Nicolás Maduro, reta al mundo libre a que lo saquen del poder, por la fuerza de las armas
La miopía, ceguera, fanatismo e imbecilidad, parecieran ser las únicas razones, por las que Nicolás Maduro, su estado mayor militar y el régimen cubano, han decidido restearse en su actual posición, de intransigencia, provocando al mundo libre, a que se le aplique la fuerza militar, para sacarlos del poder.
Difícil predecir otras razones a las indicada arriba en el título, que justifiquen tal esquizofrénica y decisión, puesto que a Nicolás Maduro y a su régimen, se le han dado todas las oportunidades posibles, algunas de estas inmerecidas, como la de ofrecerle trato especial a su persona y a su familia, si entrega el poder y se va del país, permitiendo que Venezuela tenga otro gobierno democrático y eficiente y digno, el cual, Nicolás Maduro, no ha podido lograr, a pesar de los inmensos recursos económicos que ha administrado y dilapidado.
Oponerse a que ingresen al país, toneladas de ayuda humanitaria, para un pueblo, que ya ni siquiera trabaja, puesto que parte importante de estos, están enfermos y/o desnutridos, y los que trabajan, sus sueldos no les alcanzan para comer y pagar costosas medicinas. Eso, no tiene perdón de Dios, ni humano posible, que lo comprenda y apoye.
La acción grotesca, despreciable e indigna de un ser humano, de quemar varios camiones que trasportaban parte de esa inmensa ayuda humanitaria que el mundo libre ha proporcionado con sacrificios económicos de estos países, por el solo hecho de hacerle daño al pueblo mayoritario y noble de Venezuela, no tiene ningún tipo de excusas.
Esa acción, es simplemente un acto vandálico e innoble que no puede ni debe ser pasado por alto de parte del mundo libre y democrático, ni de la humanidad en general, que observa atenta a esta inédita y horrenda crisis en las que el chavismo y sus actos han hundido aún más a Venezuela, a límites insoportables.
Esa acción vandálica del chavismo, representado hoy día en Nicolás Maduro, su estado mayor militar y sus compinches políticos, adoctrinados al marxismo leninismo, están considerada por la ONU, como una violación fragante de los derechos humanos, y como tal, debe ser castigada.
Como consecuencia de los desmanes violentos del régimen de Nicolás Maduro, contra la población opositora, para impedir que la ayuda humanitaria fuera entregada en Venezuela, durante el día de ayer; muchos expertos políticos señalan que se pasó una raya amarilla, lo cual podría traer represalias, de parte de las autoridades internacionales defensores de los derechos humanos, y de parte de los gobiernos democráticos del mundo, los cuales podrían actuar severamente, en represalia contra el régimen de Nicolás Maduro y su régimen.
Sobre las posición del pueblo de Venezuela, respecto a los sucesos de ayer, incursioné por varias redes sociales de comunicación, y quedé impresionado, por la cantidad de venezolanos (as) que claman y exigen al liderazgo de la oposición, representada en estos momentos por el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, que solicite al mundo libre, la intervención militar en Venezuela, para sacar del poder a ese miserable dictador de Nicolás Maduro.
Esa es una de las acciones, cuya decisión es la más difícil de tomar, por razones obvias que todos conocemos y/o, sabemos de las grandes consecuencias y repercusiones que tendría aplicarla en nuestro caso. No obstante es una opción que siempre ha estado en la mesa de los líderes a quienes les correspondería tomarla, como decisión extrema.
Como sabemos, tal decisión debe ser tomada posterior a una evaluación seria y profunda en las áreas de la: diplomática, política, militar, social y económica, serena y real de la situación actual. Esto, debido a los daños colaterales que causaría; que por razones obvias, deben evaluarse en profundidad, dadas las consecuencias de decidirse por tal opción.
Si antes, mayoritariamente los políticos y representantes de las organizaciones de los derechos humanos en particular, se negaban a apoyar a una invasión militar en Venezuela: en mi opinión, es posible que hoy día estarían repensando tal posición, puesto que pareciera ser que el juego diplomático, político, económico, social, y las negociones o acuerdos, son soluciones que hoy parecieran estar totalmente desechadas, para lograr la salida pacífica y acordada del régimen cívico militar que gobierna a Venezuela.
No olvidemos que mientras exista y perdure la situación actual en Venezuela, la región americana en particular, y también y otras partes del mundo; con relaciones políticas, militares, diplomáticas, sociales y comerciales con nuestro país, sufren las consecuencias de un estancamiento y/o deterioro permanente y progresivo, el cual todos desearían que cesase.
En lo personal, no me extraña lo que está pasando en mi país, puesto que anteriormente, he escrito varios artículos desde comienzo del siglo XX, en los cuales he alertado a los políticos y pensadores venezolanos, latinoamericanos y norteamericanos; de lo que he venido observando desde hace varias décadas atrás, a finales del siglo XIX, que indicaban que la revolución cubana, bajo el control férreo del difunto Fidel Castro estaba muy interesada en Venezuela.
No es ningún misterio ni secreto, que la revolución cubana, bajo el liderazgo de Fidel Castro y su hermano Raúl, contribuyo por mucho tiempo, y aun continua haciéndolo, con acciones de desestabilización política en Venezuela, a comienzos de la salida de Marcos Pérez Jiménez del poder en enero desde 1958, e instauración de la democracia en 1959, bajo la presidencia de Rómulo Betancourt, luego de un a año de transición política 1958/1959.
Durante más de 6 décadas, el régimen dictatorial de Cuba ha asumido el rol de representante regional del marxismo leninismo e intentar imponerlo en África y en América, con énfasis en Latinoamérica. Esta iniciativa seguramente ha estado avalada en parte por China, Rusia, Corea del norte, etc., al cual se la han sumado Irán, Turquía y Hezbolá.
En Venezuela empezó en 1959, con la elección de Rómulo Betancourt como presidente de Venezuela, a quién Fidel Castro visito y le pidió ayuda económica y en petróleo, la cual fue rechazada por éste último. A partir de la negativa del entonces recién nombrado presidente de Venezuela, Fidel Castro ordeno un asedio y acciones políticas y militares para desestabilizar al gobierno de Venezuela, que duro varias décadas, hasta llegar a la época de la aparición de Hugo Chávez Frías.
Lo demás es historia contemporánea, durante la cual hubo la posibilidad en 1963, de que estallase una 3ª guerra mundial, por culpa del régimen dictatorial de Cuba, al permitirle a la URSS, la instalación de misiles balísticos en su territorio, apuntando hacia los EE.UU.
La última palabra sobre las acciones a emprender de inmediato, para neutralizar y expulsar al régimen dictatorial de Nicolás Maduro de Venezuela, dependen hoy día de un grupo multidisciplinario de diputados y políticos opositores que acompaña al presidente interino Juan Guaidó, quienes tendrán que decidir si solicitan formalmente la intervención militar armada en nuestro territorio, de parte de una coalición de países democráticos, a quienes aun cuando les desagrada la idea de tener que usar la fuerza de las armas para resolver este gran problema, pero, estarían dispuestos a utilizarla de considerarse necesario.
Insistir en el uso de otra opción pacífica; política, diplomática, dialogo, negociación u electoral; pareciera ser una pérdida de tiempo, dado que éstas, han sido intentadas, fracasado y/o se han agotado. Hasta la presente fecha, ninguna de las opciones mencionadas, han dado un resultado positivo alguno, para lograr salir de este régimen nefasto que frena nuestro desarrollo y nos quita el derecho a soñar. No obstante, con la acción vandálica cometida ayer 23 de febrero, de destruir camiones con comida y medicinas para los que necesitan esta vital ayuda humanitaria para sobrevivir, Nicolás Maduro se ha pasado de la raya amarilla, lo cual sin dudas, tendrá consecuencias.
Mañana lunes, se reunirá el grupo de Lima, para evaluar tal situación. Se presume que habrá decisiones a ser tomadas, que tienen que ver con lo sucedido el día de ayer, 23 de Febrero, y la quema de parte de la ayuda humanitaria por el régimen de Nicolás Maduro, así como el nivel bárbaro de represión usada, contra un pueblo desarmado, el cual terminó con muchos heridos del parte del pueblo opositor. ¡Esperemos y veremos!