La lánguida velocidad del gas
No crea, amigo lector, que este artículo va a tratar sobre el comportamiento de los fluidos compresibles en las instalaciones de producción y transporte. El objeto de esta nota es comentar la lentitud de los proyectos dirigidos a suministrar gas natural en cantidades suficientes para atender las demandas que reclama con urgencia el desarrollo del país.
El déficit de gas natural ya tiene cuando menos cuatro años. Desde finales de 2001, cuando se requirió incrementar la generación termoeléctrica, quedó claro que no había suficiente gas natural para la tarea y hubo que apelar a la utilización de combustibles líquidos. Con el crecimiento de la demanda eléctrica y el aumento de producción de las industrias básicas de Guayana, este déficit no ha hecho más que crecer en los últimos cuatro años.
El problema se había detectado inclusive antes. El junio de 2001 se abrieron a subasta 12 campos de gas libre en tierra firme, destinados a atender al mercado interno. Entonces ya era evidente que con el gas asociado a la producción petrolera no alcanzaba y se requería comenzar a invertir exclusivamente por gas natural. Por ello se produjeron aquellas licitaciones. El éxito fue parcial, de los 12 campos se otorgaron 6.
¿Cuál ha sido la suerte de estos proyectos? Hasta la fecha sólo dos están produciendo en fase temprana. Yucal-Pacer, por los lados de Altagracia de Orituco, en Guarico, inyecta 80 millones de pies cúbicos diarios (MMp3d) al sistema y Barrancas, situado entre Guanare y Barinas, va a iniciar operaciones en combinación con instalaciones de generación eléctrica en la zona. En este mes se espera la entrada de los primeros 80 MW, que representan alrededor de 20 MMp3d. Pero entre ambos sólo llegan a 100 MMp3d, mientras el déficit, que reconoce el gobierno, se sitúa cerca de 1.500 MMp3d, de modo que se requiere incrementar la velocidad de incorporación de nuevas fuentes de gas si no queremos causarle un gran perjuicio al desarrollo del país.
Cuando se reflexiona sobre la lentitud que ha tenido el desarrollo de estos proyectos en tierra firme, luce negro el panorama de avance de los proyectos costa afuera que son los que quedan para añadir más gas libre ¿Si a cuatro años de otorgadas las licencias para producir gas en tierra firme apenas ha comenzado la producción, que expectativa podemos tener sobre el proyecto Rafael Urdaneta, costa afuera, cuyos primeros yacimientos se están otorgando actualmente?
Más preocupa que el gobierno parece no percatarse del problema. A los técnicos del sector eléctrico que están elaborado el Plan de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional (PDSEN), se les informó, para sus cálculos, que a partir de 2008 habrá suficiente gas natural en todo el territorio nacional e, inclusive, al mismo precio en todas partes. De modo que el plan del sector eléctrico se está elaborando sin limitaciones de gas. Observando lo que ha pasado en estos cuatro años esto no luce coherente.
Hay muchas medidas que tomar, pero llama la atención la relacionada con los precios internos del gas natural. Desde 2002 se congeló el precio interno a unos niveles que no ofrecen rentabilidad a la producción de gas libre. Esto hace que toda la producción tenga que ser subsidiada. Esto le quita agilidad a los proyectos, que tienen que realizar largas negociaciones para garantizar que el gobierno les va a pagar los subsidios, antes de iniciar la inversión.
La filosofía de la revolución del siglo XXI, que pretende que las empresas trabajen sin lucro, no funciona con el sector privado. De modo que el gobierno va a tener que cambiar su aproximación al problema si quiere resolverlo. Tal vez apelar a las capacidades creadoras del pueblo y entregarle el gas al movimiento cooperativo.