La agenda euro-venezolana
Estuvo en Caracas hace unos días el Director General Adjunto de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Hervé Jouanjean. La visita del funcionario europeo es significativa, a pesar de que no tuvo el nivel de las personalidades que vinieron a Venezuela entre 1996 y 2002: el presidente del Parlamento Europeo José Gil-Robles; el presidente y el vicepresidente de la Comisión Europea, Jacques Santer y Manuel Marín (varias veces); el presidente del Consejo Europeo de Energía, Rolf Linkohr, y el director general de Energía Pablo Benavides, además de una decena de delegaciones parlamentarias.
A su regreso a Bruselas Jouanjean declaró que la Comunidad Andina (CAN) debe consolidar su precaria unión aduanera para poder iniciar la negociación de un tratado de asociación económica similar a los de Chile y México, los cuales incluyen zonas asimétricas de libre comercio (El Universal, 14.05.05). Y es que la CAN está en el peor de dos mundos: el régimen droga del Sistema Generalizado de Preferencias arancelarias fenece en 2005 y la negociación de un acuerdo de asociación no tiene fecha de inicio. Entretanto, la inversión europea ha mermado y el comercio euro-andino ha caído de $14,5 millardos en 1997 (su máximo histórico), a $11,9 millardos en 2003.
Joaunjean destacó en Caracas la importancia de la seguridad jurídica para un desarrollo económico y social sustentable. Empresas europeas, en sociedad con PDVSA y compañías venezolanas, producen cerca de 600 mil barriles diarios de hidrocarburos y han invertido más de $10 millardos en las licencias de gas en tierra firme y costa afuera, en los convenios operativos y en las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco. Las empresas europeas han propuesto invertir $16 millardos en los próximos diez años. El Estado, la industria privada, el sector laboral y la sociedad civil deben trabajar en conjunto todos los días para atraer inversiones y fortalecer la seguridad jurídica del país.
