Economía

Rentismo y Petro-Estado

El importante boom petrolero y la cumbre de la (%=Link(«http://www.opec.org/»,»OPEP»)%) han estimulado el debate sobre tema petrolero. En artículo haremos algunas consideraciones sobre tres aspectos: el carácter rentístico del ingreso petrolero, la política petrolera óptima para Venezuela, y por último, el uso que damos al ingreso petrolero.

Los países miembros de la OPEP, especialmente sus gobiernos, se molestan cuando se señala que los ingresos petroleros tienen un componente rentístico importante o que la OPEP es un cártel. Ello puede ser explicable por razones políticas o nacionalistas, pero desde la óptica económica existen pocas dudas.

Si se parte de las teorías de los “grandes” clásicos, por ejemplo (%=Link(«http://www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/ricardo.htm»,»Ricardo»)%) o (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/marx/default.asp»,»Marx»)%), sería bastante claro la existencia de una renta territorial en el caso petrolero. De tipo diferencial, según el pensamiento ricardiano, a la cual estaría superpuesta una renta monopólica según el pensamiento marxista. Una interpretación literal del pensamiento de estos autores condenaría el componente rentístico del ingreso petrolero.

Si se parte de la corriente dominante del pensamiento económico, también el caso sería bastante claro. Existiría renta en el sentido de un ingreso por encima del que se obtendría en la situación de un mercado competitivo. En mercados competitivos, se supone que actúan muchos productores, tomadores de precios, siendo los precios iguales a los costos marginales. Si por alguna razón existen pocos agentes en el lado de la oferta, ellos tendrían poder de mercado y la capacidad de elevar el precio. En el caso petrolero, los recursos naturales están relativamente concentrados en un grupo reducido de países, los países de la OPEP producen alrededor del 40% de toda la oferta mundial y la parte sustancial de las exportaciones.

Justamente la intención de la OPEP es funcionar como un cártel u oligopolio, controlando la cantidad de producción para obtener un determinado nivel de precios, superior al del mercado competitivo. La distorsión de cantidad respecto al caso competitivo (variación del excedente marshalliano) conduciría a una pérdida de bienestar global, aunque aumenta el ingreso de los productores y la acción de estos esta en consonancia con los supuestos típicos que guían el comportamiento de los agentes económicos. No deberían existir dudas ni del aspecto rentístico de los ingresos petroleros ni que el propósito de la OPEP sea funcionar como un cártel. Otro problema es el grado de éxito que pueda obtener la OPEP, o que el impacto de estos ingresos mejore el desempeño económico de los países que la componen.

Partiendo de la idea de que la OPEP es un cártel, ¿cuál es tipo de política que debe aplicar?.

Quizás el esquema conceptual que en forma estilizada tendría mayor aplicación a la actual situación del mercado petrolero sería el oligopolio de Stackelberg. En este modelo existe un jugador (o grupo de jugadores) “líder”, cuyo papel podría corresponder a la OPEP, y otros jugadores “seguidores”, a los cuales podrían ser asimilados los productores independientes. En el seno de la OPEP, Arabia Saudita sería el “líder”, por su nivel de reservas, bajos costos de producción y por ser el único país con capacidad instalada extra realmente significativa.

¿Qué hacen los productores en el oligopolio de Stackelberg?. Intentan maximizar sus ingresos controlando la cantidad. La peculiaridad del esquema de Stackelberg es que el “líder” determina unilateralmente la cantidad que él produce, suponiendo que los “seguidores” tienen una función de reacción que no varía por la decisión del “líder” y adaptan su nivel de producción de manera tal que se pueda lograr el objetivo de precios.

En el mercado petrolero existen niveles extremos de precios no sostenibles. Entonces, el problema para el “líder” se concretaría a seleccionar un objetivo de precios dentro de la amplia región de precios viables, de manera tal que ellos sean sostenibles en el tiempo y maximicen el ingreso, y obviamente tomar la decisión de producir una cantidad de barriles consistente con ese objetivo.

Actualmente el “líder”, la OPEP, debería producir más que lo que produce, y además incrementar su capacidad de producción aunque no la utilice en un futuro cercano. El principal problema para los oligopolistas es la entrada de nuevos jugadores si los precios son muy altos. Esa es la experiencia histórica de la OPEP. En este sentido, la banda de precios que “informalmente” ha adoptado la OPEP parece alta, por encima del precio promedio del petróleo en términos constantes.

El aumento de la capacidad de producción es indispensable como mecanismo disuasivo a la entrada de nuevos jugadores, o el desafío que pudiesen plantear los “seguidores”. Ello es una estrategia particularmente importante para Venezuela, para recuperar el tiempo perdido. Por supuesto este tipo de decisión tiene un costo en términos de inversión para aumentar la capacidad de producción. Sin embargo, no tiene sentido intentar una solución maximizadora sin pagar el costo por obtenerla.

Qué hacer con los ingresos petroleros es clave para la salud económica venezolana. Venezuela ha tenido un desempeño económico negativo en los últimos veinte y tantos años. Algunos suponen que ello se debe a la baja que tuvo el precio del petróleo a partir del 85, y el remedio sería una política de la OPEP que garantice altos precisos altos del petróleo y que ellos sean estables en el tiempo. Sin embargo, ni es posible garantizar precios altos del petróleo para el largo plazo con una demanda mundial creciendo alrededor del 2% ni ese es el problema central.

Entre 1970 y 1990 los países ricos en recursos naturales, especialmente los dependientes de las exportaciones petroleras, tuvieron una tasa de crecimiento inferior a los países pobres en recursos naturales, lo cual es ciertamente paradójico: se podría suponer que la abundancia de los recursos naturales incrementaría la riqueza, de manera tal que elevara la inversión y la tasa de crecimiento. Aún más, sí los recursos naturales no son una ventaja, es sorprendente que la evidencia los muestre como una desventaja.

El problema se podría explicar por una combinación de aspectos económicos y de economía política, donde el aspecto determinante es el esquema institucional. La dependencia excesiva de exportaciones petroleras puede tener como consecuencia el sesgo hacia la producción de no transables en desmedro de los transables. Sí el progreso técnico o la acumulación de capital humano estuviesen relativamente concentrado en los sectores transables, la consecuencia es una tasa de crecimiento baja en el largo plazo. Así mismo, la volatilidad de los precios petroleros puede influir negativamente en el desempeño económico.

Sin embargo, el aspecto central es el institucional. Una cosa son los ingresos por exportaciones petroleras y otra que hacemos con ellos. Los canales y mecanismos de trasmisión de las exportaciones petroleras a la economía no dependen del bien, el petróleo, sino del conjunto de normas o decisiones que se adopte para manejarlas. En nuestro caso, la experiencia nos muestra como un ejemplo de Petro-Estado. En los dos últimos años la tendencia ha sido a mantener o acentuar sus rasgos: aumento brusco del gasto fiscal en el auge petrolero con deterioro de los ingresos fiscales no petroleros, incremento de la discrecionalidad y del poder del Estado, especialmente del ejecutivo y, salvo excepciones, ausencia de reformas modernizadoras o que intenten frenar el comportamiento de búsqueda de renta. Obviamente, lo probable es que se mantenga un desempeño económico consistente con ese entorno.

Nuestra opinión sobre los temas enunciados al inicio del artículo se orientan hacia la siguiente dirección. El ingreso petrolero si tiene un componente rentístico, deberíamos intentar maximizarlo dentro de una visión de largo plazo y, fundamentalmente, acometer reformas institucionales de signo distinto a las actuales como vía para alejarnos de la “maldición” petrolera.

(%=Link(«mailto:[email protected]»,»email: [email protected]»)%)

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