante ello, Guaidó reconoció la información en un encuentro con profesionales. «Sí, hay unos enviados a Noruega (…) Ahora, también lo he dicho hasta el cansancio, que no nos vamos a prestar a negociación falsa que no dirija a tres cosas: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres», aseveró.
Por su parte, el viernes a final de la tarde, Maduro adelantó que su delegación ya estaba de vuelta al país y que traía “buenas noticias”.
«Regresa nuestra delegación de Noruega con buenas noticias, se han iniciado con buen pie las conversaciones para avanzar hacia acuerdos de paz, de concordia, de armonía», dijo el gobernante durante un acto con la Fuerza Armada nacional Bolivariana (FANB), en el estado de Aragua.
Un detalle importante en todo este proceso es que Noruega es un país que ha ejercido como facilitador en una veintena de procesos de diálogo en las últimas décadas, como el que llevó a la firma de los acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos a finales del siglo pasado, o las conversaciones entre el Gobierno colombiano y las FARC y que concluyeron hace dos años.
Se mantiene la opción del R2P
No obstante, ante presiones extremas de ambos bandos, que parecieran negadas a una salida política y pacífica en el país, Maduro insiste en usar la palabra “diálogo”, mientras que Guaidó rechaza ese término.
El líder de la oposición matizó que «no hay ningún tipo de negociación», y aclaró que se trata de la respuesta a la llamada de Noruega en su «esfuerzo» por «una mediación que tiene meses».
Mientras que Maduro afirma que desde que inició su gobierno en el 2014 “he llamado a diálogo con la oposición más de 600 veces”.
Al respecto, Emilio Figueredo aclaró que “esa negociación en Noruega es de fijación de posiciones y de intereses. No es una negociación entre la oposición y el gobierno”.
Agregó que “si la situación es impuesta por fuera y nosotros no avanzamos en nuestras posiciones, posiblemente los resultado son nos convenzan del todo…son un balance de los diferentes intereses de la comunicad internacional”.
Afirmó que el acuerdo más probable entre EEUU y Rusia podría ser la utilización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para avanzar en la entrada al país de la ayuda humanitaria, mediante el mecanismo del el R2P.
El R2P (responsabilidad de proteger) se trata de un mecanismo de la ONU, que consiste en el compromiso político global, apoyado por todos sus Estados miembros en la Cumbre Mundial de 2005, para prevenir el genocidio, los crímenes de guerra, las limpiezas étnicas y los crímenes de lesa humanidad.
Figueredo afirmó que el R2P “pudiera ser un camino previo para la negociación política, porque es para asegurar la ayuda humanitaria”.
Vías negociadas para nuevas elecciones
Mientras se daba la reunión en Oslo, en Venezuela se concretaban otros importantes encuentros. La misión del Grupo de Contacto Internacional (GCI) auspiciado por la Unión Europea se reunió en Caracas con «todos los actores nacionales relevantes».
La misión estuvo en Caracas el 16 y 17 de mayo y estaba compuesta de representantes del Servicio Europeo de Acción Exterior, así como de los Gobiernos de España, Italia, Portugal, Suecia y Uruguay.
Este sábado, en un comunicado el GCI afirmó que «todos los interlocutores expresaron su aprecio por los esfuerzos del grupo de contacto y animaron a que continuara su compromiso».
Y, lo mejor, en referencia a dar en el país con una salida pacífica y política, afirmaron que entre las partes se abordó «la posible vía para un camino electoral negociado».
