Bloqueo severo
Isaías A. Márquez Díaz
A la rigurosidad de las sanciones, justas o no, que ha impuesto el Departamento del Tesoro de EEUU sobre Citgo, nuestra filial más importante en el exterior, al bloquearle toda transacción bancaria y además “insta a compañías petroleras a no negociar con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa)” porque funcionarios prominentes de la misma han sido víctima de sanciones unilaterales por parte del Departamento del Tesoro de EEUU, se vienen agregando otras medidas administrativas que han adoptado algunas empresas conexas con nuestra operadora estatal, tales como LUKOIL, que ha renunciado a la comercialización de los bienes y servicios PDVSA, además del GAZPROMBANK, cuyas cuentas ha congelado, a objeto de evadir posibles sanciones por parte de los EEUU a fin de atenazar al régimen chavomadurista, aunque la intención sea evitar que el régimen de NM desvíe los fondos hacia otras actividades, como por ejemplo, la producción de cocaína, motivo por el cual, afortunadamente, no se incrementa el precio de la gasolina ya que tal aumento trastornaría los planes de producción, pues en el procesamiento para la obtención de un kg de pasta de cocaína se emplea unos 40 l de gasolina.
EEUU procede de tal manera antes de que nos lleve al acabóse total e irreversible de repercusión hemisférica. Viene a colación el augurio de don Pablo Ojer Celigueta, quien en 1995, por la penetración de la narcoguerrilla colombiana, ya confabulada con Hugo Chávez y otros niembros del MBR-200, que más o menos al cabo del tiempo actual (20-30 años); hoy día, justo en 27 años de gobierno chavomadurista, seríamos un narco estado financista de revoluciones. En efecto, somos vistos como estado delincuente, recuperable, a través de una transición política liderada, óptimamente.