¿29.8% ó menos 6.3%?
Finalmente el Banco Central de Venezuela (BCV) ha hecho pública la cifra de crecimiento económico registrada durante el primer trimestre del presente año: 29.8%. Eso significa 29.8% más de bienes y servicios que en ese mismo período durante el año 2003. Ahora bien, si comparamos el nivel de producción actual (PIB) con el que teníamos en el primer trimestre del año 2002, antes de los sucesos de Abril, la huelga general, los controles de precios y de cambio, este nivel de producción es 6.3% inferior al de entonces. En otras palabras, en 24 meses en los que nuestra población ha crecido aproximadamente 3.1%, nuestra actividad económica ha caído 6.3%, registrándose una pérdida en el ingreso por habitante de 10.11%.
Más aún, la cantidad de bienes y servicios que se produjeron en Venezuela durante el trimestre anterior, es menor a la cantidad producida en cualquier primer trimestre de los últimos once años (ver gráfico abajo), con la única excepción del año en que ocurrió la huelga general. Por tomar solamente un hito significativo: El PIB de este trimestre en el que “crecimos” 29.8%, es 13.5% menor al que teníamos en el primer trimestre de 1998, 21.0% cuando se considera en términos por habitante. No cabe duda de que este 29.8% es simplemente un rebote que coloca a Venezuela de nuevo en la tendencia de deterioro sostenido que traía desde 1978.
A nivel de detalle, hay otros matices en ese 29.8% que vale la pena considerar. En primer lugar, el crecimiento registrado en la producción petrolera fue de 72.5%. A pesar de ese crecimiento, según el BCV, el PIB petrolero es 8.5% menor que en el primer trimestre del año 2002. Eso significa, partiendo de un nivel de producción en ese trimestre de 2.8 MBD, que durante este trimestre la producción de petróleo alcanzó 2.57 MBD. Este nivel se encuentra completamente alineado con los reportes de la OPEP y la Agencia Internacional de Energía (2.55 MBD), y muy por debajo de los 3.0 MBD que sigue reportando PDVSA como el nivel de producción petrolera del país.
Otro matiz importante de esta cifra es su componente no petrolero. Este sector de nuestra producción también alcanzó en el primer trimestre del año su nivel más bajo de los últimos 11 años (exceptuando el trimestre de la huelga general). Aún cuando los crecimientos registrados en algunas áreas sorprenden, cuando el total alcanzando se pone en perspectiva del nivel que se tenía en 2002 – evitando así las distorsiones que genera la comparación versus el trimestre de la huelga general – se nota que muchas de esa áreas no han experimentado crecimiento alguno. Ese es el ejemplo de manufactura privada, en donde el BCV ha reportado un crecimiento de 47.96%, que deja el nivel total de producción apenas 1.93% por encima del nivel que ese sector tenía en el 2002. Otras áreas no han salido tan favorecidas: Construcción ha experimentado un “crecimiento” de 19.46% en el trimestre, que lo deja 52.67% por debajo del nivel de actividad económica que tenía en el mismo período del 2002.
Lo más curioso de todo esto es que esta inmensa pérdida de actividad económica, no sólo en relación al año 2002 sino vista en perspectiva del nivel que teníamos en 1998, ha ocurrido en medio de la bonanza petrolera más sostenida que experimentara gobierno alguno en la democracia, seis años de precios petroleros favorables, con un solo trimestre registrando un precio inferior a veinte dólares por barril (el primero del 2002, curiosamente), y con los precios actuales en niveles nominales históricos.
Esa es la verdadera perspectiva del crecimiento. Si el año pasado prácticamente dejamos de comer, este año estamos haciendo una comida al día. Un crecimiento impresionante, sin duda, pero un nivel de alimentación con el que la población sigue muriéndose de hambre.
Miguel Angel Santos es Profesor del IESA, UCAB
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