Economía

Parafernalia de la integración andina

El Pacto Andino o la hoy (%=Link(«http://www.comunidadandina.org»,»Comunidad Andina»)%), ha implicado un proceso de integración en permanente reestructuración. Lustros, décadas y diversas reuniones se han acumulado, con discursos y retórica, en una experiencia que nunca ha terminado de funcionar bien. Nuestra opinión resumen es que el grupo andino seguirá funcionando más o menos igual y, en tal razón, de tiempo atrás hemos venido reforzando nuestra percepción de que lo que se podría salvar del grupo en cuestión serian los arreglos entre Colombia, Ecuador y Venezuela.

De cualquier manera, como los presidentes y grupos políticos en el poder en los países andinos, continúan con la idea de que la integración es factible y realizable, hay que afirmar que en la reunión de Valencia -21 al 24 de junio- no hubo mayores sorpresas ni avances. A excepción de aquellos sensacionalismos sobre que se podrá viajar sólo con la cédula entre los países andinos o aquellos -expresados, por lo demás, con las seriedades del caso- de que el plan Colombia es ahora el plan andino. ¿Es lo mismo viajar entre los países centroamericanos que entre lo países europeos o entre México y EE.UU.? ¿Como se encuentran las instancias venezolanas para atender esta nueva situación?

Varios de los discursos de los presidentes no hicieron más que repetir y reincidir en lo que se ha planteado, realizado y no realizado durante las décadas de existencia de la Comunidad Andina. Puede concluirse que, por variadas razones, los miembros del viejo Pacto Andino han regresado a la grandilocuencia, parafernalia y retórica de lograr una integración integral. Una idea que busca resumir esta perspectiva es la que atañe a la necedad de que la integración no sea sólo económica o comercial y que, llevada al extremo, se convierte en la expresión del (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/default.asp»,»Presidente Chavez»)%) de percibir a esta integración como neoliberal. En realidad, como es conocido, para los extremistas del libre comercio las opciones de integración no deberían existir, pues la opción fundamental es, precisamente, la del libre comercio total y, las propuestas de integración, por buenas que sean, son sólo un second best. Debe reconocerse, sin embargo, que algunos Presidentes como el de Ecuador -Gustavo Novoa-, en el ámbito de aquellas intervenciones, tuvieron insistencia técnica en puntos que pueden considerarse de importancia.

Visto el grupo andino en el contexto de la evolución de la última década, algunos resaltan el hecho de que los intercambios comerciales han crecido. Técnicamente, como se sabe, una cosa es apreciar los intercambios en términos absolutos y otra apreciarlos en el contexto relativo a los totales de exportación de los respectivos países. Estas últimas también han crecido. Otro asunto, de igual importancia, es medir la relevancia del comercio total intragrupo andino en relación a los totales continentales e inclusos mundiales. En estos perfiles, se reduce la altisonancia y se cae en un plano más terrenal. Por otra parte, algunos problemas fundamentales como lo que concierne al Arancel Externo Común siguen, grosso modo, en las polémicas, entrabamientos y exigencias de hace una década. Como se sabe, esto es primordial para que la Comunidad Andina sea una unión aduanera. Pero, cosa curiosa, como pasa otras veces en América Latina, sin tener el maíz se quieren hacer las arepas, con pronunciamientos altisonantes o repetitivos sobre la importancia de apreciar la integración en su sentido político, regresándose así a la retórica y la grandilocuencia del que se consuela con las palabras. Otras preguntas que deberían bordear los intentos de impulsar el grupo andino, son los persistentes tratamiento especiales que quiere Bolivia. ¿Hacia donde está más inclinada Bolivia, hacia Brasil o hacia los otros países andinos? Perú, por su parte, siempre ha estado llena de particularidades en sus relaciones con otros países que no son las naciones andinas.

La cumbre en Valencia, en lo que refiere a las gestiones del Presidente Chavez como Presidente del Consejo Presidencial merece mención particular. Debe decirse de entrada que, el hecho de que el grupo andino haya avanzado poco en su gestión -culminada precisamente en la cumbre- no es realmente nada nuevo, en cuanto a lo que han sido las gestiones de otros Presidentes, gestores o coordinadores pues, tales ineficiencias, han sido parte de los resultados consuetudinarios en tal experiencia. Lo llamativo en este caso es que, el Presidente Chavez, habiendo hecho lo que otros han hecho en sus distintos planos de participación, lo presenta como una gran victoria u otros se lo endilgan como una gran derrota. Sin embargo, su propia insistencia en la integración económica y la parafernalia de otros Presidentes y funcionarios andinos, no hacen baladí destacar los resultados de su gestión, como habrá que estar pendiente de hacerlo con bolivianos, peruanos, colombianos y ecuatorianos (de interés L. Mata Mollejas, El Globo 24-6-01 pg. 22; S. A. Consalvi, El Nacional 24-6-01 pg H3).

Interesa más, destacar el tono de descubrimiento que los miembros del ejecutivo venezolano han venido asumiendo en todas las propuestas y proyectos de integración que -según lo que transmiten- pareciera que comenzaran a partir del descubrimiento que ellos han hecho de los mismos, sea cual sea su estado o el grado de precisión, conocimiento o desconocimiento, que transmitan o tengan de tales proyectos o experiencias.

La cumbre de Valencia en tal sentido, y hasta ahora, no es más que otra cumbre de las tantas que -en las tres últimas décadas- ha tenido el pacto, grupo o Comunidad Andina. Lo demás está por verse y hacerse.

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