Economía

¿Podrá PDVSA competir en el siglo XXI?

Para analizar este tema se hace necesarios tomar en consideración varias vertientes, las cuales paso a considerar a continuación:

I. Ventajas comparativas de Venezuela:

a) Seguridad y Confianza: Históricamente hemos sido el abastecedor de petróleo más seguro y confiable del mundo. La segunda guerra mundial fue ganada por los aliados gracias en gran parte a Venezuela, que suministró más del 60% del petróleo utilizado por las fuerzas aliadas, en momentos en que los ejércitos del Hitler se paralizaban por falta de combustible. Ello le dio a Venezuela una importancia geopolítica trascendental, que realmente no ha sido aprovechada a plenitud. De hecho, esa posición de abastecedor seguro y confiable se ha venido ratificando de manera reiterada en todos y cada uno de los conflictos que con periódica frecuencia estallan en las naciones árabes y en el Medio Oriente, como por ejemplo en los casos la crisis del canal de Suez, la crisis de Libia, la guerra del Yom Kippur, el embargo petrolero árabe, la caída del Shah de Irán, la guerra entre Irán e Irak y la guerra entre Irak y Kuwait.

Todos estos conflictos son el resultado de graves tensiones que afectan a los productores petroleros del mundo islámico, por razones que a veces se remontan a tiempos bíblicos y que abarcan situaciones tan diversas como los enfrentamientos sangrientos entre Shiitas y Sunitas que se origina con el asesinato Hussein, nieto de Mahoma, aproximadamente en el año 670 de nuestra era y que aún continúan. Posteriormente, al terminar la I Guerra Mundial, Francia e Inglaterra se dividen los despojos del Imperio Otomano en zonas de influencia, creando países y fronteras, muchas veces artificiales, que se han transformado en fuente permanente de conflictos. La creación del Estado de Israel, al concluir la II Guerra Mundial, es otra de las razones de inestabilidad de la zona, así como también el hecho de que las Naciones Unidas pasaron por alto la creación de una nación para el pueblo Kurdo, que son 22 millones de habitantes, étnicamente diferentes que los árabes, y que habitan parte en Iraq, parte en Siria, parte en Turquía y en otros países de la región.

La influencia desestabilizadora del fundamentalismo islámico en las monarquías teocráticas del Golfo Pérsico es también otra de las mechas que con frecuencia hace estallar conflictos, que en muchas ocasiones se traducen en interrupciones en el suministro de petróleo a las naciones industrializadas. Como ninguna de las situaciones descritas parece tener solución a corto ni a mediano plazo, el Golfo Pérsico, a pesar de sus inmensas riquezas petroleras, seguirá siendo percibido como un abastecedor con una fuerte carga de incertidumbres.

En contraste con el Medio Oriente, Venezuela no padece de conflictos étnicos, ni bélicos, ni religiosos. Somos la democracia más antigua de Suramérica y además tenemos una ubicación geográfica privilegiada, al norte de la América del Sur, cerca de los grandes mercados de los EEUU, Europa y el Caribe. Seguimos siendo el principal abastecedor de petróleo de los EEUU, que es el mayor mercado del mundo, donde además somos propietarios de CITGO, empresa que ocupa el primer lugar en capacidad de refinación en esa nación norteña, contando con más de 15.000 concesionarios que distribuyen gasolina proveniente en su mayor parte de petróleo venezolano.

b) Reservas: Venezuela tiene gigantescas reservas probadas de petróleo, cerca de 73.000 millones de barriles de petróleo convencional, y si le sumamos la reserva contenida en la faja petrolífera del Orinoco -cerca de 250.000 millones de barriles extra pesados, pero económicamente explotables-, Venezuela es el país con mayor cantidad de petróleo del mundo.

c) Costos de Producción: Los costos de producción por barril en Venezuela son los más bajos del mundo con excepción de algunos productores del Golfo Pérsico. Ello, aunado a nuestra cercanía geográficas, nos otorga una clara ventaja competitiva en los mercados occidentales.

En consecuencia, teniendo Venezuela esta enorme riqueza petrolera, bajos costos de producción, una posición geográfica privilegiada a todo lo cual debe sumársele el hecho de que somos un suplidor confiable, hay razones de peso para considerar que existen ventajas comparativas envidiables, que sin duda alguna se mantendrán en el próximo siglo.

II. Crecimiento de la demanda mundial del petróleo:

a) La demanda mundial actual de petróleo es de alrededor de 73 millones de barriles diarios. Hacia el año 2008 se estima que la demanda superará los 95 millones de barriles diarios. Existen muy pocos países en el mundo con reservas suficientes como para tener la capacidad de atender este aumento de la demanda de crudo. Entre los que estarían en capacidad de hacerlo se encuentran Irán, Irak, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudita, Kuwait y Venezuela. No obstante, los cinco primeros países están ubicados en una región geográfica altamente conflictiva, mientras que Venezuela se encuentra en un mar de serenidad si la comparamos con la realidad existente en dichos países. Esto es una enorme ventaja, que tanto Venezuela, como PDVSA, podrán seguir aprovechando en el siglo XXI.

b) Crecimiento de la demanda a nivel Continental: En el año 2008, se estima que la demanda de petróleo en todo el Continente americano podría alcanzar unos 34 millones de barriles diarios. Sin embargo, la oferta será de 25 millones de barriles diarios, por lo que solamente el Continente tiene un déficit cercano a 9 millones de barriles de petróleo. En este sentido, las ventajas comparativas de Venezuela en este Continente son obvias, teniendo PDVSA mucho margen competitivo que no debemos dejar de aprovechar.

III. La tercera vertiente del problema que estamos analizando no depende ya de ventajas que nos vienen dadas por la naturaleza misma o por las crisis que padecen otras naciones, sino que será el resultado de las acciones que tendremos que tomar los venezolanos, si queremos que nuestra principal empresa petrolera se mantenga competitiva en el Siglo XXI.

En relación a PDVSA, existe actualmente en Venezuela una gran preocupación en torno a su posible politización. En este sentido, creo que más bien hay motivos para sentirse prudentemente tranquilos.

Las personas que integran el directorio de PDVSA, incluyendo al mismo Héctor Ciavaldini quien ostenta un PHD en química, son sumamente preparadas profesionalmente. El presidente de la empresa, además de contar con sólidas credenciales académicas, tiene una amplia experiencia de 12 años trabajando con la industria petrolera, y su mensaje, desde el momento mismo de estar frente a PDVSA, ha sido de gran claridad y consistencia. >Los demás miembros del Directorio son ejecutivos que han trabajado en PDVSA por cerca de tres décadas, quizás con la excepción del General Oswaldo Contreras, de cuya competencia nadie puede dudar. Se trata de un físico nuclear con una amplia experiencia en el área administrativa y financiera dentro de las Fuerzas Armadas. En consecuencia, podemos concluir que en el directorio de la casa matriz se encuentra gente bien preparada y competente para afrontar los retos de PDVSA.

Así mismo, la empresa cuenta con ejecutivos de primera línea, por lo que considero que los recursos humanos de dicha empresa la colocan en una situación aventajada para resolver exitosamente cualquier situación que se le presente en el siglo XXI.

Creo además que PDVSA debe desprenderse de algunas actividades que no le corresponden, como es por ejemplo el caso del carbón. Debemos entender que PDVSA es una empresa petrolera y que en la medida en que se concentre en aquellas actividades que le resultan medulares, su acción se hará más eficiente. Así, la permanente búsqueda de una mayor productividad y una mayor penetración en los mercados en los cuales tiene ventajas comparativas, serán la mejor garantía del éxito de la empresa en el siglo XXI.

IV. Otros aspectos a considerar son las siguientes:

1- La crisis: Pese a lo dicho en los puntos anteriores, no cabe duda de que 1999 ha sido un año muy difícil para la industria petrolera venezolana. Hasta este año, PDVSA y la Apertura Petrolera venían marchando a un ritmo acelerado, con un enorme entusiasmo y respaldo de la población venezolana. Todas las encuestas realizadas por PDVSA, nos demostraban que la industria petrolera contaba con ese apoyo fundamental. En aquel momento, cuando escuchábamos a Erwin Arrieta y a Luis Giusti hablar de la Apertura Petrolera, quienes estabamos trabajando en la industria de los hidrocarburos percibíamos que el país tenia fe y confianza en aquel programa de apertura. Lamentablemente, a finales de 1997 se inicia una crisis que obliga a frenar los planes iniciados, siendo esta crisis ajena a dichos planes, ya que sin que nadie lo hubiese previsto, estalla una dinámica económica negativa en Tailandia, que provoca un efecto dominó que se extiende a todas las economías del sudeste asiático, contagiándose, en consecuencia, países como Malasia, Corea y Japón, haciendo que de la noche a la mañana cayera bruscamente la demanda de petróleo.

Por lo tanto, no se trataba de que hubiese una sobre oferta de crudos en el mercado mundial. Los países productores estaban produciendo lo necesario para satisfacer la demanda existente. Lo que ocurrió fue que al presentarse aquella crisis, cayó la demanda de petróleo, presentándose en dicho momento una sobre oferta coyuntural.

2- El Pragmatismo Necesario: Sin embargo, vemos como estas economías asiáticas se han ido recuperando y, por ende, la demanda de crudos está creciendo nuevamente. Por lo tanto, ha llegado el momento para que PDVSA y el Ministerio de Energía y Minas se detengan a recapacitar sobre el eterno dilema venezolano en relación a cual será el momento oportuno para eliminar los recortes en la producción. Considero que en materia petrolera no se puede ser dogmático, en el sentido de que es difícil afirmar que se está totalmente en desacuerdo con los recortes de producción, o absolutamente a favor de los mismos. Hay que ser pragmáticos y entender que hay momentos en que puede ser conveniente recortar producción, siempre y cuando los recortes sean temporales, ya que si los mismos se mantienen en el tiempo, el espacio vacío dejado por Venezuela comienza a ser ocupado por sus competidores, y hasta por sus propios socios de la OPEP. En este sentido nuestro país no ha sido exitoso en la defensa de sus mercado. Recordemos prácticamente hasta finales de la década de los sesenta, Venezuela producía más petróleo que Arabia Saudita. Sin embargo, una errada estrategia dentro de la OPEP nos ha conducido a la situación, difícil de aceptar, de que hoy Arabia Saudita produce más de 8 millones de barriles diarios, en tanto que nosotros apenas nos acercamos a los 2,8 millones.

3- El Potencial de Producción de PDVSA: Si algo me puede estar preocupando en el presente es que, como efecto de los recortes de producción, el potencial de producción de PDVSA ha disminuido. Esto es preocupante, ya que cuando se levanten los recortes, los países que han participado en los mismos estarán preparados para reactivar inmediatamente sus niveles habituales de producción. Arabia Saudita está invitando a muchas empresas petroleras para que inviertan en su territorio. Lo mismo están haciendo Kuwait, Irán y hasta el propio Irak, mientras que nosotros hemos paralizado las inversiones, afectando por ende nuestro potencial de producción. En consecuencia, si Venezuela misma no se prepara y realiza las inversiones necesarias para poder mantener todas las ventajas comparativas de las que nos ha dotado la naturaleza, esa posición privilegiada de la cual goza el país actualmente, siendo el principal suplidor de crudos para los Estados Unidos, siendo además el mayor refinador en esa nación, probablemente podría sufrir, afectando el futuro de PDVSA.

4- La Nómina de PDVSA: Otro punto preocupante radica en la reducción de más del 30% de la nomina ejecutiva de PDVSA en el transcurso del último año. Esta reducción, que en su mayoría no se debió a razones políticas, fue motivada principalmente por la reestructuración de PDVSA, que provocó cierta redundancia en la funciones existentes. Sin embargo, y pese a las lógicas angustias originadas, la reestructuración de PDVSA ha permitido una mayor eficiencia operativa de la empresa y una disminución del costo, que solamente por lo que respecta a servicios, bajó de $1,09 a 66 centavos por barril.

5- Las Tendencias Mundiales: Otro de los asuntos que PDVSA deberá resolver en el siglo XXI gira en torno a las mega fusiones que se están materializando en el área petrolera, donde grandes empresas petroleras se están volviendo cada vez más poderosas y eficientes, uniendo fuerzas y diminuyendo costos de producción, para enfrentar exitosamente escenarios de competencia creciente entre los actores del mercado energético y aprovechando así las ventajas que se derivan de un mundo cada vez más globalizado. Baste citar los casos de Exxon y Mobil o el de BP y Amoco, para entender que se está presentando una nueva tendencia en la búsqueda de optimizar operaciones y reducir costos. Fusiones de este tipo le resultan imposibles a PDVSA mientras siga siendo una empresa del Estado. Sin embargo, siempre queda la alternativa de promover asociaciones estratégicas con otras empresas, lo cual le permitiría mejorar su competitividad en el mercado. Recuerdo que en una ocasión se discutió la posibilidad de una asociación de esta naturaleza con Shell, gigante petrolero con mercados de enorme magnitud y redes de distribución en todo el mundo, pero sin producción propia para atenderlos.

6- La Garantía de éxito de Venezuela: En definitiva, una vez que se superen las coyunturas políticas existentes, estoy convencido de que PDVSA logrará colocarse con grandes ventajas en el siglo XXI, por la sencilla razón de que el petróleo continuará siendo la mayor ventaja comparativa de Venezuela, por lo cual en buena medida el éxito del país depende del éxito de PDVSA. Sinceramente, no creo que como Nación ni como Sociedad seamos capaces de desperdiciar la gran oportunidad que se nos ofrece, por lo que tenemos que hacer grandes esfuerzos por continuar mejorando la eficiencia que ha caracterizado siempre a PDVSA, siendo los indicadores financieros de dicha empresa unos de los mejores del mundo en comparación con sus competidores. Todo ello me lleva a pensar que en definitiva que PDVSA tiene fundamentadas razones para entrar en el siglo XXI con gran motivación.

7. La privatización: No obstante lo dicho anteriormente, no podemos negar que PDVSA deberá plantearse seriamente la posibilidad de ser privatizada, aunque sea parcialmente, proceso que en cierta forma se inició con el proceso de Apertura Petrolera, que permitió hacer viable la participación de empresas privadas en un negocio que hasta entonces estaba totalmente reservado al monopolio del Estado. Así mismo, con SOFIP, también se intentó y se seguirá tratando de continuar una apertura de participaciones de los venezolanos en el negocio petrolero.

Hoy en día, aunque politicamente no parece el momento más adecuado para privatizar a la industria petrolera, espero que la ANC no vaya a incluir artículos que amarren con una camisa de fuerza las posibilidades futuras que quizás puedan presentarse, por más remotas que se vean las mismas en presente. La privatización, a través de la colocación de un porcentaje accionario de PDVSA en los mercados de capitales, podría hacer viable el pago de la deuda externa de Venezuela, liberando al presupuesto nacional para ser orientado en objetivos más necesarios para el desarrollo del país.

En realidad, nadie sabe lo que pasará en 3, 5 y 10 años. PDVSA es una empresa que necesita actuar en sintonía y adecuarse a las exigencias del mercado petrolero mundial.

V- Conclusión:

A pesar de ser una empresa estatal, PDVSA es un modelo de eficiencia, ya que heredó los esquemas que tenían las empresas privadas antes de la estatización, y más del 90% de su producción se destina a los mercados internacionales, en donde hay que ser competitivo para poder sobrevivir.

Es necesario por ende preguntarse, ¿ qué le conviene más a Venezuela, basar su política petrolera en la búsqueda de mayores precios de petróleo, o basar dicha política en la búsqueda de mayores inversiones petroleras?.

Recordemos que los momentos de mayor crecimiento económico que ha experimentado Venezuela se produjeron cuando los precios del petróleo estaban por debajo de $2 por barril. En consecuencia, la dependencia excesiva con respecto al incremento del precio, nos pone en una montaña rusa de la cual debemos escapar, para evitar variaciones bruscas de nuestra economía por factores que escapan a nosotros mismos.

En este sentido, mí visión para que Venezuela y PDVSA aprovechen el siglo XXI, reside en la reducción de la dependencia de nuestra economía con respecto al petróleo, pero no por la vía de una reducción en el sector petrolero, sino más bien por la vía del aprovechamiento de los recursos petroleros con el objeto de que los demás sectores de la economía puedan crecer en forma más que proporcional.

Si Venezuela utiliza sensatamente sus ingresos petroleros, y se le permita a PDVSA la flexibilidad necesaria para aprovechar las oportunidades que se le presenten, tenemos razones para sentirnos optimistas en relación a la competitividad de dicha industria en el siglo XXI.

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