Economía

La economía política de una ruina anunciada

1. La economía política de un país en ruta de su ruina

La revolución llega finalmente a Venezuela, el país se enrumba raudo y a paso de vencedores hacia la ruina económica, financiera y social, hoy al borde de un seguro colapso.

Sin parangón en este mundo de ahora, una crisis política que cuenta con más de 50 victimas mortales, de un intenso proceso de desmantelamiento institucional, de perdida de la confianza y de un continuo y recurrente debilitamiento de los derechos de propiedad, de un marcado proceso de descapitalización económica, de capital social y capital humano; con cierre de miles de empresas y con una destrucción del capital humano por la pérdida de cerca de un millón de empleo formales y un crecimiento de la población informal y del subempleo que abarca más del 56% de la población económicamente activa; con las finanzas publicas en default técnico, con el ahorro de la gente depreciado y licuado por la devaluación y la presión inflacionaria que ha disminuido la capacidad de generación de crédito para la economía, todo ello con el colofón de un torniquete en forma de control de cambio, que nos manda directo a la autarquía, el “microcosmos” de la revolución.

2. Algunos indicadores de la ruina

La economía venezolana llega al colapso, el Estado, y su empresa petrolera no son financieramente viables en el mediano plazo, mientras tanto, las consecuencias de ello en conjunto con el continuo proceso de descapitalización que ha vivido la economía –incluido la petrolera- crean las condiciones de una ruina; el desempleo, la escasez y fuerte caída del ingreso familiar, han alcanzado magnitudes no soportables económicamente hablando, les sigue solo la sobrevivencia. Veamos:

*la caída del PIB en este 2003, se proyecta en un 20%, ( pérdida de flujos de ingreso superiores a los 20 mil millones de US dólares), un fenómeno inédito en cualquier economía

*el ingreso per cápita se reduce en 45%, suficiente como para restar viabilidad política a cualquier gobierno

*el déficit fiscal de 16-20% del PIB y su financiamiento monetario nos lleva a la hiperinflación

*el nivel de desempleo ( que se acerca a un 25% finales del primer trimestre del 03) superará los números ya de por sí desgarradores de Argentina

*el desabastecimiento y la estrangulación del transporte y distribución de bienes básicos nos puede llevar a la violencia, de la cual solo el gobierno será el responsable dada la pérdida de la gobernabilidad.

*la crisis financiera del estado percola a las finanzas privadas, y amenaza con llevarse el sistema financiero que ha sufrido angustiosamente el continuo proceso de destrucción de depósitos que descalzaría los bancos y que augura inyecciones monetarias inflacionarias por parte del BCV.

*en ese escenario financiero las probabilidades de un corralón componente del escenario heroico, son infinitas cuando un gobierno queda sin dinero, una circunstancia financiera solo comparable con los efectos de una guerra: un gobierno sin dinero, es más peligroso que un mono con una hojilla.

*la caída de las exportaciones petroleras y no petroleras, ya marca una inevitable crisis de balanza de pagos, y que el gobierno erróneamente busca solucionar aplicando el torniquete del control de cambio, sin que pueda evitar escasez e inflación simultáneamente.

*de una crisis generada en la insolvencia fiscal del gobierno que anuncia la reestructuración – default técnico- de su deuda en bolívares con el sistema financiero local pareciera enrumbarse hacia a un default de la deuda, lo que nos convertiría en otro paria mundial, acompañante de Argentina en los mercados internacionales

*a todo ello se agrega un crudo proceso de descapitalización acelerada en PDVSA tanto en la infraestructura como en su capital humano, y que se ejecuta en una especie de reducción a lo absurdo en la industria petrolera nacional con costos incalculables.

Todo esto ocurre en un marco de pérdida de gobernabilidad que induce un camino hacia la ruina de la economía y de instituciones, y a conciencia, conociendo que la negociación política auspiciada por la OEA y otros amigos permitiría crear las salidas a la crisis política, sobre todo porque ella ha sido creada por la pérdida absoluta de gobernabilidad que ha impuesto la “revolución bolivariana” y el desmantelamiento de instituciones claves para el funcionamiento del estado de derecho y por ende, de la economía.

3. La dimensión de la crisis venezolana en lo económico y social

Lo que está ocurriendo en la economía venezolana de estos años, meses y días no es descriptible con el simple análisis macroeconómico o económico que acostumbramos los economistas a menudo; con esas herramientas no se puede explicar enteramente la realidad económica de ahora. Se requieren instrumentos analíticos de la economía política y del análisis microeconómico institucional para calcular y estimar los enormes costos de transacción, del debilitamiento acelerado de derechos de propiedad, de la destrucción de reglas de juego y del marco jurídico y del orden legal y constitucional, y de la depreciación del capital social de una nación.

Debilidad de los derechos de propiedad

En otras palabras, de la revolución que sin disparar tantos tiros, sin paredones de fusilamientos, y quizás sin normas de expropiación de la propiedad privada, conduce un continuo proceso de empobrecimiento que suele caracterizar a los mecanismos modernos de expropiación: debilidad jurídica de los derechos de propiedad, elevada presión tributaria, inflación y endeudamiento público.

La devaluación que alcanza a un 40 % en lo que va de año, la acelerada caída de las reservas internacionales dado el enorme riesgo político, el incremento de los impuestos, la inflación, y el intervencionismo agudo del gobierno en los asuntos económicos ha conducido a la implementación del torniquete cambiario -un control de cambio-, y en perspectiva, ahora bajo el torniquete cambiario, de la depreciación masiva y general de los ahorros del público; el empobrecimiento de la clase media es un dato ahora.

En ese marco de crisis financiera del estado y que se cuece en olla de presión, llevaría al gobierno a una cesación de pagos –default- de las obligaciones del estado, tanto de su deuda interna como externa. De hecho, una situación de default técnico acaba de materializar dada el refinanciamiento “de facto” y “forzado” de la deuda interna en manos de la banca privada; es decir, de los bonos con vencimiento 2003.

Venezuela un país que no es petrolero pese a tener petróleo

A todo esto habrá que incorporarle el proceso de ruina en PDVSA como empresa petrolera, que impone este proceso endemoniado de intervención por descapitalización acelerada, tanto se su infraestructura como de su capital humano, que obligara al gobierno a disminuir el potencial productivo de PDVSA, y a un proceso de entrega en condiciones de debilidad institucional para «contracting out» y «outsourcing» de actividades productivas con otras empresas petroleras, lo que en términos de país petrolero disminuiría la importancia de Venezuela en el mercado petrolero internacional; a un retorno al régimen petrolero del periodo gomecista.

Las asociaciones con terceros por parte de PDVSA no son per se negativas, sino que ellas llegaran de las manos de su descapitalización; desinversión y desmantelamiento del capital humano sobre el cual se ha apostado a varias generaciones de técnicos, lo cual constituye como en cualquier empresa moderna, parte fundamental de su capital social.

Sin embargo, más allá de la respuesta que pudiéramos dar a esas interrogantes, se encuentran verdades muy vivas, crudas que por su diseño, muchas veces difícil de comprender, que perturban cualquier relación de costos beneficio, dado que se ha escogido una ruta de descapitalización y empobrecimiento por la carencia de voluntad política para resolver civilizadamente los problemas políticos e institucionales que emergieron del ejercicio del poder sin contrapesos y balances.

4. Del colapso y la ruina: el paro y la reestructuración de PDVSA.
El paro petrolero

Un conflicto petrolero en ciernes, previo al paro, estaba en la agenda de la llamada Asamblea Originaria Petrolera, y a todo evento catalizador de un eventual paro petrolero, aunque no en la magnitud del que transcurre en la actualidad.

El paro petrolero de las dimensiones que se le conoce, emerge de esta lógica del conflicto para sorpresa de propios y extraños, dado el hecho de que la columna vertical de la industria – es decir la red de inteligencia tecnológica y administrativa- se plegaba a la acción colectiva que la sociedad civil había puesto a andar por las calles.

Ante ese colosal hecho, el mismísimo mercado petrolero internacional de este lado del mundo, tampoco comprendería las razones de su magnitud, por lo que las reacciones políticas tardaron un mayor tiempo simplemente porque las expectativas de algo así no estaban en los escenarios del mercado internacional. Sin embargo el gobierno nunca espero que el paro ocurriera en la magnitud que ha tenido, lo cual hizo que la reestructuración que estaba en la agenda de la Asamblea Originaria fuese activada con la esperanza de superar la emergencia.

La reestructuración de PDVSA

La reestructuración de PDVSA, en los términos que han sido promocionado por el gobierno convertirla a PDVSA y a la industria petrolera estatal en una especie de unidad gerencial política de naturaleza fiscal y financiera – ejemplos Libia o Arabia Saudita- adscrita el Ministerio de Minas, en los términos que dispone el espíritu de la nueva ley de Hidrocarburos.

La reestructuración iría en paralelo con los esfuerzos para echar a andar a PDVSA, lo que en cualquier caso representa una clara señal de que los objetivos oficiales no son tanto como producir, refinar o exportar en los niveles pre-paro. PDVSA será redimensionada de manera tal que su actividad económica será esencialmente de naturaleza fiscal, y para ello PDVSA no necesita ser una empresa que produzca tres o cuatro millones de barriles por día. Casos similares ocurrieron en Irán, después de la caída del Sha; en Irak, con Hussein, y en Libia después del golpe de estado de Khadaffi; en todos esos casos la producción de petróleo emprendidas por esos gobiernos cayó considerablemente: esa seria la “consecuencia”nuestra muy particular guerra del petróleo.

Los mercados no tardan en reaccionar frente esta nueva estrategia petrolera en un país que ahora no exporta los volúmenes de petróleo de hace dos meses, sino que la reactivación de la capacidad instalada enfrenta no solo las dificultades técnicas y tecnológicas de reestablecer la producción y refinación, sino financieras en un momento en que su dueño, el fisco, atraviesa una crisis fiscal de naturaleza terminal.

La descapitalización de la industria petrolera estatal

La reestructuración y la demolición del capital humano de PDVSA crea dudas en los mercados en torno a la capacidad del gobierno en producir petróleo en el más corto plazo, por el contrario las señales que se mueven los mercados hablan de una imposibilidad de producir petróleo en cantidades suficientes para recuperar el prestigio de Venezuela como área segura de oferta de hidrocarburos.

La parálisis de la industria petrolera estaría retorciéndose como una boa constrictor sobre el cuello de la economía nacional, pÚblica y privada, con las apuestas crecientes de un proceso de ruina casi indetenible, dado que convergen simultáneamente los fenómenos de crisis fiscal que coloco a las finanzas en condición de un default técnico y el de un torniquete cambiario que contraería la precaria fuerza de la economía privada dado los costos de transacción que emergen del control de cambio. Todo ello caldo de cultivo de un entorno de escasez de bienes y servicios básicos a los venezolanos, en conjunto con una presión inflacionaria no conocida porque el torniquete cambiario haría explotar o bien el bolívar en el mercado negro o en el mercado paralelo, en este particular, sea negro, gris o legal, el efecto es el mismo.

5. Venezuela en autarquía, un récipe para crear más pobreza.

Petróleo

Un país goza de respeto en la comunidad internacional por las cosas que vende y compra, sobre todo un país pequeño. No vender petróleo, resta de un solo golpe la importancia de Venezuela en el contexto internacional, Venezuela existe afuera solo por esto. Siendo su producción sustituida por otros (México, Canadá, países OPEP, Ecuador, Colombia, Rusia, Noruega entre otros) la importancia de Venezuela se debilitaría quedando relegada a su condición de importante contenedor de reservas de hidrocarburo.

Finanzas públicas

El otro aspecto que mantiene la importancia de Venezuela en el mundo es el volumen de deuda en bonos que circulan en el mercado internacional de capitales, un default, debilitaría la posición de Venezuela en estos mercados…ver por favor el ejemplo de Argentina, tiene casi dos años negociando con el FMI acuerdo que aún no se logra, la importancia de Argentina en los mercados se ha diluido totalmente.

En el resto de las relaciones internacionales el país es inexistente, con excepción de los concursos de belleza.

Deuda pública externa.

El grupo de amigos de Venezuela conformado en Quito y que se reúne en Washington, tiene importantes objetivos financieros, temen a un default de la deuda externa venezolana, que arrostraría consigo a los bonos brasileños, mexicanos, chilenos colombianos.

El impacto de ese potencial default sobre las finanzas latinoamericanas se está analizando seriamente en los sectores que se agrupan en el Foro de Sao Paolo, los sectores mas radicales que suponen que un default de Venezuela induciría costos financieros en esos países, que se sentirían en devaluaciones, salidas de capitales y entornos recesivos, los cuales servirían, al radicalizar sus posiciones políticas, para incrementar la «protesta» social. Hacer peso que el sistema de hunde se día por allá en 1968 y ahora, varias décadas después.

Moodys’s

B2

B2

B2

B3

CCC

Ene-03

S & P

B+

B

B

CCC+

CCC+

Dec-02

Fitch IBCA, Duff & Phelps

B+

B+

B

B

B-

CALIFICACIONES DE RIESGO VENEZUELA

1997 1998 1999 2000 2001 2002

Dec-02

Así mismo se considera el impacto negativo que el default venezolano y sus consecuencias en la región tendrían en los círculos financieros promotores del neoliberalismo. En Venezuela, el tema lo han discutido en círculos reducidos en la Asamblea Nacional y en Cordiplan, dado lo inminente del default.

Un elemento importante en este campo de las finanzas, lo constituye la negativa del gobierno a negociar, lo que, según análisis que se han hecho en embajadas latinoamericanas en Caracas incluidas USA, no se comprende porque ello retardaría el reestablecimiento de la producción de petróleo y con ello el ingreso de reservas internacionales y bolívares al fisco.

Los sectores radicales ahora con el control total que tienen de la economía y sus reglas, incluido el mercado cambiario, no expresan incentivos claros para el reestablecimiento de condiciones fiscales y financieras viables que diluyan la amenaza de un default de la deuda, sobre todo en perspectiva de que las recientes recalificaciones elaboradas por calificadoras de riesgo han colocado los bonos venezolanos en nivel de bonos «basura» recalificándolos en las ultimas semanas a inversión especulativa y basura (CCC), es decir, técnicamente Venezuela estaría ya en default.

6. Las finanzas locales y el sistema financiero

Otros de las deseconomías o economías externas negativas que se derivan de la crisis fiscal y financiera del Estado en el descalce progresivo de la banca, tesis que goza del respaldo de los sectores radicales en el gobierno, Cordiplan, Industria y Comercio y Vicepresidencia de la Republica y otros.

La banca venezolana, es poseedora de una porción dominante de los bonos en dólares (bonos Brady y Globales) emitidos por la Republica de Venezuela, ello se incorpora al volumen de deuda interna – denominada en bolívares, DPN y letras del tesoro- por lo que un eventual default dejaría al sistema financiero local y al ahorro privado atrapado en una especie de corral financiero, porque el fisco no posee los flujos para el servicio de sus pasivos financieros.

7. El torniquete cambiario: el control de cambios y el falso dilema

El gobierno había fuertes contradicciones para enfrentar la crisis financiera, por un lado quienes hubieran preferido que el sistema financiero colapse dado que las salidas de capitales constituyen destrucción de depósitos; sin embargo, ello pudieran haber traído consecuencias políticas de elevado costo porque la pelea no seria con 109 banqueros sino con 10 millones de depositantes no son cuatro conchas de ajo en términos de conflictividad política, por lo que los costos fiscales de esa crisis financiera no seria pagable, sino acorralando los deseos del público, escenario este que aun mantiene tenso el sistema financiero.

Por el otro lado, las presiones para establecer un control de cambio finalmente se impusieron, mecanismo que se impondrá como un severo torniquete en la economía en virtud de los costos que traerá la corrupción y el racionamiento de divisas. Ello unido al hecho cierto históricamente comprobado de que los controles de cambios son en si mismo mecanismos mas apropiados para drenar divisas que para acumular.

Devaluación y agotamiento de reservas internacionales

Acotemos en este sentido que la sobrevaluación del bolívar, implícito en el régimen preferencial que se aplicara al régimen cambiario presionara un fuerte crecimiento de la demanda de divisas, conformando cuellos de botella conocidos porque a mayor presión en el mercado controlado a la tasa preferencia, esta se distribuye hacia el mercado negro, gris o paralelo, con los efectos conocidos de depredación de precios e inflación.

La situación una vez aprobado el control de cambio es de pronóstico reservado, sobre todo porque el sistema financiero depende en un elevado porcentaje de que el estado tenga medios para servir su deuda con los bancos, siendo el deudor mayor del sistema financiero, el control de cambio rezagara aun mas la actividad económica, ya severamente disminuida como consecuencia del paro cívico.

Además, sobre el control de cambio gravitara el hecho de que el BCV tendría que devaluar continuamente la moneda, una especie de crawling peg, con el objeto de generar el hueco monetario que le permita al BCV emitir el dinero inflacionario de las utilidades cambiarias. Las devaluaciones continuas transmitirán presión al mercado negro, gris o paralelo, y con ello mayor inflación, ecuacion final del gobierno para financiar con inflación parte del déficit fiscal generado tanto por las malas poéticas como la acción colectiva de la sociedad civil.

La corrupción

Así mismo el control de cambio inducirá mecanismos de registro heterodoxos, además de la corrupción, que impedirán la repatriación de capitales sean estos generados como parte de la renta global de empresas e individuos.

En definitiva el timming del control de cambio lo imponen las grandes necesidades de una población que importa más de dos terceras partes de los alimentos que consume. Como es evidente, el trabajo de Dedalo está terminado, el laberinto del gobierno está abierto, se entrará pero no se saldrá sin una maxidevaluación.

Esta situación financiera está siendo incubada y acelerada dada la negativa del gobierno a reestablecer el ritmo financiero del país por intermedio de la negociación política, único mecanismo creíble que puede contribuir al restablecimiento de la confianza en los mercados para operar en Venezuela.

En la economía se siente con considerable fuerza el impacto de estos hechos, el proceso de achicharramiento y ruina de la economía privada venezolana (más del 75 % del PIB) es brutal y sin parangón; Venezuela corre aceleradamente hacia la ruina por vía de un inmenso e inevitable colapso económico, que volvería añicos las victorias y las derrotas del enfrentamiento político y/o de la revolución bolivariana.

Proyecciones macroeconómicas para el 2003

2003

2003

Crecimiento del PIB &#40%&#41

-18.5

Sector petrolero &#40%&#41

-20.5

No-petrolero &#40%&#41

-17.5

Tipo de cambio promedio (Bs./US $)

2750

Tipo de cambio a fin de año (Bs./US $)

3950

Inflación (fin de periodo)

66%

Promedio de tasas de interés activas

28%

Promedio de tasas de interés pasivas (Dep. 90 días)

16%

Reservas internacionales ($ millones)

8,500

Déficit Fiscal &#40%&#41 PIB

18%

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