¿Qué nos trae la economía política para el 2006?

Lo que estaba en agenda
No es precisamente futurología, ni nada por ese estilo, pero los eventos en la economía y las perturbaciones en las reglas que definen la actividad económica como un proceso de creación de riqueza pueden ser previstos y sus efectos perfectamente dibujados en la historia de cada día.

Los economistas hacemos proyecciones, regularmente nos servimos de modelos económicos, matemáticas y sentido común, y sobre todo claramente y con fuerza definida las instituciones que sujetan la producción, el intercambio, el mercado y los derechos de propiedad son los instrumentos funcionales para proyectar el presente.

En esos modelos imputamos eventos normales y shocks; estos últimos se constituyen en perturbaciones generadas “fuera del sistema” ciertamente no esperadas, pero anticipables dependiendo para ellos de la calidad y el volumen de información que se disponga. Cuando estos shocks provienen de perturbaciones externas en la economía nacional sus efectos los podemos seguir fácilmente con esos modelos, del análisis de las proyecciones se generan cruciales conclusiones que ayudan a la toma de decisiones dirigidas a corregir las deseconomías causadas tanto a nivel de empresa como del país.

Los shocks políticos y el derrumbe de los derechos de propiedad
Los mecanismos de toma de decisiones se sustentan en la funcionalidad de “gobierno”, por ello es esencial disponer de un “buen gobierno”, de su calidad y sabiduría, en función del arbitraje que norma las decisiones de políticas públicas, porque ellas afectaran los factores que generan la data económica, en conclusión de ello depende la salud económica de la gente, del país, de la nación.

Algunos tipos de shocks, los políticos particularmente, tienen impacto económico inesperado, sobre todo porque la gente no tiene mecanismos directos de información, esta suele distribuirse asimétricamente en virtud de la estructura de incentivos que enmarca el proceso de creación de riqueza, que muchas veces es mas bien un proceso creador de pobreza.

¿Pudo la gente anticipar su ruina?
Aunque por esas razones no sea fácil para el público anticipar sus efectos, dado que esos eventos políticos perturban reglas de juego impidiendo que la economía evolucione normalmente, las elites están obligadas a interpretar correctamente esa historia diaria y los efectos de esos shocks particularmente cuando esas perturbaciones desmontan el armazón institucional que sirve de sustento a la actividad económica, al mercado y a los derechos de propiedad, palanca esta fundamental para el proceso de creación de riqueza.

Mucho de eso ocurrió con los venezolanos, a quienes les ha sido complejo y difícil comprender que las perturbaciones que contienen los shocks políticos habidos desde la aprobación de la constitución estaban destinados a debilitar la matriz de protección de los derechos de propiedad, sin que necesariamente la confiscación de la propiedad privada fuese objetivo político inmediato como ocurrió con la revolución cubana.

La agenda revolucionaria para el empobrecimiento
En Venezuela, el proceso revolucionario forzado por la formalidades constitucionales y legales requería del control de las instituciones y contrapesos del poder público para con ello organizar la agenda revolucionaria en lo que se ha llamado periodo de transición. Es decir, un periodo donde el derretimiento del marco jurídico que sustenta mercado y derechos de propiedad produciría finalmente el debilitamiento de estos, el empobrecimiento de los sectores más responsables y capaces de la sociedad, y eventualmente la descapitalización tanto del sector moderno de la economía nacional –sector capitalista- como del correspondiente capital humano empelado en esos sectores.

Un ejemplo brutal por sus características es el caso de PDVSA donde unas cuantas cooperativas han sustituido empresas de servicios que acumulaban unos cuantos años de desarrollo de capital humano, los sustitutos, componente de la clientela política de la ideología gobernante han tenido inmensas dificultades en prestar servicios eficientes. PDVSA se caracteriza hoy por accidentes laborales en magnitud considerable, y daños a la capacidad instalada y equipos.

Un caso para remarcar esos hechos lo constituye la parálisis de la planta de producción de benceno en la refinería el Palito, PDVSA repone esos inventarios para distribuirlos al mercado pero con importantes subsidios. Veamos en ese sentido, los indicadores de mercado laboral, empleo, desempleo estructural, descapitalización y cierre de empresas del sector moderno durante largos siete anos después de hincado los shocks políticos lo muestran elocuentemente.

¿La descapitalización del “capital” y el “trabajo”: era previsible?
El mercado laboral informal es alimentado y expandido por el gasto del estado, el salario promedio cae un 25% y la capacidad instalada del sector moderno de la economía se reduce al 50%, ambos fenómenos muestran la descapitalización de la economía real y del capital humano, los déficits de bienes y servicios, ocasionados por ese proceso de descapitalización, son compensados por el Estado que se ha convertido en el mayor importador, de todo tipo de vitualla, alimentos, insumos agroindustriales, materias primas, industriales, etc.

La “revolución socialista” cabalgando en sus atavismos ideológicos heredados del marxismo, colocó como objetivo el derretimiento de los derechos de propiedad. En base a un amplio especto de políticas como controles de precios, restricción a libre cambio de monedas, regulación de la actividad económica privada por vía de leyes y decretos, intensificar la presión tributaria para estrangular la capacidad instalada del sector moderno de la economía nacional, todo lo cual afecta y pervierte el proceso de creación de riqueza de la gente que ve perder sus libertades cuando se le restringe el ejercicio pleno de los derechos de propiedad.

En base a esos credos ideológicos y a los fundamentos la economía no era difícil “proyectar” desde el mismo inicio de la aprobación de la constitución vigente que la revolución buscaba el debilitamiento de los derechos de propiedad y el mercado y que ello traería como consecuencia para el mediano plazo la descapitalización del sector productivo –moderno- capitalista de la economía, fenómeno es evidente en el masivo numero de empresas modernas cerradas con sus respectivos empleos formales perdidos de limitada acumulación de capital, con caída del salario promedio por expansión del empleo informal estimulado este por efecto y defecto por el gasto público y del resto del sector público -Estado. El estado afecta la propiedad de sus ciudadanos y su capacidad de crear riqueza y la transfiere a su dominio a través de la presión tributaria, de la expropiación, de la inflación, del endeudamiento publico y del derretimiento del marco jurídico que se supone debe proteger a los derechos de propiedad.

¿Entonces que viene para el 2006?
¿Qué viene entonces en el 2006? Más de lo mismo, vendrán leyes que profundicen las restricciones en los mercados y en los derechos de propiedad e intensifiquen el achicamiento de las ganancias, componente básico para la inversión y acumulación de capital en el sector moderno capitalista. Voceros oficiales anuncian el incremento en los impuestos a la renta de los factores –capital, tierra y trabajo- así como la llegada de los impuestos –confiscatorios- al patrimonio. Un camino expédito y seguro para cumplir la elegía a la pobreza ahora componente importante del discurso del Presidente.

La economía podría mantener su ritmo de crecimiento en paralelo al proceso de empobrecimiento que describimos en párrafos anteriores, se sabe que en economía puede crecer sin embargo su gente puede empobrecerse, para Venezuela no es nuevo esa paradoja de crecer en base a los precios del petróleo que asegura una expansión del ingreso fiscal a los gobiernos y políticos pero que no necesariamente implica una mejora en la calidad de vida de la gente, de hecho, esa regularidad empírica de nuestra historia se muestra ahora en su estado mas critico y seguramente con un exceso de obscenidad.