La OPEP Caracas
La reciente reunión de la OPEP en Caracas debe ser analizada desde una perspectiva histórica y no puntual. En 1986 la organización tomó una decisión trascendental al desechar los antiguos excesos en la fijación de precios y propiciar la estabilidad del mercado con un valor de referencia de $18. Desde entonces el consumo petrolero mundial no ha dejado de crecer y la caída libre que mostraba el petróleo como fuente de energía fue abatida. La OPEP ha pasado de producir 16 millones de barriles diarios en 1986, a 33 en 2006.
A pesar del vigor de la demanda y de la utilización casi plena de la capacidad de extracción y refinación mundial, la organización optó por dar una muestra de seriedad al no aprovecharse de las tensiones geopolíticas que disparan las cotizaciones del crudo. No redujo el tope de producción para no provocar una escalada mayor. La OPEP ha sido consecuente con su prédica de abastecer el mercado. No perdamos de vista que ella ha incrementado su tope de producción de 20 MMBD en 2000, a 28 MMBD en la actualidad, 8 MMBD más en cinco años.
Si bien la cohesión de la organización sale fortalecida, también es necesario puntualizar que el problema central de la industria es la falta de inversión que hasta fecha muy reciente tuvo lugar en todo el circuito mundial de abastecimiento petrolero. Más de 100 proyectos de inversión están siendo ejecutados por los países de la OPEP por la suma de $100 millardos para elevar la producción de crudo de 33 MMBD a 38 MMBD en 2010. Encabezan la lista Arabia Saudita, Nigeria, Qatar, Irán, Libia, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Indonesia y Argelia. Sus proyectos no sólo contemplan un aumento de 5 MMBD en la extracción de crudo, sino 2 MMBD adicionales de líquidos del gas natural.
El aumento de las inversiones tenderá a moderar y quizás a reducir las cotizaciones hacia fines de la década, razón por la cual Venezuela debe también incrementar la inversión para optimizar sus ingresos futuros.