Canciller español descartó medidas diplomáticas tras expulsión de eurodiputados
El ministro español de Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, consideró este lunes «desproporcionado» tomar medidas diplomáticas después de que el gobierno del gobernante, Nicolás Maduro, haya rechazado la entrada en el país de varios eurodiputados.
«Me parece desproporcionado tomar medidas de carácter diplomático, de carácter tan trascendental como cancelar unas relaciones diplomáticas por eso», indicó Borrell en una rueda de prensa tras participar en un Consejo de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE).
Borrell afirmó que «ya saben ustedes que el tema de Venezuela es un tema de política interior española. No se les oculta a ustedes que eso también tiene unas coordinadas políticas internas».
«Pero aquí no estamos jugando a la política española, aquí estamos tratando de construir posiciones comunes de 28 países europeos», añadió.
Las autoridades venezolanas impidieron el ingreso al país de Esteban González Pons, portavoz de la delegación española del Partido Popular en el Parlamento Europeo (PE), así como de Esther de Lange, vicepresidenta del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), o Paulo Rangel, vicepresidente del Grupo PPE.
También de José Ignacio Salafranca, vicecoordinador de la comisión de asuntos exteriores del PE; Gabriel Mato Adrover, vicepresidente de la delegación América Central -ambos miembros de la Asamblea Europarlamentaria Latinoamericana-, y Juan Salafranca, secretario general adjunto del grupo parlamentario PPE.
Borrell señaló que estuvo en «estrecho contacto» con el embajador español en Caracas, que a su vez estaba en contacto con el representante diplomático de la UE, «para intentar conseguir que autoridades venezolanas permitiesen la entrada en el país de estos eurodiputados».
«Pero hay que distinguir entre una misión del PE y un viaje que organizan los eurodiputados representándose a sí mismos o, en todo caso, a los grupos políticos a los que pertenecen. No es lo mismo», señaló.
«Naturalmente que condenamos que las autoridades venezolanas no les hayan permitido entrar. Hicimos todo lo posible para que los dejaran entrar», resumió, pero consideró «desproporcionado pedir que, como consecuencia de eso, España se retire» del grupo de contacto internacional para Venezuela que impulsa la UE, que está para «salvar problemas mucho más trascendentales».
Agregó que el Consejo de la UE, «entidad intergubernamental, no tiene que decirle al PE nada sobre cómo organizar sus misiones, ni a los eurodiputados» cómo viajan, adónde y con qué objetivos.
«Pero si quieren representar al PE hay unos procedimientos. Si quieren ir a título personal, es otra cosa. Y si quieren volver, pues volverán. Naturalmente no podemos hacer nada para impedirlo y haremos todo lo que sea posible por facilitárselo», señaló.
«Volveremos a pedirle al Gobierno venezolano de facto que los deje entrar, porque creemos que les perjudica a ellos también. Da la sensación de que no quieren la presencia de quienes a fin de cuentas son representantes de parte de la ciudadanía europea», concluyó.
Borell rechazó que haya «incoherencia» por mantener al embajador del Gobierno de Maduro, y señaló que su país tiene «todo el interés del mundo en mantener una presencia activa diplomática en Venezuela, porque tenemos allí muchas personas por las que preocuparnos».