Economía

Entre dolencias petroleras y credibilidad de hipótesis

Continuando la «querella amistosa» con Alberto Méndez Arocha, en esta ocasión tratamos las dolencias que producen argumentos y planteamientos petroleros que descansan sobre hipótesis muy difíciles de aceptar por falta de comprobación histórica,. Lo hace posible la síntesis que presenta AMA de los VOLUMÉTRICOS [son quienes argumentan una política petrolera premiando la produccion sobre los precios y plantean una «venezuela productiva» centrada en el sector petrolero—incluye a Ramon Espinasa, Andres Sosa, Alberto Quiroz, Miguel Rodríguez y Luis Giusti, Maxim Ross, profesores del IESA y Andrés Bello y otros] .

Sigo su secuencia, comenzando con el análisis de los volumétricos, anotando de antemano que el artículo de Miguel Rodriquez utilizado por AMA fue objeto de comentario en mi artículo «La Política Petolera Eficiente para Venezuela», publicado en Venezuela Analítica del 16 de Noviembre de 2000.

Mi cuestionamiento principal de los argumentos volumétricos es que descansan sobre hipótesis que no guardan relación con hechos reales, a pesar de sus reclamos. Son expectativas o esperanzas a la manera de un «wishful thinking». Unicamente si se aceptan prima facie es que se pueden aceptar las conclusiones, también prima facie. Peor aún, algunos volumétricos utilizan hipótesis como conclusiones para justificar argumentos cuestionables o abiertamente contradictorios con la realidad misma o con la teoría en que se fundamentan.

Enumero a continuación las hipótesis de Espinasa comentadas por AMA (1 a 4), seguidas por tres más que pasan desapercibidamente (6 y 7). El ordenamiento no guarda relación con su importancia.

1—el precio del petróleo se mantiene alrededor de 20 $/b
2—la expansión de la producción no produce reacción a nivel mundial, pudiendo tripicarla en 15 años
3—tampoco influye en el precio del petróleo hacia la baja
4—tenemos reservas prácticamente infinitas
5—no tenemos problemas de absorción de capital (la productividad del capital se ha mantenido)
6—el multiplicador petrolero es alto
7—la estratégia de captura y retención de mercado sacrificando precios se aplica al petróleo

(1)—Tener como referencia un solo precio de 20 $/b significa tener como referencia un promedio entre petróleo convencional con precio más alto (digamos 27 $/b) y petróleo bituminoso con precio más bajo (digamos 13 $/b), manteniendo las proporciones constantes durante el período de proyección, por lo cual supone que las reservas del petróleo convencional crecen en la misma medida de la producción, que es dificil de aceptar como razonable o previsible.

(2)—Triplicar la producción de petróleo en 15 años significa un crecimiento promedio anual del 8% y tiene implicaciones técnicas sobre las reservas e inversiones petroleras. Manteniendo constante el precio promedio de 20$/b, significa que supone la triplicación (o al menos un aumento inusitado) de las reservas de petróleo convencional, que también es dificil de aceptar como razonable o previsible.

(3)—Suponer que nuestra producción no produce reacción a nivel mundial ni incide en el precio internacional no es compatible con el carácter monopolístico del mercado petrolero internacional, ni con la realidad histórica. Pretender que los demás productores (OPEP y no OPEP) permanecerían simples expectadores pasivos, perdiendo mercado sin reacción alguna, no es razonable ni previsible. Tampoco lo es el otro lado de esta moneda—suponer que la demanda mundial tambien se triplicaría en esos 15 años (promediando un increible crecimiento anual del 8%), para no entrar en conflicto con otros productores y sus mercados, contradiciendo todas las predicciones y proyecciones conocidas, siendo la más alta de 5,8% para algunos países latinomericanos.

(4)—El cuarto supuesto podría aplicar al petróleo bituminoso, del cual tenemos mucho, pero no al petróleo convencional ni es compatible con la realidad petrolera del pais. No es razonable, ni previsible, suponer que en los próximos 15 años podríamos encontrar todo el petróleo convencional necesario para poder triplicar la producción, cumpliendo con todos los requerimientos técnicos de la ingeniería petrolera.

(5)—Para continuar con las conclusiones derivadas de los supuestos que Espinasa considera satisfechos, se hace necesario suponer que Venezuela no tiene dificultad alguna con la utilización eficiente y productiva de las divisas petroleras (transformación de recursos líquidos en productivos), lo cual no es compatible con la realidad histórica de la economía venezolana. Significa que la productividad de los factores de producción, particularmente la del capital, no se ha visto afectada por los acontecimientos sufridos en los años recientes, digamos los últimos 10 a 15 años. Significa que los últimos 10 o 15 años no afectaron negativamente al sistema económico, lo cual es dificil de aceptar por no cuadrar con las estadísticas disponibles.

(6)—Igualmente dificil de aceptar es que el multiplicador petrolero es tan alto como supuesto y que tampoco ha sido afectado negativamente durante los últimos 10 o 15 años. Supone que es alto porque de lo contrario la tesis volumétrica pierde todo su atractivo y razón de ser, ya que no se lograría el crecimiento económico planteado.

En un artículo publicado en Venezuela Analítica el 10/09/01 comentando la Ley de Hidrocarburos, Espinasa afirma
que el multiplcador para las inversiones petroleras es de 1,36 y para gastos operacionales es de 1,5, «por cada
dólar que se invierte en petróleo la economía agrega valor … por 1,36 dólares. Una inversión de 40 mil millones …
generaría riqueza en la economía por 54,4 mil millones de dólares» . Y sobre el otro multiplicador afirma, «el valor
agregado en la economía … del gasto de 20 mil millones de dólares en operaciones será de 30 mil millones de
dólares». Estos números son dificiles de aceptar y además dan la impresión que los gastos no tienen contenido
importado, que sabemos no es cierto, quedándonos con la incertidumbre si los números son realmente netos de
importaciones, como deberían ser, y efectivamente miden el valor que agrega la economía neto de importaciones,
que es lo que realmente interesa, a pesar de lo expresado por Espinasa. Por lo tanto, permanece la duda
sobre sus conclusiones.

(7)—Tan importante (y equivocado) como los supuestos anteriores es considerar que el petróleo es un producto adecuado para aplicarle la estrategia de capturar y/o retener cuota de mercado sacrificando el precio de venta. Por simple sentido común, se entiende lo que todo estudiante de economía aprende en su primer año escolar—que la estrategia se justifica cuando la demanda está estancada o es declinante, siempre que el producto no sea agotable o no-renovable; pero si la demanda es creciente, se justifica si el producto, además de no ser agotable o no-renovable, es perecedero por razones físicas (como el tomate, la leche o las flores), razones tecnológicas (obsolescencia por cambio rápido en la tecnología, como computadoras, chips y celulares), o razones de moda (bienes de consumo, tales como ropa y automóviles). Nada de esto corresponde al petróleo.

DUALISMO Y FACTOR MOTOR

No necesito mencionar aquí los argumentos de Sosa Pietri, que ya fueron objeto de mis comentarios en el artículo citado por AMA, quien reitera que el efecto multiplicador nada tiene que ver con los niveles de producción y precios, sean estos bajos o altos. Lo que importa, por ser determinante, es el nivel de ingreso obtenido.

Esto nos lleva a considerar los siguientes dos factores: (1) la eficiencia en la generación del ingreso, no siendo lo mismo desgastar las reservas sacrificando el precio, que ahorrar reservas aumentando el precio, por más que sean infinitas; y (2) la eficiencia en la utilización del ingreso, no siendo lo mismo gastar cien mil bolivares para generar un empleo o una unidad de bienestar, que gastar quinientos mil bolívares para obtener el mismo resultado.

Tratar el «modo de uso del ingreso» sin considerar la «eficiencia» de ese uso, es equivalente a considerar que no existe problema de capacidad de absorción y que la productividad de los factores de producción no se ha visto afectada negativamente por los acontecimientos de los últimos años, lo cual es muy dificil de aceptar, aun en el mejor de los casos.

Y en cuanto a la paradoja de Rodríguez, una cosa es aceptar prima facie sus conclusiones sobre el brevísimo período 1990-92 (cuyas implicaciones yo pongo en duda por las mismas razones que da Rodríguez a su favor) y otra cosa es considerar que la «calidad de la política económica» es lo único que importa (lo cual es equivalente a negar el problema de capacidad de absorción).

Particularmente importante en los argumentos del ex-ministrio es identificar el significado de «calidad de la política económica», ya que no son pocos los que no le dan buenas calificaciones a su gestión. Dentro de la definición de «calidad», habría que considerar también la «oportunidad» o las condiciones objetivas en que se aplica y tambien el «mecanismo de aplicación» o manera de ponerla en ejecución—convencer a los políticos y agentes económicos.

Al final de cuentas, lo importante y significativo de todo esto es saber en qué se está pensando cuando se habla de «política económica». La política económica que aplicaría, por ejemplo, un economista neo-liberal es muy distinta a la que aplicaría un keynesiano, o un Rodriguez frente a un Mayobre. Seguramente, en el contexto venezolano de los años 90, el keynesiano habría tenido más éxito que el neo-liberal, el práctico más éxito que el teórico y Mayobre más éxito que Rodriguez. Los exitosos considerarían las limitaciones del multiplicador petrolero y del sistema económico para transformar las divisas petroleras en recursos productivos eficientemente. Los «bolumétricos» considerarían la tasa de cambio con capacidad para aumentar el multiplicador petrolero y disminuir el componente importado de la tecnología petrolera, poniendo en funcionamiento una venezuela productiva.

COSTO MARGINAL DE CORTO O LARGO PLAZO

El problema de capacidad ociosa es más complejo de lo que aparenta. Según los analistas petroleros, Venezuela no tiene capacidad ociosa y cualquier reducción de producción acarrea nuevas inversiones cuando se decida recuperar el volúmen de producción cortado (posición públicamente expresada por Espinasa, Quiroz y otros volumétricos a raiz de los primeros recortes de producción en 1999) .

Es cuando adquiere vigencia el argumento de Quiroz Corradi que Venezuela debe impedir, a cualquier costo y por cualquier manera, la pérdida de mercado. No interesa el costo de mantener o incrementar la producción. Tampoco interesa que la utilización del ingreso sea ineficiente. Lo que interesa, nos dice, es vender petróleo a cualquier precio para evitar la pérdida de cuota de mercado a cualquier costo.

Como ya dijimos anteriormente, esta estrategia no es aplicable al petróleo porque además de no ser un producto renovable y su demanda no estar disminuyendo, no es un producto perecedero por razones físicas, tecnológicas, ni de moda. Pero como ya dijimos en nuestro artículo anterior, el precio y la producción de petróleo no deben plantearse en el contexto del corto plazo, como bien lo indica AMA, sino en consideración del largo plazo. Es por ello que la capacidad ociosa no juega papel importante, como tampoco los costos marginales. Y tambien es la interpretación que tiene la cita de Parra cuando asevera que los precios estarían muy bajos si el mercado petrolero fuese competitivo.

Finalizamos con las implicaciones de las observaciones de Rodríguez, que contradicen sus presentaciones previas. Supeditar la política petrolera a una política económica que maximice el crecimiento de los sectores productivos significa, simple y llanamente, que lo importante es la absorción de capital para conocer los límites del crecimiento y la optimización en la utilización de los recursos, limitando la producción de petróleo y la generación de ingresos petroleros a los requerimientos financieros del crecimiento de los sectores productivos, todo lo cual había sido previamente negado por el mismo Rodríguez.

Como bien escribe AMA, citando a Rodríguez, postular «La combinación de altos volúmenes de producción y precios moderados del petróleo permitirán disminuir la renta a niveles compatibles con una tasa de cambio permanentemente más competitiva, que aumentarán el efecto multiplicador de las inversiones del propio sector petrolero en el resto de la economía a través de la disminución del componente importado de las mismas…» es más que un simple sesgo y lo revela como el gran gurú de los VOLUMÉTRICOS.

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