Economía

La producción petrolera: ¿Cuánto, quién y cómo?

Cuánto se produce?. El nivel de la producción petrolera venezolana tiene cierta aura de misterio, con indicios que apuntan hacia la idea de que el gobierno ha estado abultando las cifras. Desde inicios de marzo toda la plana mayor del gobierno ha proclamado una producción superior a los 3 millones de barriles diarios, colocándola a menudo en 3,2 millones.

Ciertamente la producción se ha recuperado en forma importante desde los niveles muy bajos de comienzos de año, ¿pero cuanto? La OPEP, en un comunicado de mayo, estimó la producción venezolana de abril en 2,499 millones de barriles diarios, y la agencia Platts en 2,67 millones de barriles diarios. Es decir, aproximadamente 700.000 barriles diarios menos, 22% por debajo de la cifra oficial. Esta diferencia representaría, en términos del precio de exportación de la canasta que el MEM informa, un equivalente aproximado a 5.000 millones de dólares en todo un año.

¿Cuál es la percepción de la Agencia Internacional de Energía (International Energy Agency)? En su informe del 13 de mayo (Oil Market Report) indica,

“La afirmación del gobierno de Venezuela de que la producción de abril ha alcanzado los niveles previos al paro, una producción por encima de los 3 millones de barriles diarios, parece sobre-optimista. Se estima que la producción cerró cercana al nivel que alcanzó a fines de marzo, alrededor de 2,15 millones de barriles diarios de crudo convencional y 380.000 de crudo extra-pesado de la Faja del Orinoco. Ello sin embargo sugiere que la producción promedio de crudo convencional de abril fue aproximadamente 227 mil barriles diarios por encima del promedio de marzo.

Estos niveles de producción son consistentes con las exportaciones de crudo en la primera mitad de abril, de 1,2-1,5 millones de barriles diarios, y de producción de refinados domésticos aproximadamente alrededor de la mitad de los niveles antes del paro de 1,1 millones de barriles diarios. Persistentes retrasos en re-iniciar la exportación de la gasolina reformulada, diferida primero de mediados de abril a comienzos de mayo, y luego para mediados de mayo, tienden a soportar la apreciación de que la operación de las refinerías esta restringida. Ahora existe el temor que la producción de crudos sintéticos de los tres joint ventures con capital extranjero, que rápidamente habían experimentado una recuperación a capacidad completa, puedan sufrir de insuficiencias en el suministro hidro-eléctrico por problemas de sequía.”.

La estimación de la Agencia Internacional de Energía es que la producción venezolana de crudo convencional fue de 1,425 millones de barriles diarios en febrero, 1,915 millones en marzo y 2,142 millones en abril. Al analizar la decisión de la OPEP del 24 de abril en Viena señala,

“Lo que emergió de Viena parece turbio. La OPEP anunció que alzaría la cuota en 900.000 barriles diarios desde el primero de junio, pero que cortaría la producción efectiva en 2 millones de barriles diarios a partir de la misma fecha.”

Más adelante agrega,
“Algunos factores merecen ser destacados. En primer lugar, lo fundamental del recorte acordado por la OPEP ya ha ocurrido por la pérdida de la oferta de Irak. Factores políticos pueden impedir exportaciones sustanciales de Irak por un tiempo, limitando la producción a 500.000 barriles diarios para uso interno. Tomando en cuenta que se necesita una construcción de 3 millones de barriles diarios para llevar los inventarios de los países de la OCDE a niveles históricos normales a mediados de año, el mercado puede absorber cualquier producción extra de Irak. Lo que el mercado requiere como producción de la OPEP en el segundo trimestre, sí se van a reconstruir los inventarios, es aproximadamente 26,5-27 millones de barriles diarios, una producción más alta que la implícita en el nuevo acuerdo.

Segundo, los recortes requeridos por los siete de la OPEP (excluyendo a Arabia Saudita, Venezuela y Nigeria) para cumplir con la nueva cuota representan menos de 500.000 barriles diarios. Finalmente, Arabia Saudita puede esperar por los desarrollos en Venezuela y Nigeria antes de comprometerse a una reducción importante de la oferta. Como ilustración, sí Venezuela alcanza su producción objetivo y Nigeria se recupera a capacidad, se requiere un recorte de más de 1 millón de barriles diarios de Arabia Saudita. Por el contrario, sí la producción de Venezuela y Nigeria estuviese restringida hasta junio a un nivel similar al de abril, se requiere un recorte de menos de 100.000 barriles diarios de Arabia Saudita para cumplir con el objetivo del acuerdo. Lo más probable es que Nigeria produzca a niveles similares a los existentes antes de su crisis, y que Venezuela produzca a capacidad (2,35 millones de barriles diarios) implicando un recorte de 500.000 barriles de Arabia Saudita.”

En decir, la estimación de esta agencia difiere significativamente de las cifras oficiales venezolanas. Algo similar ocurre con la Energy Information Administration (EIA). En el informe del 29 de mayo indica,

“Se cree que la producción de Venezuela, evaluada por trabajadores que participaron en el paro y analistas externos, es de aproximadamente 2,6 millones de barriles diarios. En contraste, el vice-ministro venezolano de energía, Luis Vierma dijo ayer (28/5) que la producción actual de país era de 2,8 millones de barriles diarios (sin contar con aproximadamente 500.000 barriles por día de crudos sintéticos, Orimulsión y Líquidos de Gas Natural), casi igual a la nueva cuota de 2,9 millones de barriles diarios.”

Sintetizando, existen serias dudas que las cifras suministradas por el gobierno sean correctas, aunque pueden existir confusiones debido a diferencias en la forma de hacer la contabilidad. Sí suponemos que la producción total de la nación (incluyendo Crudo, Líquidos de Gas Natural, Condensados, Convenios y la producción de la Faja del Orinoco) fuese de 2,8 millones de barriles diarios, ello representaría una reducción sustancial respecto a la producción alcanzada en el período 1997-98, aproximadamente 3,45 millones de barriles diarios. Sería una reducción de 19%.

Quien. Un segundo aspecto es quien produce. Del total de la producción, una parte es producción propia de PDVSA, otra es producción para PDVSA por parte de compañías privadas bajo la modalidad de Convenios Operacionales, y una tercera es la producción de crudo extra-pesado por parte de las Asociaciones Estratégicas entre PDVSA y compañías privadas. Algunos estiman que la producción actual propia de PDVSA es aproximadamente 1,95 millones de barriles diarios, la de los Convenios Operativos podría llegar a unos 500.000 barriles diarios y la de la Faja a algo más de 200.000 barriles diarios (las cifras están tomadas de un análisis R. Espinasa). A pesar del fogoso discurso anti-globalización y contra el “neoliberalismo salvaje”, la producción actual petrolera depende en algo más del 30% de los aportes donde participan en forma activa compañías privadas. De hecho, la reducción de la producción propia de PDVSA ha sido una constante durante este gobierno. La producción propia de PDVSA de 1997-98 fue de más de 3 millones de barriles diarios (misma fuente), y a lo largo de todo el quinquenio ha experimentado un declive pronunciado, para posiblemente alcanzar un mínimo en este año, alrededor de 1,95 millones de barriles diarios.

Como se produce. Una de las características de la política petrolera del gobierno es el “rentismo”: Un intento de obtener ingresos externos elevados por exportaciones petroleras basados en altos precios y restricción de la oferta, en el contexto de la política de la OPEP. Dentro de este esquema el sector petrolero es básicamente un proveedor de recursos al fisco, y el desarrollo futuro de la producción es secundario. Ello puede, como de hecho ha ocurrido, reducir en forma brusca la inversión en el sector petrolero, para favorecer la entrega de recursos al fisco. La producción actual propia de PDVSA se hace con una inversión muy reducida, que algunos estiman en aproximadamente 2.500 millones de dólares (la misma fuente). El total de la inversión en el sector es hoy en día es bastante inferior al de 1997. Ello quiere decir, dada la alta tasa de declinación de los yacimientos venezolanos, que de seguir esta política nuestro futuro petrolero sería relativamente reducido. Pasaríamos a una posición francamente inferior a la de México (actualmente produce alrededor de 3,35 millones de barriles diarios), cuando nuestro volumen de reservas naturales es inmensamente superior. ¿Este panorama recuerda en algo a la fábula de la gallina de los huevos de oro?

Conclusión. En primer lugar, sea cual sea el nivel de producción real, lo sensato (política y económicamente) es que se diga la verdad. Desde el punto de vista de la nación tiene poco sentido abultar la producción. En el mercado petrolero, en un lapso relativamente corto se tiene una estimación relativamente cercana a la realidad y lo que se hace es perder credibilidad. En segundo lugar, independiente de la política petrolera que se siga, el país requiere transparencia en el manejo de la misma. Hoy en día, brilla por su ausencia. Los únicos que ganan con la falta de transparencia son aquellos agentes especializados en la “búsqueda de renta”.

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