Fríos se quedaron los disfraces en los mostradores de Vargas
Para las familias varguenses la adquisición de los tradicionales disfraces dejaron de ser una prioridad en estos días de asueto carnestolendo y, en su lugar, prefieren invertir en comida u otros servicios de primera necesidad.
No menos de dos salarios mínimo es lo que se requiere para la compra de un disfraz de las tallas más pequeñas. Karelis Martínez, vendedora, comentó que los precios oscilan entre 38 mil hasta 200 mil soberanos, siendo los de princesas uno de los más costosos.
«El que puede ha venido a adquirir su disfraz pero, indudablemente, las ventas no son las mismas de hace unos cuantos años atrás. La gente manifiesta intención de, al menos, hacer sentir a los niños lo que es parte de las tradiciones carnestolendas», dijo.
Arelia Cardona, también vendedora, indicó que aún ofreciendo descuentos u ofertas, las ventas han estado difíciles. «Además de eso el inventario se pudo montar apenas hace un par de semana, con bastante tropiezos. Nada es como antes y hoy las prioridades son otras para muchas familias», recalcó.