Economía

Se afianza el drama del poder del crudo

Con eL título PODER CRUDO, escribí hace unas semanas en El Universal (29/12) que el Barron’s del 20/12 (p.5) contradecia al Wall Street Journal del 15/12 (p. A1), en cuanto a que los precios del petróleo no tenían porque bajar en el 2000, ya que frente a una oferta restringida, son más poderosas las fuerzas de fortalecimiento de la demanda que las de su debilitamiento.

El WSJ argumenta que el petróleo ya no tiene la importancia de antes en la economía estadounidense, por lo que el salto del precio no representa un peligro inflacionario real capaz de truncar el auge económico del país (fuerte crecimiento económico compatible con ínfimo desempleo) y «las empresas no deben gastar más tiempo angustiándose por los precios del petróleo que el que le dedican a las barrigas de puercos (pork bellies)» [referencia típica de jugadores inversionistas en la bolsa de valores]. Fundamenta sus razones en mayor eficiencia energética, productividad y competencia de otras fuentes de energía; nuevas formas de producción, tecnologías y técnicas financieras; y el hecho que a pesar del salto en el precio, «el galón de gasolina ajustado por inflación e impuestos es todavia 10 centavos más barato hoy que en 1973, según datos del American Petroleum Institute y el Energy Department».

Para los autores del artículo, el petróleo compite con gas natural, energía nuclear y carbón; el mercado de futuros sirve para contratar precios a largo plazo, apostando hacia la baja (lo que no es garantía absoluta ninguna); la economía se ha expandido hacia el área de servicios, reduciendo la participacion de la industria a 17%, de 22% en 1977, con lo cual el gasto en petróleo se ha reducido a un 3% del PBI, de un 8.5% en 1981; y los productores han aprendido que precios altos presentan el riesgo de alentar a nuevos competidores y nuevas formas de conservación energetica, haciendo referencia a la visita que hiciera la semana pasada el Ministro de Energía de Arabia Saudita al Secretario de Energía de EUA, para asegurarle que el interes de su país era mantener precios estables y evitar una nueva crisis petrolera (senalando la diferencia con 1973 , cuando apenas hubo un telegrama parco anunciando el embargo petrolero por los países árabes). Termina el artículo citando al pionero en tecnologia sismica Michael Zeitlin «se mantendrá estable el costo del petróleo, ayudandonos a mantener los precios petroleros a niveles competitivos con otras fuentes de energía».

Barron’s no se traga ese cuento y rechaza las trompetas anunciando la reducida y declinante importancia del petroleo en la nueva economia estadounidense. Los autores se apoyan en las opiniones del «viejo experto energetico» Tom Petrie, quien atribuye los bajos precios petroleros en anos pasados al exceso de produccion resultante de desacuerdos entre miembros de la OPEP, particularmente Arabia Saudita e Iran (no mencionan a Venezuela), especialmente cuando la demanda se debilitaba, al extremo de producir la exagerada (por falsa) creeencia generalizada que la OPEP estaba muerta e inoperante. Considera que para fin de ano bajara la reserva de inventarios de 79 a 74 dias de demanda, un record, induciendo a que los productores eleven la oferta para que el precio se estabilice alrededor de US$22/b en 2000. Precio promedio annual considerado razonable y factible, ya que apenas fue alcanzado en 1996 y superado en 1990 debido a la guerra del golfo, cuando llegó a US$24.50. En 1998 fue de US$14/b y en 1999 podría llegar a US$19/b.

Petrie preve fortalecimiento de la demanda, incluso en EUA, llevandola en 10 anos a unos 90-95 mbd, un incremento de 20-25% respecto este año (ojo-todo a precios nominales).

¿Recuerda el lector como no hace mucho en Venezuela expertos y observadores cercanos petroleros insistian en atacar la OPEP? ¿Como pedían que nos salieramos de la OPEP, considerandola inoperante, inefectiva, pero sobretodo negativa? ¿Cómo insistían que los bajos precios eran inevitables por cuestión natural de demanda y oferta, y que la defensa de los precios era contraproducente para el país y además sería un fracaso?

En nuestra opinión, B se queda corto en su anólisis de la demanda y el precio promedio para 2000, ya que descarta el senalamiento que hace WSJ sobre el bajísimo precio real de la gasolina en EUA, las fuerzas que están repotenciando el crecimiento de una Europa integrada y de una Asia recuperada, y el potencial de crecimiento que representa el sector tecnológico con su internet,mundialmente. Si los países productores se mantienen firmes con los recortes de producción, los precios del petróleo podrían incluso aumentar, promediando en EUA entre US$25-27. Mejor aún, deberian establecer acuerdos con los países pobres de Africa y Asia parecidos a los que mantienen México y Venezuela con Centroamerica y Caribe. Reivindicariamos un objetivo central original de la OPEP, creada como institución tercermundista para beneficio de todos los países subdesarrollados (recuérdese la creacion del Fondo OPEP en 1960). En 2000, esta accion de apoyo y cooperación de la OPEP con los países más pobres del mundo (Inglaterra les acaba de perdonar su deuda) tendría la ventaja adicional de estar acompanada por paises no-OPEP como Noruega y México (entre otros posibles). Incluso, hasta podría considerarse un acuerdo global de crecimiento de la oferta y aumento de precios, tomando en cuenta la inflación y el poder de pago de los grandes consumidores y de los países pobres, incorporando a las Naciones Unidas para manejar, reglamentar y supervisar el acuerdo internacional. De esta forma, también se ordenaría el crecimiento de la demanda. Querer es poder y donde hay voluntad hay capacidad de acción y éxito. En otra ocasión tratare el impacto sobre el mercado y su funcionamiento en la economía internacional.

Así termino mi artículo, que quiero actualizar ahora con nueva información publicada en el WSJ en losúltimos días.

El viernes 07/01, el WSJ escribió que los futuros del petroleo iban a la baja, señalando una posible declinación en los precios del petroleo, debido a una encuesta que parecia senalar aumentos en los incumplimientos del acuerdo de reducción de producción por parte de los paises OPEP y no-OPEP (pareciendo confirmar la afirmacion de Luis Carlos Palacios en su artículo en la revista mensual de diciembre de Venezuela Analítica).

El miércoles 12/01, el mismo diario publica que los precios se estaban recuperando (aumentando $1.55 para situarse en $25.77) como resultado de las reiteraciones de algunos países de la conveniencia de mantener los recortes (y cumplir los compromisos) más alla de su vencimiento, citando fuentes sauditas y mexicanas (este ultimo indicando ademas que los precios aun se encuentran por debajo de 1982). Atribuyen las reducciones de los precios en las útlimas semanas al invierno benigno y la acumulacion de inventarios, debilitando la demanda. Ese mismo dia, en la televisión estadounidense (CNBC), a varios analistas señalaron la posibilidad real que los precios aproximaran los $30 y promediaran para 2000 un nivel superior a 1999, lo que probablemente no perturbaria de manera significativa el auge actual que vive la economía de ese país y su bolsa de valores (pareciendo confirmar mis consideraciones en el artículo de El Universal reproducido en esta presentación).

El viernes 14/01, el WSJ reafirma el restablecimiento de los precios, indicando que se aproximan ahora a los $27.15 logrados en noviembre 1999. Sugiere que declaraciones del Ministro Saudita Ali Naimi en Amsterdan despues de una reunión con su contraparte venezolana, en el sentido que las condiciones actuales no ameritan aumento de la oferta y esa seria la decision si fuese tomada hoy y también en marzo si no cambia, son responsables del aumento indicado, apoyadas por declaraciones similares del Secretario General de OPEP, en el sentido que «esta emergiendo un consenso entre los países miembros de extender los recortes el resto del año».

En cambio, también sugieren que declaraciones del Ministro Venezolano Alí Rodríguez dadas ese mismo día produjeron el efecto contrario por mostrar menos seguridad, al punto de señalar que «sus comentarios fueron la razón principal por la que los contratos (de futuros) de febrero bajaron» anadiendo «Venezuela podrá terminar siendo el talón de Aquiles (chink) de la OPEP» (comentario atribuido al analista Tom Bentz de Paribas Futures). Señala también que según otros analistas, de mantenerse los precios altos, la demanda estadounidense podría aflojar y crecer menos de lo esperado para el resto del 2000, contrapesando a los precios. El drama continúa en un escenario de actores en movilizacion y forcejeos, bajo presiones, con declaraciones y desmentidos, mientras los buitres acechan.

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